9. Brick red

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Los nervios le embargaron cuando Saoirse le contó lo que quería hacer. Luego de un día y medio sin ver a Beka y la loba dando vueltas entre ambas habitaciones, ella le dijo que quería ver si el autocontrol de su amigo aún estaba por alguna parte. ¿Cómo iban a comprobarlo? Oh, fue su error preguntar y luego ser arrastrado a su antigua habitación, mientras temblaba como si estuviera desnudo en invierno.

—Quédate aquí —ordenó ella, dejándolo cerca de la puerta—. Veré cómo reacciona con tu olor en la habitación y si aún está muy descontrolado te avisare para que te salgas.

—Espera —le detuvo del brazo antes de que se alejara—, ¿por qué hacemos esto? ¿No deberíamos esperar a que salga del celo?

—Cuando tú entres en celo será mucho más complicado, sólo quiero asegurarme que él podrá estar algo consciente para mantenerse controlado.

—Con que nos separes de habitaciones es suficiente.

—Claro que no —sonó ofendida—. No voy a poder contener a un alfa y un omega en celo a menos que los encadene a los dos, ahora calla y haz lo que te digo.

—Si me marca te echaré la culpa a ti.

Ella bufó y rodó los ojos, haciéndole una seña para que se quedará en su lugar, entrando luego a la habitación a pasó lento.
La escuchó hablar con Otabek, pero no podía entender las respuestas del alfa por su voz baja y agitada, luego, ella volteo a verle y le indicó con la mano que se acercara.

—No —dijo de inmediato.

—Yuri, ven.

Se cruzó de brazos, aferrándose a la sudadera que llevaba puesta y entro a paso lento, muy tímido.
Otabek estaba sentado, sus dos manos estaban esposadas a la cabecera de la cama y solo estaba en ropa interior, Yuri podía imaginar que tenía mucho calor pero no sabía si tanto como él durante su celo.

Nadie dijo nada por un par de minutos, Otabek veía a Yuri fijamente como si fuera su presa, el rubio trataba de evadir por todos los medios los ojos del alfa y Saoirse los observaba atenta en caso de tener que saltar sobre el lobo, jamás creyó que terminarían en esa situación...claro, antes de la misión.

—Yuri —la voz ronca de Otabek puso en alerta a los otros dos—. Tú robaste mi sudadera.

—Ella me la dio —sus piernas temblaron débiles ante la voz de mando del otro, joder odiaba eso de los alfas.

—Acércate más.

Se sorprendió y volteo a ver a la muchacha que le asintió, tratando de calmarlo con una mirada, estaba ahí para detener cualquier cosa. Suspiró y camino dos pasos hacia la cama.

—Ahí, no avances más.

Volvió a temblar, tensándose.

—Tienes un aroma bastante fuerte, ahí es mi límite...si te acercas más no podré contenerme.

—Tienes que —Saoirse le acercó una silla a Yuri, indicándole que se sentará, muy consciente de que estaba jugando con fuego.

—Podría transformarme ahora y las esposas no harían nada.

El omega se tensó y se aferró a la tela entre sus dedos, viendo a la muchacha con temor.

—No pasara porque te puse el sedante,  caerás rendido si tratas de cambiar.

—Controladora —se quejó, soltando un bufido como animal frustrado.

—Tomar a un omega porque estás en celo no está bien, alfa.

Yuri parpadeo sin comprender, ¿por qué le decía así? ¿Acaso los alfa se volvían locos cuando estaban en celo?

—Para eso está él, no es cualquier omega.

Red deliciousWhere stories live. Discover now