Dark Demons© (Libro I) ✔️

Odio Mentirte I

Sentí como su mano rodeaba con más fuerza mi muñeca mientras me sostenía la mirada, cuando caía en la cuenta de lo que significaba que esas lineas estuvieran deslizándose sobre mi piel como pequeñas carreteras. Llegando más allá de mi mano, recorriendo con velocidad alarmante toda la extremidad. Las sentía y veía perfectamente, porque...quemaban.

Y estaban avanzando cada vez más rápido.

—Wess—Pedí dejando entrar al pánico mientras en un acto de desesperación pasaba mis dedos sobre la tinta.

El tatuaje se trasladó a mi otra mano

Lancé un quejido retorciéndome en los brazo de Wess cuando le devolví la mirada e intenté buscar algo que me dijera qué era lo que estaba haciendo, porqué lo hacía. Pero él solo me miraba, ojos oscuros que me miraban.

Y miraban y miraban...

Tomaron mi hombro y fui apartada bruscamente de mi lugar.

Casi de sopetón sentí a las marcas vacilar en su lugar cuando tropecé y caí de espaldas.

—¿Tienes una puta idea de lo que acabas de hacer?

Con el pulso aun acelerado a mil vuelvo mis ojos en su dirección al escucharlo, al escuchar a Aaron y a ese tono de voz que me deja echa de piedra. Él nunca...

Mordiendo mi lengua y tolerando apenas la punzada de dolor que se adueña de mis brazos, me incorporo siendo gratamente recibida con esos ojos oscuros otra vez, esos que eran los responsables de hacerme cada vez más pequeña en mi lugar.

Descarte la opción de intervenir y la razón de ello no me gusto nada.

«Era impredecible»

Sus ojos abandonaron mi rostro.

—Lo tengo perfectamente claro—Contesto él sin más mientras volvía a ponerse la camiseta.

Retorcí mis dedos pasando del escozor y tratando de controlar los temblores que parecían haberse adueñado de mi cuerpo mientras miraba lo interesante que podía llegar a ser el piso. Preguntándome una y otra vez que era lo que acababa de pasar y tratando encontrarle algún sentido a la situación que estaba presenciando.

¿Había hecho algo mal?

—Bien.—Continuo Aaron cortando la fuente de mis pensamientos—Quiero que lo repitas.

Volví a mirarlo, ese rostro tenso e impávido. No había segundas oportunidades en él.

«No interfieras»

Me quedé como un espectador más, deseando camuflarme con las personas congeladas a mi alrededor.

Vi a Wess quedarse extrañamente quieto mientras tensaba su mandíbula.

—Métete en tus malditos asuntos, Aaron—Una advertencia, una que, a pesar de haber sido dicha en voz baja fue amplificada por el eco dentro de mi cabeza.

De verdad, un conflicto era lo menos que necesitaba.

Con ojos cuidadosos calculé la distancia entre Wess y Aaron mientras este último se dedicaba a tragar el comentario con una tranquilidad que no pronosticó nada bueno.

Contuve la respiración por un momento cuando Wess, con una última mirada en blanco, se movilizó fuera de la habitación.

Paso junto a mí como si nada, haciendo que no me quedara más remedio que cederle el paso, recordando inconscientemente esas palabras dichas con tanta simpleza hace casi dos horas. Ahora...daba la impresión de que no habían sido más que eso; Un triste recuerdo.