IV

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—¡Vamos Ash!

El estrepitoso vitoreo de toda la gente concurrida en las tribunas del estadio de futbol –en su gran mayoría compañeros de escuela- proclamaban el nombre del azabache que corría con destreza y agilidad por el campo. Con sus habilidosas piernas burlaba a sus rivales y se acercaba a la portería contraria, siendo seguido por todo su equipo que depositaban al cien por ciento su confianza en aquel "niño milagro".

No cabía ni un alma más en ese pequeño estadio, y la noche del latente verano de su segundo año de secundaría era el escenario perfecto para tan inolvidable momento.

Apenas y podía alcanzar a distinguir su cabellera azabache entre las cabezas de la gente, por más que hubiese elegido un lugar alto para no perderse de nada, la emoción de la gente no les permitía permanecer sentados en las gradas.

—No veo nada...—se lamentó tratando de encontrar un hueco entre el movimiento ansioso de las personas.

—¡Y eso un gol! —La multitud enardeció ante las palabras del relator y la imagen que habían visto — ¡Ash Ketchum, el niño milagro, lo volvió a hacer!

El azabache fue abordado por sus compañeros de equipo quienes los levantaron emocionados a la vez que gritaban su nombre, una multitud de compañeros se acercó a ellos celebrando la merecida victoria.

Su corazón se emocionó. Verlo feliz la hacía feliz, y sabía que para él aquello era muy importante y especial, por lo que lo acompañaría en todo momento, aún siendo solo a la distancia y en lo más profundo y oculto de su corazón.

Él sonreía, siempre sonreía. Así era su amigo; rodeado de muchas personas siempre, irradiando felicidad y luz a cada momento, y ella solo pudiendo observarlo desde la distancia. A veces sentía que no era parte de su mundo, pero trataba de borrar esos malos pensamientos. Ella era su amiga de la infancia y, aunque ya no eran niños para estar jugando y su relación quizás ya no era igual, jamás se apartaría de él, y es que no conocía nada más. Desde pequeña él fue todo su mundo y aún lo consideraba así, y esperaba que fuese de esa forma para siempre.

Se sonrojó por tal fantasía, aunque eso por ahora era un pequeño y hermoso secreto que pretendía seguir manteniendo así, al menos por ahora. Aunque no había un día en el que no suspirara con el anhelo de que él, finalmente, se fije en ella como algo más...

Bajó delicada y cuidadosamente de las gradas, su miedo a las alturas era algo con lo que tenía que lidiar siempre, y a paso algo nervioso pero emocionado se fue acercando a la multitud de chicos que celebraban alrededor del equipo, alrededor de su azabache.

Bajó delicada y cuidadosamente de las gradas, su miedo a las alturas era algo con lo que tenía que lidiar siempre, y a paso algo nervioso pero emocionado se fue acercando a la multitud de chicos que celebraban alrededor del equipo, alrededor de su...

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—¡Ash estuviste increíble!

—¡Excelente amigo!

—¡Ganamos otra vez!

Los gritos de sus compañeros lo llenaban de orgullo, siempre soñó con algo así, el ser reconocido por todos. Sabía que su mucho entrenamiento y su perseverancia no habían sido en vano, le llenaba saber que todos sus esfuerzos habían valido la pena, y que contaba con un gran equipo.

What i don't see...Where stories live. Discover now