Después de unos minutos de camino llegaron a un lugar que a los ojos de Louis parecía demasiado elegante, esos lugares a los que podría ir solamente ahorrando todo su dinero durante un año para pagar sólo un platillo. Se sintió demasiado pequeño cuando un hombre que iba vestido elegante (costaba creer que sólo era un empleado y no una persona de las que iban a comer) le abrió la puerta para que bajara del auto mientras Harry le entregaba las llaves para que se llevara la camioneta a sabrá Dios dónde.

- Esto es demasiado Harry – susurró. No quería que nadie escuchara aquello porque seguramente pensarían que era un bicho raro.

- Sólo disfrútalo – respondió sin mirarlo manteniendo una sonrisa hacia enfrente.

Caminaron al interior del lugar uno a un lado del otro hasta toparse con una chica igualmente arreglada, pero ella claramente era parte del personal, lo sabía por la placa dorada que mostraba su nombre seguramente para que las personas ricas que llegaban ahí se pudieran dirigir a ella con facilidad. En ese momento preciso se dio cuenta de que aquello estaba completamente planeado, esa definitivamente no era una cena que Harry hubiera decidido de un día a otro, claro que no, el rizado había hecho una reservación desde hacía dos días sin siquiera considerar el hecho de que Louis pudiera decirle que no quería o simplemente no podía ir.

Harry intercambió unas cuantas palabras amables con la chica que se sonrojaba de vez en cuando y es que Louis sabía que si estuviera en el lugar de aquella mujer estaría en las mismas condiciones o quizá mucho peor debido a lo guapo que resultaba Harry aquella noche. 

La siguieron esquivando unas cuantas mesas como si de un laberinto se tratara. Cuando llegaron a aquella mesa especifica que Harry había reservado, Louis se dio cuenta del por qué. Principalmente se encontraba apartada de las demás mesas llenas de gente, en un rincón, pero sin llegar a ser invisible o pasar desapercibida debido al gran ventanal que había a un lado de ella que ofrecía una hermosa vista al jardín perfectamente decorado de aquel lugar.

- En un momento les atenderán – dijo la chica regalándoles una sonrisa antes de marcharse.

Louis admiró su alrededor embelesado por todo aquello que sólo había llegado a ver desde el exterior y tal vez el interior en una que otra película poco famosa.

- ¿Te gusta? – preguntó Harry con una enorme sonrisa mirándolo directamente.

- ¿Bromeas? – atacó con otra pregunta incrédula – Harry, este lugar es demasiado costoso y no quiero que gastes en mi, de verdad, yo pude haber comido un hot dog o una hamburguesa en la calle.

Harry soltó una sonora carcajada que inundó sus oídos logrando que él igual sonriera.

- Te mereces esto Lou – tomó la mano del de ojos azules que se encontraba sobre la mesa – esto y más – corrigió

Tuvieron que esperar unos pocos minutos más para que después se les acercara un amable mesero quien tomó la orden. Habían llegado al acuerdo de que Harry sería el que haría aquello ya que se notaba más en su área de confort que Louis como si ir a aquellos lugares le fuera de lo más natural del mundo.

Aquella era una faceta de la vida de Harry que Louis había ignorado por completo desde el momento de conocerlo, pero algo en su interior le decía que era bueno saber cada día más de aquella persona que le había robado el corazón. El rizado había conocido la vida de Louis en todas sus etapas desde el momento en que había conocido a su familia.

- Esto no se parece a una hamburguesa de un puesto callejero – comentó riendo después de que el mesero les dejara la comida y se retirara.

- Pero puedes comerlo con las manos – rió Harry – ya sabes, para hacerlo más real y callejero.

A Primera Vista... [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora