Capítulo 41

123 27 23
                                    

Cinco años atrás en algún lugar de San Petersburgo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cinco años atrás en algún lugar de San Petersburgo.

Devlin había salido de casa aquella mañana a investigar algo más de la gente a la que se enfrentaban. Salía de casa sonriendo, ya había pasado un tiempo desde que había empezado a salir con Arisha pero todo seguía siendo igual de genial que el primer día. Se había alegrado cada segundo de haber ido a su habitación y haberle declarado cómo se sentía. Ella era sólo una niña, pero era su niña. Estaba encantado de estar con ella, aunque seguía entrenándola y seguía sin bajar la guardia porque, aunque hacía mucho que no sabían de sus enemigos, Devlin sabía que ellos seguían allí, que volverían. Por aquel entonces no sabía que iban específicamente a por Arisha, ni sabía la razón, ni sabía prácticamente nada. Lo único que sabía era que aquella gente había destrozado su familia y también la de Arisha.

Ese día iba a encontrarse con alguien, alguien que también iba detrás de la misma gente, aunque nunca antes se habían visto. Su sorpresa fue mayúscula cuando, delante de él, se encontró al hombre al que perseguía, a Alexey Ivanov. Inmediatamente se puso alerta, aquel hombre era demasiado peligroso, lo sabía perfectamente. Pero Alexey le miró con intensidad y subió sus manos, enseñándoselas a Devlin.

—Tranquilo, no vengo a matarte —dijo con un ligero deje de burla en su voz, aunque ésta también sonó, a su vez, tensa—, sólo vengo a advertirte.

Devlin se quedó parado, sin decir ni una sola palabra, aún con todo su cuerpo preparado para luchar contra aquel hombre. Pero sus palabras le habían dejado una duda. ¿Por qué iba a advertirle él? ¿De qué? Alexey rio suavemente, debía reconocer que para Devlin debía ser raro encontrarse con él, que no lo entendería fácilmente, de manera que, antes de darle tiempo a hablar, él mismo volvió a hacerlo.

—No me entiendas mal, lo cierto es que tú me importas muy poco, si tuviese que matarte a ti no me importaría en absoluto, pero la chica a la que salvaste, Arisha, por alguna razón —su cara hizo una mueca de confusión en ese momento, con un ligero toque de enfado— que aún no he conseguido entender, sí me importa. La salvé la vida una vez, ya que hubiese podido matarla, pero no lo hice. Y quiero volver a hacerlo, ella no debería morir.

Devlin no salía de su asombro. Él, el gran Alexey, ¿preocupado por Arisha? ¿Cuál sería el motivo de todo aquello? De cualquier manera, si realmente estaba diciendo la verdad, lo escucharía. Era obvio que él tampoco quería que le pasase nada a aquella chica.

—Está bien. Tienes dos minutos para explicar eso. No me fío de ti, pero si quieres protegerla de verdad, aunque me tendrás que dar un buen motivo para que te crea, la protegeré contigo.

—Verás, Devlin, mi organización siempre ha sabido dónde estás tú, lo que no sabían, ya que yo mismo me encargué de ocultarlo todo el tiempo posible, era que ella estaba contigo. Tú no le importas a la organización. Eres molesto, sí, realmente lo eres porque a veces consigues encontrar a alguno de los nuestros pero, en realidad, no supones un problema. Sin embargo, sí quieren a Arisha, la quieren muerta, mi jefe, por decirlo así, quiere a esa niña muerta y no hay manera de que cambie de opinión. Intenté protegerla al hacer que no supieran que estaba contigo pero... Lo han descubierto. Saben dónde está ella y tienen algo pensado para ir a matarla. Algo que, evidentemente, yo no sé —una nueva mueca molesta surgió en su cara—, ya que fallé la última vez, Iván no se fía de mí, no se fía de que vaya a matarla.

La voz del pasadoWhere stories live. Discover now