22.

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El domingo en la mañana, Harry se despertó desorientado, estaba con la misma ropa y con los apuntes y los libros encima suyo.

Se había quedado dormido sin darse cuenta, mientras estudiaba para el examen, entonces de repente se acordó de que no sabía nada de Louis, así que cogió el móvil con intención de llamarlo pero vio su mensaje.

Tras leerlo, decidió mejor en ir a verle, así que se levantó, se duchó rápidamente, se puso unos pantalones negros ajustados, una camiseta color pistacho, una cazadora vaquera negra y en sus pies sus botas marrones favoritas.

El ojiazul ya estaba levantado pues la verdad era que apenas había podido pegar ojo, no pensó que seguiría sintiéndose tan extraño pero lo hacía y aunque quería enterrar lo que había sucedido con Liam, en la tarde anterior, le estaba resultando muy difícil.

Cuando el rizado llamó a su puerta, éste estaba disfrutando de un delicioso café, entonces desanimado fue a ver quién era y al comprobarlo, muy nervioso se apartó de la mirilla.

—Oh joder, mierda— susurró

De nuevo los nudillos del ojiverde tocaron su puerta.

-¿Pequeño, estás ahí?—Se escuchó.

Louis respiró profundamente soltando el aire lentamente e intentando calmar los nervios y acto seguido abrió.

—Hey pequeño...¿Aún dormías?—preguntó el rizado entrando y besándole—...te extrañé mucho.… Toma, te traigo unos croissants, ¿me invitas a un café?.

-S-Si cla-claro... si-siéntate por favor.

Louis caminó hacia la cocina para servirle pero este lo siguió y atrapandolo por detrás, lo abrazó y le besó el cuello tiernamente, la verdad era que el ojiverde no podía aguantar más sin tocarle, eso hizo sonreír al informático, el cual se dio la vuelta y también lo abrazó.

Ambos se miraron un instante, sus bocas estaban muy cerca y sus alientos se mezclaban ardientemente, enseguida Louis notó el bulto del rizado pues estaba muy excitado, entonces comenzaron a besarse desesperadamente, devorándose uno al otro.

Dejando el café para luego, fueron caminando torpemente hacia la cama, tropezandose con todo y riéndose entre beso y beso.

La ropa voló por los aires en cuestión de segundos, al igual que su calzado y continuando con los besos y caricias cada vez más calientes y hambrientos, el calor y la pasión inundó la estancia.

Louis arañó la espalda de Harry por la fuerza que hacía para tenerlo pegado y sentirlo aún más cerca, ya que quería olvidar por completo lo hecho por Liam y sólo Harry podía conseguirlo.

Tremendamente duro, el rizado abrió las piernas del ojiazul, quién dejó a la vista todo un mar de degustación que este quiso probar con gusto pues le era tan delicioso que este chupaba y lamía como si no hubiese un mañana.

-¡Aaaahhh siii, Harryyy oohhh ummm si...si...!.

A cada gemido del informático, el rizado estaba más y más encendido, quería verlo seguir gimiendo y cabalgando sobre su polla, así lo cogió y tiró de él para que se subiera.

Louis comenzó a besarle todo el pecho, al tiempo que con su movimiento​ frotaba su polla con la del ojiverde, emitiendo corrientes en sus ardientes cuerpos.

Sin poder contenerse más, Harry se puso el condón y se metió en el interior del ojiazul, mientras éste lanzó un gran grito de dolor para luego empezar a moverse con suaves saltos sobre él para así mitigarlo y solo sentir un intenso placer.

En esa postura Harry acariciaba con inquietud y desespero el punto dulce de Louis, la próstata era tocada una y otra vez y eso hacía enloquecer a su pequeño y precioso ojiazul, haciéndolo sonreir.

Los dos gemían por el inmenso y acalorado placer que se causaban uno al otro, enloquecidos por miles de sensaciones que su contacto mutuo le provocaba.

Cabalgada tras cabalgada, gemido tras gemido y suspiro tras suspiro de placer, los ardientes amantes llegaron al orgasmo, dejándolos exhaustos uno encima del otro.

Cuando Louis recuperó el aliento y su respiración se normalizó bajó de Harry y se tumbó a su lado, comenzando los dos a reírse como niños, producto de una mezcla entre el estado placentero en el que se encontraban y la felicidad que sentían.

...-Ahora si que me tomaría con mucho gusto ese café con un tonelada de croissants- dijo el ojiverde.

El informático entonces paró de reírse, se incorporó sentándose al borde de la cama y se colocó los boxer rápidamente, luego se levantó y muy serio miró a este, quién lo miraba sorprendido.

—¿Qué ocurre?, ¿estás bien?.

-Tonto el último.... jajaja- dijo entonces el ojiazul comenzando a reírse y echando a correr hacía la cocina.

-Serás tramposo, pequeño granuja, verás cuando te coja... jajaja- Harry se levantó rápidamente y lo persiguió por todo el pasillo.

La felicidad de unos, a veces es la envida de otros....

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3. Placer en las venas~Larry Stylinson💋 (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora