11 infierno

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-No... No puedo creerlo, mató a Horror, y no parece importarle -dijo Jessica

-Solo otra prueba de lo malévola que es -dijo Nick

-Shh, alguien viene- dijo Lucas

Ahí lo vieron, era el caballero misterioso.

-Oh, hola, no esperaba verte aquí- dijo Sucubum

-Basta de tus juegos,  gente ha muerto por nuestra disputa- dió el recién llegado

-Sigo diciendo que no tienes derecho al control

-Aha, ¿Que tal si dejamos que ella decida?

-No me parece.

-¿De que están hablando?- dijo Jessica, susurrando

-No lo se- respondió Toby

-Me suena a que son aliados- dijo Nick

-Chicos, esto no es bueno- dijo Razelth -Temo que cuanto más se queden allí, más tardaré en traerlos, deben irse.

-OK, -dijo Lucas- nos iremos en silencio y sin que nos... -pero lo interrumpió una bola de fuego

-Oh, ¿ya se van? La fiesta solo comienza.

-No hay problema, Plan C

-¿No sería el B?

-No, la C es de... ¡CORRER!

Entonces comenzó una persecución entre los señores y Sucubum por todo el vacío, el caballero no hizo nada, solo observó todo.

-¡Razelth! ¡Dijiste que todos los poderes se anulaban!

-No, dije que CASI todos los poderes se anulaban.

-¡Solo sacanos de aquí!

-Bueno, pero no me gusta tu tono.

Entonces se abrió el portal, un círculo flotante que los atrajo a los tres.

Sucubum se veía enojada, demasiado.

-¡EMBAJADA DEL INFIERNO!- Gritó, y lanzó una bola de fuego, pero era distinta a las habituales, era más grande, y de color rojo sangre.

De hecho, hasta le dió a Toby en el hombro.

Una vez en la tierra, se descubrió que es lo que hacía distinto a ese ataque, Toby se había quedado en su cuerpo humano.

-Auch, debe doler- dijo Lucas

-¿Esto? No es nada -dijo, pero se le notaba en la cara que le dolía.

-Claro que es algo, algo malo, los daños que sufran siendo Gormitis no deberían aplicarse a su forma humana. Si el enemigo lo descubre, no dudes que tendrá más puntería la próxima vez, porque la habrá.

-¿Qué diré a mis padres?

-Pues que te quemaste

-Pero con qué

-Pues con algo caliente

-¿Sabes qué? Inventaré algo en el camino.

-Te acompaño a tu casa -dijo Jessica.

-Gracias Jess, lo aprecio mucho -Entonces el hombro comenzó a arderle

En el trayecto, el dolor solo aumentó, sobretodo cuando la chica lo tocaba, en esos momentos, el dolor era insoportable. Pero no sé los decía a ella para no preocuparla.

Al momento de despedirse, Jessica le dió un beso en la mejilla. Toby nunca había sentido algo tan maravilloso, era como tener mil mariposas en el estómago, pero a la vez, sentía como si tuviera un infierno dentro suyo. No era un dolor físico, era más bien mental.

Toby comenzaba a relacionar los hechos: ¿Cuando le dolía? Cuando estaba con Jessica, ¿Cuando no le dolía? Cuando ignoraba sus sentimientos por ella.

Entró a su casa, comenzó a "experimentar", cada vez que tocaba un cómic o un videojuego, el hombro le ardía. A la hora de la cena, Toby hizo algo que juró que nunca haría, comió pescado, y de hecho, le gustó.

Se fue a dormir, confundido, y tuvo otro sueño extraño.

-Hola, señor del agua, ¿Te gustó mi obsequio?, No respondas, ya sé que sí -era Sucubum- si quieres que te libere de la maldición, y traéme al ser que mas amas, a la cueva del vacío, Para dentro de 24 horas, cada hora que pase luego de eso, exterminaré un pueblo en el territorio del mar, eventualmente los del aire, de la tierra y del bosque, y todo por tu egoísmo. Tú decides. Oh, y una cosa más, si le dices a alguien, el exterminio comenzará antes y tendrás que acostumbrarte a la maldición, pues no seré yo quien te la quite.

No es que tuviera demasiadas opciones, era Jessica o el mundo​ entero.

Además, la maldición realmente era mala para Toby, a él solo no le gustaban 3 cosas: comer pescado, Justin y cumplir su deber como señor. Ahora debía hacer lo tercero.

Mientras tanto, en la tierra, Gina, la mejor amiga de Jessica, estaba atravesando una crisis, estaba llorando en posición fetal en su habitación.

-¡Ya no lo soporto!- dijo, desesperada

-Debes- dijo una figura.

-¡No! ¡No lo entiendes! Se me va de las manos, he luchado por controlarla, pero tiene vida propia, como los que ella ha asesinado, ¡Cada vez que ella llega, lucha por tener el control!, y algún día, tal vez lo logre.

-No, yo me encargaré de que no lo haga, ni ahora, ni nunca.

-Gracias, gracias caballero.

Gormiti: señores para siempreWhere stories live. Discover now