Conociéndote

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ELSA

Era un alivio que hubiera llegado a tiempo antes de que el fuego se esparciera aún más por la casa. Afortunadamente no parecía haber lesionados en el incidente.

-Reina Elsa, muchas gracias por salvar mi casa- comentó una aldeana acercándose a ella.

-No es nada pero ¿qué fue lo que pasó?- la señora parecía avergonzada antes de responder.

-Tuve un accidente en la cocina, intenté apagarlo pero las llamas se avivaron aún más-

-Solo tenga más cuidado la próxima vez- comentó Elsa con comprensión.-Esto pudo volverse algo muy serio-

-Lo sé, lo lamento mucho Su Majestad-

-No te preocupes, los accidentes de este estilo suelen pasar- ella mejor que nadie lo sabía.-Lo importante es que nadie salió herido-

-Nuevamente muchas gracias Su Majestad- la aldeana sonrió e hizo una pequeña reverencia antes de irse.

-Wow, Reina Elsa, cuando crezca quiero ser como tú- le dijo una pequeña niña que se le acercó viéndola con admiración. La reina se hincó para estar a su nivel y le dijo:

-Estoy segura que cuando crezcas serás mucho mejor que yo, solamente tienes que ser tu misma- le hizo una pequeña figura hecha de hielo y se la dio.

-¡Oh! Wow! Es hermoso, muchas gracias Elsa.- y salió corriendo encantada con su regalo. Todo el pueblo parecía estar fascinado con su acto heroico pero al regresar su atención hacia el duque, notó como este se había alejado de ella y la miraba con temor y repudio. Generalmente eran las dos reacciones que la gente tenía al descubrir su poder: Total asombro y alegría, o total miedo y terror. Al parecer el duque formaba parte del segundo grupo.

Elsa suspiró resignada y se acercó al Duque.

-¿Le parece si regresamos al palacio?- le preguntó cortésmente a lo cual el duque atinó a responder:

-Sí, vamos- regresaron al palacio en silencio y el duque en esta ocasión mantuvo su distancia de la reina. Una vez que llegaron a la oficina de Elsa, ella comentó:

-Disculpe que tuviera que enterarse de ese modo, sinceramente....-

-Así que es cierto. Todo lo que comentan sobre usted lo es- mencionó aún con repulsión.

-Sí, es cierto. Lamento no habérselo comentado antes, pero con todo respeto usted vino exclusivamente a revisar la propuesta de importación que su rey realizó hace unos meses-

-¿Propuesta? Creo que a partir de este momento la propuesta queda cancelada. Yo mismo le diré al rey que es una locura hacer un tratado con usted y su pueblo, no sabemos qué clase de trucos baratos pudieran hacernos-

-¿Trucos? ¿Cómo se atreve a suponer...?

-Sí, trucos, usando esa magia negra de usted- la miró de arriba abajo como si viera algún tipo de insecto asqueroso.-No me dejaré engañar por su belleza exterior como lo logró con el rey, yo sé bien quién es usted. Por poco y caigo en su trampa yo también. ¿Es por eso que Arendelle es tan poderoso verdad?- eso sobresalto mucho a Elsa.

-No voy a permitir que me hable de ese modo, usted no es más que un invitado aquí ni tampoco lo dejaré expresarse de esa manera de mi cuidad-

-Ahh claro, ¿Por qué usted es la Reina no? Usted no es más que un peligro para cualquier pueblo, inclusive para el suyo. No deberían dejarla gobernar-

-¡Guardias!- solicitó Elsa de inmediato, ya tenía suficiente de este tipo.

-¿Sabe lo que su gente debería hacer? Deberían desterrarla de aquí o encerrarla en un calabozo. ¡Usted no es más que una BRUJA!- al gritar eso último, la ventana se abrió de golpe y una ráfaga de viento y nieve golpearon al duque tirándolo al piso. Elsa no tuvo tiempo de reflexionar lo que había pasado porque en ese instante entraron los guardias, seguidos por Anna y Kristoff.

The Ice Can Be Warm TooWhere stories live. Discover now