5. La culpa se lo tiene Charles

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- ¿Que se supone que haces, SukiMa? Deberías cuidar de mis hijos, estúpida Beta... Charles tiene dudas acerca de la leche de fórmula.

Dijo Erik mientras me agarraba de mi bata de doctora y, apartándose de mis escritos. Y me agarraba furioso y con una vena saltándose en su frente.

- No tengo la culpa que no sepan nada de bebés...

Si...

Actualmente estoy así con este Alfa de pecho peludo y pito de oro.

Da igual... Les dejo donde lo deje...

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Luego de que Charles saliese de la casa de Raven, comenzó a dirigirse hacia al parque central.

Charles pensaba a regresarse a la casa de inmediato por su hermana.

¿Qué tal si le hacia algo?

Charles negó con la cabeza.

No podría.

Charles se dirigió a pie hacia el parque pensando de lo que quería hablar Azazel con ella. Al parecer era muy delicado.

Luego de unos 10 minutos caminando, llegó al parque, el cual, para el menor lo consideraba como el parque más tranquilo y relajante.

Se sentó en una banca para observar el cielo. Tenía algunas estrellas a la vista.

Charles suspiro con nostalgia.

Como le gustaría hablar con alguien ahora mismo.

Por alguna razón, se sentía extraño tanto dentro y fuera de su cuerpo.

Como si se estuviera cuidando.

De repente un hombre le llamó.

Charles bajo su mirada y se sorprendió.

- Disculpa... ¿podrías darme la hora?

Charles se ruborizo. Era un Alfa muy guapo.

Cabello castaño pero con el brillo de la luz tenía detalles dorados. Los ojos verdosos. Su cara es seria y fría. Sus facciones son PERFECTAS.

Charles tosió un poco.

- Son... Las 8:30 pm...

Dijo Charles en tono nervioso.

El Alfa suspiro cansado.

- Gracias.

El Alfa estuvo a punto de marcharse pero Charles le tomo de la muñeca izquierda.

Charles tragó saliva nervioso. ¿por qué había hecho eso?

- Esto...

Charles pensó que... Él podría ser su Alfa. No iba a desaprovechar esta gran oportunidad.

El Alfa aparto el tacto del Omega bruscamente.

- No me toques.

Dijo el Alfa con altanería.

Charles frunció el ceño. Retiro lo dicho.

- ¡Tsk! Solo quería decirte que esta desatada tu agujeta.

Dijo al azar Charles.

Afortunadamente es verdad.

El Alfa bajo su mirada sorprendido y lo comprendió.

Por primera vez lo mal interpretó.

- ¡Uhm!

El Alfa se agachó para amarrar su agujeta de sus zapatos que por cierto son carísimos.

Loué pour toujours® Por: SukiMa🔱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora