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~*Juro Solemnemente que mis intenciones no son buenas*~
Sasuke y _____ Uchiha, ambos sobrevivientes de la masacre que alguna vez hubo en la zona residencial del Clan Uchiha. Ese día algo pasó, algo... los quebró por dentro...
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➤ Capítulo 10:Shisui Uchiha; el sufrimiento de un shinobi.
Aclaración: _____ y Sasuke tienen 6 años, mientras que Itachi tiene 13 y Shisui 19.
Hace seis años, exactamente en el ataque del Kyubi.
Narra Shisui:
Humo. Eso era lo único que se veía por todas partes. Gritos y más gritos eran escuchados por los aldeanos de Konoha, pidiendo auxilio para ser salvados.
Creo que no me estoy explicando bien, así que aquí vamos.
Todo comenzó con una noche tranquila, tan tranquila que incomodaba demasiado. Ese día, mi padre había arreglado con Fugaku-san para que yo y mi hermanita nos quedáramos junto con Itachi y su hermano a dormir en su casa.
Cada tanto hacíamos eso, yo me iba a su casa o él se venía a la mía, con nuestros respectivos hermanos, es por eso que ese día, había empezado como cualquier otro.
Gracias a dios nos encontrábamos los cuatro juntos en aquel momento, momento en el que indirectamente empezaría el infierno para nosotros, los Uchiha.
-¿¡Qué demonios es eso!? -gritó Itachi, quién se encontraba sentado en las afueras con Sasuke.
-¿De qué hablas? -pregunté con mi hermanita en brazos, mientras me acercaba a él.
-¡Ese humo proviene de...!
-¡Del centro de la aldea! -terminamos de decir ambos, con la boca entre abierta y el ceño fruncido ante tal confusión.
De la nada, un ruido muy feroz y repentino se hizo presente, seguido de un gran rugido. Una ventisca de aire nos azotó de lleno en las caras, causando los llantos de los bebés.
-Oye... cálmate, _____ -le murmuré mientras la acurrucaba más hacia mí, luego salté al techo de la casa para tener una mejor visión del panorama, seguido por Itachi.
-Tu tampoco llores, Sasuke, tu hermano te protegerá. Oye... Shisui-san ¿qué es esto? -me preguntó dudoso.
-¿Kyubi...? -mi respiración se entrecortó al ver como la bestia ya antes mencionada, atacaba sin piedad los edificios principales de la aldea, llevando todo consigo-. ¡Vamos, Itachi-kun! ¡Debemos llevar a los niños al refugio!
-¡H-hai!
No hubo tiempo de llevarnos algunas pertenencias con nosotros, pues partimos de inmediato con lo más preciado que teníamos: nuestros hermanos. No importaba nada en ese momento, qué llevar o qué no, ellos tenían que estar a salvo, esa era nuestra prioridad y misión como hermanos mayores.
Saltando de casa en casa y esquivando alguna que otra cosa que se nos atravesaba en el camino por la culpa de los restos que tiraba el Kyubi, llegamos lo más rápido que pudimos hacia el área de evacuación, en dónde nos esperaban Fugaku-san y mi padre.
