Louis Tomlinson, es un chico independiente, el cual dejó los lujos de su hogar y que trabaja humildemente de informático. Debido a que ha estado mintiendo a su adinerada y excéntrica familia, este necesitará una pareja urgentemente para acudir a una...
Durante días, el móvil de Louis y el de Harry no pararon de sonar pues tanto su madre, como su padre y sus hermanas querían hablarles pero ellos ya se imaginaban el motivo, así que no les cogieton a ninguno.
La familia del ojiazul estaba indignada, ya que sentían que este no solo les había mentido durante meses con lo de que tenía novio e inventarse excusas para no ir a los compromisos sociales, sino que además había contratado a un prostituto cualquiera, al que ellos habían recibido en su familia con los brazos abiertos.
...-Definitivamente este hijo nuestro es un desastre total- lloraba Johanna por enésima vez.
-¡Y además es un cobarde!, ¿tú ves?. ¡Ni siquiera da la cara!...¡se esconden como conejos que son!...¡que vergüenza!—gritaba muy enfadado Mark.
-Dios mío, un prostituto.... Me hubiese esperado cualquier novio por su parte.... Un don nadie, un obrero e incluso un hippie melenudo y sucio, pero esto es muy denigrante, Mark... nuestro hijo es un putero.
Estos se habían enterado justo al irse Smith pues se lo había contado todo con la ayuda de Steven, quién por un poco más de dinero soltó la lengua con gusto.
(...)
...-Harry... vámonos lejos de aquí, de mi familia, lejos de todo- dijo Louis de repente.
-No voy a huir más, tarde o temprano, tus padres tendrán que aceptar que tú y yo estamos juntos- habló el ojiverde muy convencido.
-Me extraña que mi madre no me haya buscado en el trabajo pero seguro que ya fue a mi casa.
El rizado lo abrazó fuertemente.
-Tranquilo pequeño, estando conmigo no te pasará nada.... Soy tu novio ¿recuerdas?.
-Ah ¿si?—rió Louis cogiéndolo del cinturón— ...pues necesito que como novio mío que eres, me des algo de tu amor.
-No juegues con fuego, pequeño.
-¿Qué me vas a hacer si lo hago?—preguntó desafiante el ojiazul subiéndose a su regazo.
-Empieza a correr porque te voy a comeeerrr... enterito... aaaaarrrh- dijo Harry poniendo cara de bestia salvaje.
Inmediatamente, Louis se bajó de un salto y empezó a correr hacia la habitación.
-Jajaja... antes tendrás que atraparme.
El rizado fue tras él riéndose y lo atrapó en la puerta de su dormitorio, donde Louis dio un chillido entre risas también, ya que estaba atrapado.
Cayeron juntos sobre la cama, mirándose a los ojos pero de pronto Harry se puso serio.
-Louis....te amo- habló temeroso aunque con una gran sonrisa.
El ojiazul sonrió y atrapó los labios de éste con gran entusiasmo.
-Yo te amo también, Hazza.... Hazme tuyo de nuevo, quiero sentirte una vez más dentro de mi.... Quiero que me llenes de placer hasta volverme loco.
El ojiverde obedeció al instante, así que le sacó la ropa a su pequeño novio y luego se sacó la suya, acto seguido comenzó a besarle todo el cuerpo y a lamerlo, haciendo pequeños círculos con su lengua.
Habían hecho el amor infinitas veces pero esa fue la primera en la que sus sentimientos habían sido revelados abiertamente, sin presiones, sin miedos...fue un momento mágico y lo era sólo de ellos.
Louis se subió en Harry y se metió la polla hasta dentro, tocando su punto dulce, el cual lo hizo gemir muy fuerte, mientras el ojiverde jadeaba por la excitación pues su novio lograba siempre ponerlo en ese estado.
El informático le ponía muy caliente y siempre tenía ganas de follarselo, nunca se cansaba, ya que era quién encendía su pasión y lo sumía en el mejor de los placeres.
Louis cabalgó sobre Harry jadeando y gritando muy excitado, las estocadas eran profundas, ardientes, pasionales y desde abajo el ojiverde veía como éste disfrutaba muy sonrojado.
El estudiante de psicología pensó que quería tener siempre esa imagen en su retina, quería morirse haciendo eso, viendo a su informático y precioso novio de esa manera, feliz, pletórico, sudado y lleno de lujuria, saltando sobre su miembro..
Tras varias penetraciones más, Harry llenó a Louis con su cálido esperma y éste entonces se corrió manchando el pecho del rizado entre fuertes gritos de placer y luego cayendo rendido sobre la cama.
Eran muy dichosos juntos en su vida y nada era más importante que ellos, ni el dinero, ni la clase, ni el trabajo o los beneficios, sólo el amor que se tenían, era su bien más preciado.
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