IV

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HABÍA TRANSCURRIDO TRES SEMANAS desde que Nina trabajó en urgencias. Tenía nuevamente a Matt Coyle como su jefe y el ambiente entre ambos seguía igual de tenso. Park era el único que la tomaba en cuenta mientras Shaun, bueno, Shaun era Shaun. Nina no podía exigirle más. De hecho, no le molestaba que buscara independizarse, eso no cambiaba su amor por él.

El que no estaba de acuerdo en que su hermano pasara demasiado tiempo solo, era el doctor Glassman. Sí, era cierto que Shaun apenas estaba adaptándose a su apartamento y que de vez en cuando se veía envuelto en alguno que otro inconveniente, pero aquello no le causaba mayor problema. ¡Incluso comenzaba a tener una amistad con una vecina llamada Lea! Nina estaba muy contenta porque eso significaba que comenzaba a socializar con alguien.

-¿Contrataste una terapeuta para Shaun? -Fue lo primero que preguntó aquella mañana cuando entró a la oficina de su mentor.

Glassman frunció el ceño extrañado por el semblante de la joven. Era la primera vez que no había un "buenos días" o un "te traigo café", parecía que había dormido menos de cinco horas la noche anterior, y en verdad así lo era.

-Todos necesitamos un apoyo de vez en cuando -comentó él, señalándole amablemente el asiento frente a su escritorio.

Ella se acercó, negándose a su ofrecimiento con un sutil movimiento de cabeza.

-Pensé que ya no era tema de conversación -se encogió de hombros-.Nada de personal de apoyo, trabajadores sociales, terapéutas, o cuidadores. Shaun se inquieta mucho con solo pensarlo; no está para nada cómodo.

-Lo sé, lo sé -dijo Glassman desde su asiento - y precisamente por eso insisto. Ha llegado tarde al trabajo media docena de veces, el otro día me llamó ansioso en la madrugada porque no encontraba un destornillador y el administrador quiere echarlo del edificio.

Nina se quedó asombrada ya que no tenía conocimiento de ello. Posiblemente Shaun se sentía más cómodo contándoselo a Glassman y no lo culpaba, lo único que quería era que viviera lo más a gusto posible.

-¿Y fuiste? -Preguntó.

-¿Qué?

-En la madrugada, cuando te llamó por el destornillador, ¿fuiste a verlo? -insistió ella.

-¿Qué más iba a hacer? -Cuestionó el hombre indignado - ¡Estaba frenético!

-¿Sabías que para evitar la cita con la terapeuta pasó la noche de ayer en el cuarto de limpieza del hospital?

Glassman suspiró pesado. Tenía tanto miedo dentro de sí en ser un buen mentor para ambos, que había olvidado que Shaun necesitaba su espacio personal. Con Nina las cosas resultaban más fáciles, pero con Shaun... había algo en él que le recordaba mucho a alguien que había perdido en el pasado.

-Sé que te preocupas por él tanto como yo -ella continuó-. Pero has luchado para que lo contrataran en este lugar justo porque puede aprender. Suficiente tiene con un jefe y uno que otro paciente prejuicioso. ¡Ya te lo digo yo, que lo he visto!

La conversación terminó en uno, terapeuta despedida; dos, nada de personal de apoyo; y tres, ambos iba a cooperar para completar los mil ochocientos dólares que Shaun necesitaba para comprarse un televisor.




● ● ●

10:43 pm.

-Neil, necesito decirte algo -dijo su prometida desde el asiento del copiloto.

Acababan de subir al auto de él, Melendez estaba a punto de arrancar, pero se detuvo de hacerlo.

-¿Si?- Se encogió de hombros. Su jornada laboral del día había sido muy pesada y lo único que quería era llegar a casa.

𝐒𝐇𝐀𝐔𝐍'𝐒 𝐒𝐈𝐒𝐓𝐄𝐑| N. MeléndezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora