Capitulo 9

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AVISO: Este capítulo es desde el punto de vista de Adrian, desde que se fue a su casa luego de ayudar a Marinette (ya se soy mala por qué lo que quieren es saber que va a pasar con Chloe y eso pero aguántense XD)

Estaba saltando de techo en techo para llegar a mi casa.

¡¿Pero en qué rayos estaba pensando?!

Había sentido unas inmensas ganas de tenerla junto a mi y de besar sus labios, mientras resolvía los ejercicios y se mordía el labio inferior... tuve que usar toda la fuerza dentro de mi para no voltearla y besarla hasta quedar sin respiración.

Y luego en el balcón, estaba tratando de salir de ahí lo más rápido posible antes de que ya no pudiera más cuando ella me detuvo y me dio las gracias.

Sacudí la cabeza, no tendría que pensar en ella de esa manera.

Llegue a casa, me metí en mi cuarto y me tumbe en la cama.

—Plagg garras fuera —Plagg salió de mi anillo, en cuanto salió le di su queso, no quería que molestara

—Si lo que quieres es que no te moleste con lo de Marinette estás teniendo esperanzas en vano, por qué te voy a molestar con eso hasta que reconozcas que te gusta Marinette

—A mí me gusta Ladybug Plagg, no seas tonto, solo me deje llevar por la situación

—Mentiroso de primera —se comió su queso

No se cuando pero me quedé dormido.

A la mañana siguiente me preparé para ir a la escuela, salí de casa y entre en mi salón de clases.

Solo estaba ahí un chico que había visto antes en clase, ¿Nino era su nombre?

Sacudí la cabeza y me senté.

Minutos después entraron una chica que según yo se llamaba Alya, y Marinette, la primera se fue con Nino y Marinette se les quedo viendo un momento.

Sonreí, pero no le estaba sonriendo a ella ¿o si?

Noté que me miraba de reojo, así que volví a mi expresión vacía como siempre.

Se sentó a mi lado, guardando distancia, yo tenía que romper el hielo que yo mismo había creado ¿verdad?

—¿Pudiste con la tarea? —me mantuve serio, no quería que se notará que de verdad me importaba lo que iba a contestarme

—Si, recibí un poco de ayuda, pero logré terminar a tiempo

Estaba mirándome sonriente... su sonrisa me estaba cautivando, a pesar de que yo me comportaba como un engreído con ella, ella siempre me sonreía

—Que bueno —y con eso corte la conversación, ya que si la veía mover esos labios una vez más, no me iba a poder controlar

Entró la maestra con todos nuestros compañeros alrededor de ella, con sus tareas, quise reírme de la escena pero no debía de hacerlo.

—Por favor chicos déjenme respirar —decía la maestra tratando de respirar —siéntense o les pongo cero a todos

Mis compañeros se fueron a sentar tan rápido que casi no los vi moverse de un lado a otro, y de nuevo quise reírme ante la escena.

—Bien, así está mejor —se aliso su chaqueta blanca —ahora, pasaré uno por uno para recoger sus cuadernos y se los daré en ese momento

Llegó la maestra hasta la mesa que compartíamos Marinette y yo, me dio mi cuaderno con una gran sonrisa, por favor, yo ya sabía que yo era un pequeño genio, pero no era para tanto.

Vio a Marinette con cara de asesina y le arrebató el cuaderno de las manos.

Se lo calificó rápidamente y por un momento pude ver un 10 en la parte superior de la hoja, quise decirle "buen trabajo Marinette" pero no podía, iría a su casa esta noche para decírselo.

—Espero su mejor esfuerzo siempre señorita Dupaing Cheng —me di cuenta de que nuestra maestra creía que ese 10 era de la suerte, pero que se equivocaría pronto

Entró una chica rubia que se me hacía conocida de algún lugar por la puerta.

—O más bien señorita Kurtzberg —dijo la rubia

—¿De que hablas Chloe? —la maestra la miró expectante

A así que era Chloe Burgoise, con razón me sonaba conocida.

—Hablo de esto —sacó su teléfono.

Bravo, nos iba a dar un discurso ¿o que?

—Escuchamos cerca de la casa de los Dupaing Cheng hace unas noches el arreglo del compromiso entre Nathaniel Kurtzberg y Marinette Dupaing, y hace menos de 24 horas tomamos unas fotos de los dos chicos comprometidos besándose en la cocina de los Dupaing Cheng —volteó su teléfono, entonces vi una imagen de Marinette besando a Nathaniel

Algo dentro de mi se rompió en mil pedazos, me costaba respirar, y me ardían un poco los ojos.

Marinette se levantó y miró a Nathaniel, quien también se había levantado de su asiento.

Yo miré al pelirrojo con odio, él era la causa por la que Marinette sonreía, no yo, pues bueno yo Adrian Agreste iba a cambiar eso sin lugar a dudas.

Me enamoré de un engreídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora