Capítulo 12

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—Si, los vi, pero no sabía que... ustedes dos tuvieran algo serio —Lina me hablaba con dulzura, ella aparte de ser una de mis mejores amigas, era como una hermana desde que había llegado aquí golpeada y pidiéndonos ser nuestra sirvienta solo para tener algo que comer, ella no era nuestra sirvienta, era una más de la familia todo lo mío era suyo, así que sabía que Lina no era una chismosa, solo se preocupaba por mí

—No... no es así... no hay nada serio entre nosotros... —o al menos eso yo creía —aún

—¿Aún? —me sonrió pícaramente —pero tú lo quieres ¿verdad?

Me sonrojé aún más.

—Puede que si...

—No Marinette —Lina me tomó de las manos —no puede... ¿quieres o no a Chat?

Casi tres años habían pasado desde que había conocido a ese gatito tonto, y siempre lo había visto como un amigo, como mi compañero de batalla, aunque ahora eso era diferente, lo quería, pero como algo más que un simple amigo.

—Si no hubiera sido por ti... supongo que no me habría dado cuenta de que si —Lina sonrío todavía más —si quiero a Chat, estoy enamorada de él y de quién esté detrás de esa máscara de gato

Lina me abrazó.

—Marinette mereces ser feliz —Lina ¿estaba llorando? —con quien tú quieras, y de la forma en la que tú quieras, no en la que los demás te digan, aunque esas personas sean tus propios padres

Me separé de ella y le sonreí.

—Lina, gracias, tengo que irme —me levanté de la mesa y salí corriendo por la puerta

—¿Qué haces Marinette? —Tikki salió de mi bolsa

—No lo sé Tikki, solo quiero correr, correr con mi libertad —estaba riendo muy fuerte

Todo era felicidad hasta que choqué con alguien y nos caímos.

—Hay no, que tonta soy, lo siento mucho, perdóname —me levanté y me sobé la cabeza

Cuando vi quien era me quedé helada de la cabeza a los pies.

—Si claro, parece que te gusta chocar conmigo niña mimada —Adrian se levantó más molesto que el día que lo había conocido

—Yo... lo siento, de verdad que si Adrian, perdóname —estaba más que avergonzada, ya era la segunda vez que me pasaba lo mismo

—Solo hay una manera en la que puedo perdonarte —estaba serio, demasiado a ser sincera

—Haré lo que sea, te lo juro

Tenía que pagarle las dos veces que habíamos chocado ¿no?.

—Una cita —no me miró cuando me lo dijo

Abrí mucho los ojos, ¿me estaba pidiendo una cita?, hay pues claro que si tonta ¿que más? Sacudí la cabeza.

—Está bien —miré al suelo

No sé porqué, pero sentía que Adrian sonreía.

—Bien, entonces, sígueme —me tomó de la mano y me jaló entre la multitud

Él corría muy rápido, ¿había planeado entrar al equipo de atletismo de la Universidad? Porque sin lugar a dudas ganaría todos los concursos.

Trataba de seguirle el paso, pero era muy rápido.

De repente se detuvo.

—¿Estás bien? —soltó mi mano y me miró preocupado

—Si... cla-claro —pero claro que no, me llevaría días recuperar el aire —¿dónde estamos? —miré alrededor... era un puente... era el Pont Des Arts, ¿que hacíamos aquí?

Me enamoré de un engreídoWhere stories live. Discover now