No tienes ningun derecho [au]

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No tiene ningun derecho. Ninguno. Ni sobre él ni sobre sus hijos. Aun así ahí esta, de pie con el mismo semblante de siempre, con ese impetú, con esa sonrisa debil pero notaria en sus labios que jamás significaba nada bueno. Estaba ahí como si no hubiera sido un hijo de puta, como si le debiera algo, con esos ojos profundos clavandose en los suyos sin importarle cuanto dolor le causara, cuanto le apretara el corazon, como le asfixiaba el solo hecho de verlo allí.
Orion Black no había perdido el semblante ni la belleza oligarca que le destacaba a traves de los años, se mantenía con un aspecto casi divino a pesar de su edad y tenía, por mucho que a Remus le doliera el alma al admitirlo, un parecido atemorizante con Sirius.
- Hola, Sirius
- Vete- es lo primero que logra articular su hijo- Mis alumnos no pueden oir la cantidad de cosas que quiero decirte.
- Ah si- le sonríe enseñando los dientes derechos y blancos- profesor de ¿Arte, no? Admirable. Tres titulos y decidiste ejercer el único que haría a tu madre francamente más infeliz. Psicologia, transformacion y arte. Estoy, debo admitir, muy orgulloso de ti...el mejor en...
- Como si lo hubiera hecho para hacerte sentir orgulloso de mi
- Me consta que no- dice mirando de reojo a Remus mientras se rie- Quería ver a los niños
- No te vas a acercar a mis hijos- le gruñe de manera perruna- no vas a conocerlos
- Sirius, cariño, ya los conozco
La piel se les eriza pero no pueden ni quieren demostrarlo, no quieren que les vea perder los estribos ni pueden dejar que los alumnos que pasaban por los pasillos notaran el ambiente denso y asesino que les rodeaba. Remus le sostiene la mano, jalandolo hacia atras, hacia él, porque un Sirius molesto es lo mismo que un animal con rabia. Un perro que golpearon con tanta frecuencia que terminó por volverse violento. Y ahora, despues de tantos años, tenía en frente a una de las personas que le enseñó a morder la yugular hasta sacar sangre, a cortar cabezas, y sobre todo a recibir puñetazos y siempre devolverlos.
Sirius casi siente la correa apretandose en su garganta, sabe que debe mantenerse a raya. Pero hay cosas que ni siquiera Remus puede evitar en él.
- Navy...Na-ví, así se pronuncia ¿No? Nev- les sonrie de nuevo- piroquinesis, inteligente, la adelantaron un año. Deben sentirse muy orgullosos. Una chiquilla preciosa como tu, Sirius, e inteligente como Lupin. Si, se que eras el más listo de la clase.
- ¿Quien te crees...?
- Alray, Ally...no fue tu idea el nombre-levanta los hombros con una expresion de satisfaccion fija en el rostro- Bastante promedio en el colegio pero un excelente pianista. Lo llamaria un prodigio, y casi tan bueno como tú dibujando. Tiene ese...semblante dulce...adorable.
- Mira, hijo de puta
Sirius había perdido la paciencia, estaba harto. Le toma por el cuello de la camisa y lo acerca a él, sabe que Remus no va a intentar detenerlo, no tendría sentido hacerlo.
El animal esta suelto, y le rugue a su ex carcelario como si la vida se le fuera en ello. Le tiemblan las manos, el alma, el corazón.
- ¿Papá?- la voz de Nev suena tras ellos como la de un pajarito confundido, con los ojos abiertos como platos y una sonrisa esfumandose en la boca- ¿Papá, que haces?
- Nada, cariño- dice soltando de golpe a Orion- Ve a clase, anda.
- ¿Quien es?- pregunta, haciendo un gesto con la cabeza
- Soy amigo de tu abuelo Flaemont- sonrie Orion, manteniendo una distancia prudente de ella- Mucho gusto, Querida
- ¿Cree que soy estupida? Dadda...
- Navy, vete a clases- le ordena con firmeza- Draco, llevatela- le grita a la distancia
Orion siente, bajo la capa de cemento que rodea su corazon, como un pequeño y frio sentimiento de molestia le clave las arterias. Los ojos de Nev eran como cuchillas de plata clavadas en su armadura. No, no cree que es estupida, solo intenta mantener las cosas en calma, en la más que pueda en la situacion en la que esta.
Ve como el hijo mayor de Narcissa toma a su prima por los hombros y la empuja dentro de la clase de runas antiguas. Ve esos ojos frios como hielo mirandole como si fuese una amenaza, como si supiera quien es.
- ¿No tienes una clase que dar?
- No si no te vas- sentencia Sirius
- Puedo quedarme con Lupin en su oficina- levanta los hombros, para luego acomodarse la corbata- y tener una conversacion amena con alguien sensato...algo que jamás he podido hacer contigo.
La sangre le arde, y va a golpearlo, lo hará. Lo hará porque no tiene ni puta idea de como defenderse correctamente, porque vuelve a ser ese niño en la casa Black, porque su padre lo mira como si fuera nada.
- Sirius- Remus susurra con calma, una mano le apreta el hombro y con la otra le sujeta por la cadera
- No te mereces a mis hijos
Se aleja a paso firme, sonoros, como si de repente el cuerpo le pesara el doble.
