7. Baile

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Lucas había elegido a Riley.

Lucas le había roto el corazón a Maya.

Lucas había hecho feliz a Riley.

Lucas le había roto el corazón a Farkle.

Estaban, 1 año después de haber roto el triángulo, en el baile de fin de año.

Todo ese año había sido muy incómodo para todos, en especial para Maya y para Farkle, ellos aparte de incómodos, tenían el corazón trizado.

Por ver a sus amores con otra persona.

Estaban sentados ambos en el suelo del coliseo del colegio, hablando y viendo a Lucas y Riley bailar. Se habían convertido en una de las parejas favoritas de todos.

—May, ¿tu ya superaste a Lucas?—le preguntó Farkle sutilmente.

La rubia suspiró.

—No, no lo he hecho, ¿tú a Riley?

—Tampoco

Ambos suspiraron.

—¿Cómo es que terminamos así, Genio? Tú, el prodigio, y yo, la rebelde. ¿En serio hemos caído tan bajo?—habló Maya decepcionada.

—No lo sé, preciosa, no lo sé. —dijo poniendo su frente en el hombro de la rubia.

Se quedaron en silencio viendo como todos bailaban, en especial ellos.

Esto parece funeral, así que tu y yo, vamos a bailar.—dijo la rubia parándose y alisando su precioso vestido rojo.

Es hermosa. Pensó Farkle.

—De acuerdo.—dijo el ojiazul imitando a la rubia, solo que él tenía un traje negro.

Fueron a una esquina del lugar, empezaron a bailar, al principio, un poco tensos, pero luego se soltaron, jugaban y reían.

¿Por qué no fue ella?

Se preguntaba Farkle, ella era tan dulce y noble, pero el se había enamorado de la egoísta y caprichosa.

Pero eso podía cambiar, ¿no?

Ella parecía pensativa, vieron como los tórtolos se besaban, notó que Maya quería irse, pero no la dejo.

—Tenemos que superarlo, rubia.—dijo tomando su mano.

—¿Podemos hacerlo en otra parte?—trató de evadirlo la chica.

—No, Maya, es hora de mostrarles que no los son todo para nosotros, es hora de demostrarle al mundo que Maya Hart y Farkle Mincus, la rebelde y el genio, no se dejan vencer por nadie.—la motivó, ella le sonrió y se puso a bailar de nuevo.

El chico se puso un objetivo, hacer que esta noche sea inolvidable para la rubia.

Se pusieron a bailar mucha más animadamente, bromeaban entre ellos, sin darse cuenta, en un momento estaban en el centro de la pista, llamando la atención de todos.

Incluso la de Riley y la de Lucas.

Estos se encontraban girando en todo momento, para ver a los ojiazules en todo momento, vieron como Maya reía como loca, Farkle le susurró algo en el oído y la rubia se sonrojó.

Maya había reído por una anécdota de Farkle.

—Me encanta tu risa.—le susurró el genio en el oído, ella se sonrojó.

Lucas hechaba humo de las orejas, se dirigió a ellos, al igual que Riley, la cual estaba igual de enojada.

A Lucas no le molestaba que Maya riera, no, eso le encantaba, le molestaba que esas risas no fueran para él, le molestaba no tener la atención de ella.

A Riley tampoco le molestaba que Maya riera, pero si lo hacía que Farkle sea el responsable de sus risas.

¿Tomé la desición equivocada?

Se cuestionó Lucas.

Llegando a ellos, Lucas tomó a Farkle de su leva negra, y lo jaló hasta estrellarlo contra una pared, seguidos por Maya y Riley.

El rubio era más alto que el neoyorquino, pero no más rápido ni ágil, así que Farkle, en un rápido movimiento, se safó de su agarre.

—¿Qué te pasa, Lucas?—le reclamó Maya.

—¡¿Qué me pasa?! ¡Me pasa que este imbécil estaba demasiado cerca de ti!—le reclamó, como si tuviera el derecho de hacerlo.

—¡¿Y?! ¡Eso no te debe importar!—le gritó la rubia.

El chico decidió tomar un respiro, para calmarse.

—¿Farkle, qué hacías tan cerca de Maya?—me preguntó Riley.

—Riley, sin el afán de ser irrespetuoso, eso tampoco te debe importar a ti, tú estás con Lucas.—le respondió.

—¿Por eso estabas tan cerca de Maya? ¿Para poneme celosa?—le recriminó la pelizabache.

—No, linda, ninguno lo hizo con ese motivo, es que estábamos solo y decidimos ir a bailar.—le dijo la rubia.

—Era para Farkle.—respondió bruscamente Riley.

—Riley, no le hables así, ella solo dijo la verdad.—le dijo Farkle.

—Y ahora la defiendes, ¿acaso no te gustaba yo?—le reclamó Riley.

—Riley, tu lo has dicho, yo te quise y te querré mucho, pero estas actitudes, tan egoístas y malcriadas, me han alejado de ti, no eres la misma Riley de la que me enamoré.—le respondió Farkle con decepción en su voz y Maya lo abrazó.

—Sh..., tranquilo.—le susurró.

—Maya...—le preguntó Lucas ya más calmado, y asustado, estaba por perderla.

—Yo...lo lamento Lucas.—dijo sin verlo.

—Entonces, todo por lo que luchaste, ¿fue en vano?—le recriminó él.

—Ese fue el problema, vaquero, yo fui la única que luchó.—le respondió.

Él se quedó callado y Riley habló.

—Frakle, ¿te gusta Maya?

El genio se quedó pensando, no, no le gustaba, pero podía llegar a hacerlo, ella era muy especial para él, y no iba a mentir, había empezado a sentir muchas cosas por su amiga.

—No, Riley.—esta sonrió y Maya se sintió decepcionada.—Pero se que va llegar a hacerlo, porque cuando ustedes nos abandonaron nosotros solo tuvimos al otro, yo la amo, la amo por ser mi amiga y mi apoyo, y se que puedo amarla como mi novia.—dijo él seguro de sí.

Vio como la rubia sonría, se acerco a ella y tomó su cintura, para luego besarla dulcemente.

Lucas trató de acercarse, pero Riley o detuvo y lo jaló hasta irse de allí.

Se separaron de su beso con la respiración agitada.

—Buena actuación, Farkle, nos dejarán en paz por un buen tiempo.—le sonrió la rubia.

—Maya, no fue una actuación, fue la pura verdad.—dijo acercándose de nuevo y acariciando su cintura.

Maya sonrió conmovida.

—Yo también te amo, Farkle.—le dijo antes de besarlo.

Lucaya's  One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora