Sus manos respondían antes que su cerebro, y aunque no había escrito nada malo -hasta el momento- sentía que podía cagarla, así que fue al baño, se miró al espejo e intentó calmarse refrescándose el rostro con agua.
Lance: ¡Gran descripción sobre ti mismo tienes! Siento que ya te conozco. XD
Keith: Gracias. :)
Otra cosa importante sobre Keith... No entendía el sarcasmo ni aunque le pusieran un cartel en frente.
Lance: Jajaja, que gracioso.
El ceño de Keith se frunció con confusión. No intentó ser gracioso y si así hubiera sido probablemente Lance no se habría reído.
Estuvieron hablando hasta entrada la noche, ninguno de los dos entendía por qué, pero se sentía tan bien que no cuestionaron la razón. Era como si ya se conocieran de antes.
Keith: Debo ir a dormir ya, mañana tengo clases temprano. Fue un gusto hablar contigo. Buenas noches.
¿Ni siquiera un emoji? ¡Vamos!
Lance: Okay, descansa. 🌚🌌
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Un pitido intermitente inundaba la habitación de Keith. Metió la mano bajo su almohada, sacó su celular y detuvo la alarma. Con un movimiento rápido incorporó su cuerpo en la cama y se sentó en la orilla de esta.
¡Hora de empezar el día!
Caminó al baño. El espejo le mostró su no agradable cara, las horas de sueño faltantes le habían la factura con dos ligeras ojeras bajo sus ojos; pero valió la pena. Se sonrió y empezó a lavar sus dientes.
Como era habitual salió a correr. Después tomó un baño y el desayuno antes de irse a su clase.
Estaba en segundo año en la carrera de ingeniería en mecatrónica, y le encantaba, tal vez que su mejor amigo Shiro lo estudiara también influyó sobre él, aunque eso era algo que nunca iba a aceptar.
Había conocido buenas personas en el camino de sus estudios, pero por alguna razón se sentía fuera de lugar y no lograba trabar lazos fuertes con nadie. Para eso tenía a Shiro, él bastaba, se decía.
Entró cinco minutos tarde a cálculo superior, la mirada del profesor hizo que agachara la cabeza y fuera como un perrito regañado hasta su asiento. ¡Perfecta manera de iniciar el semestre!
- ¿Cómo sobreviste a esa mirada?- dijo en susurros la chica a su espalda. Keith volteó disimuladamente hacia ella. Tenía el cabello largo y rubio peinado en dos medias coletas altas. Sus ojos eran grandes y expresivos, azules oscuro con tonos ¿morados? Sí, estaba muy cerca. El chico se encogió de hombros antes de recordar responder a la pregunta.