Remus y Orion se miraron con expresion cansada, ambos parecian cansados aunque fuese de maneras muy distintas.
- Por favor- suelta educadamente Remus, haciendo una seña para que caminara frente a él
- Por supuesto
Caminan en silencio, sin mirarse diractamente y a una distancia adecuada, con el profesor indicando con su voz tranquila hacia donde doblar o que escalera subir. Los pasillos vacios facilitan el viaje, nadie les observa por la obvia incomodidad entre ambos.
Cuando llegan, ninguno de los dos esta seguro de que deberian decir ahora. Así que se sientan en la mesita de té, con una tetera y tazas hasta que alguno se decida.
- Se que no lo hizo- Orion dice, cuando se lleva la taza a la boca, Remus levanta la vista y le mira- Se que no se casó contigo para molestarnos.
- Ah- suelta con una risita a medio forzar- Lo se. Llevamos 20 años, Orion. ¿De verdad crees que me importa algo de lo que hayas dicho?
- Fue...¿Cuando? Bueno, Sirius probablemente me odia por eso
- No se lo dije- lo interrumpe- no le hubiera hecho ningun bien. Solo se hubiera puesto de mal humor.
- Eran solo niños...
- Tambien lo era cuando su madre practicaba hechizos oscuros en él cuando le castigaba, cuando le recalcaba que era una maldita decepcion, que era una escoria- levanta los hombros con una indiferencia, usando un tono de voz tan neutro que a Orion le recorre un escalofrio por la espalda- cuando se fue de casa...¿Que quieres? ¿Que tanto más daño quieres hacerle?
- No es eso- le mira- Nunca ha sido eso. No es que no le quiera...pero es imposible hablar con él, sabes como se pone.- se rasca la cabeza- Yo solo quería lo mejor para él.
- Bajo la persepcion erronea de "mejor"- agrega mirandolo, con los ojos amarillentos clavados en él- porque lo mejor para él era salir de ahí, era irse con James, era vivir con alguien que le demostrara que lo queria
- ¿Contigo?- se rie amargamente
- De mi nunca ha huido...y esta conmigo desde los 15...-sonrie amenazante- Se quedó conmigo, se quedó con la gente que no le hizo daño...con James, con Nazz, con los Potter, se quedó conmigo. Nos eligió, no a ti. Y no va a elegirte ahora, ni Nev, ni Ally. No tienes ningun derecho para perdirles que lo hagan. Y no por mi- niega casi alegremente con la cabeza- sino por el daño que le hiciste.
- Walburga merece conocerlos! No fue tan mala como él dice! Se parece tanto a él que no quiere aceptarlo!
- ¡Yo fui quien le curaba las heridas! ¡Yo le vi escupir sangre luego de una visita de su madre! Joder, ella preferia que viviera con el puto trauma para proteger el nombre de un violador- grita para luego recuperar su autocontrol- No voy a exponer a mis hijos a esa clase de conducta, no voy a exponer a MI Sirius a esa casa otra vez.
- Tu no decides sobre eso
- Si no fuera por mi te habría matado a golpes- señala- si no fuera por mi le hubiera dicho a Nev y ella te hubiera matado a golpes. Tu no decides sobre nada, nunca has podido, no sobre él.
- No se quien demonios te crees, asqueroso mestizo.
Le sujeta por la camisa, poniendo una mano en ese cuello marcado de cicatrices que en algun momento le habían dolido. Remus le parece tan distante, casi neutro, incluso cuando decía cosas tan fuertes, cosas que deberia decir con más impotencia. Ojos amarillos fijos en él, ojos que no sabe leer, que no entiende.
Remus quiere reirse, la escena es tan estupida que le resulta graciosa. Orion simplemente no tiene idea, no lo veía como algo dañino y él lo sabe; no estuvo ahí para ver a Sirius desaparecer ni para encontrarlo. Vuelve para ver si puede recuperlo, pero lo que Remus tiene para él no era nada más que la forma educada de decir lo que Sirius quería decirle.
La cara le cambia cuando la puerta se abre y un calor llena todo, Remus siente a su hija mucho despúes de lo que esta dispuesto a admitir.
- Nev- murmura soltando poco a poco a Orion
- Me tomó un rato notarlo...-dice con un tono neutro- el parecido, me refiero. Vine a decirle que se fuera, por favor.
- Navy...
- No me hable, no quiero escuchar nada de lo que tenga que decir- lo calla- Lo quiero lejos de nosotros, de todos. Papá, Ally, Draco, Dabíh. Me importa poco lo que usted quiera
- Nev, solo vete- le pide con una voz dulce Remus- Solo...no hagas esto más...
- No se que quiere, ni me importa. Pero lo quiero muy lejos de mi papá- alza los hombros, sonriendo con la misma frialdad neutral que tenía Remus- Vayase, encierrece en su ataúd, no me interesa. No somos su familia, para mi no es nada más que un viejo patetico. Así que...vayase.
- Nev...
- No- lo hace callar- ¿Acaso no se da cuenta del daño que le hiciste? Años en esa casa del demonio lo dejaron como un muerto en vida. Bordea el alcoholismo, joder. No te quiero cerca.

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Quizaa termine aquí, quizás no.

Corazones inmarcesibles [Wolfstar]Where stories live. Discover now