"Palabras dolorosas".

2.3K 231 7
                                    

Capítulo 23: "Palabras dolorosas".

—Felicidades, Pdta ____. —Felicitó Sehun.

—Ha salido hermosa, Pdta —dijo una de las empleadas

Ya había sido lanzado la revista donde daba anunció del cargo. Todo Corea sabía de quien era yo.

Mi vida había dado un giro totalmente, no puedo evitar pensar las caras de las personas que me hicieron dañó.

Siempre creyeron que Kim ____, no iba ser nada en la vida. Que iba a pasar siendo empleada de un supermercado por muchos años. Siento haberles roto la ilusión, ahora mismo Kim ____, era la presidenta de Times Square.

Yoona

¡¡Ya salió!!

Mandó una foto con la revista en su mano. Sonreí al verla, ya la quería tener cerca mío. Yoona era una linda persona al cuál me encariñe mucho.

—¿Esto? —Solté confusa al ver un sobre en mi escritorio.

—Es la invitación de la boda —dijo ladeando una sonrisa.

Como todo lindo día, siempre el mínimo detalle arruina todo.

—No creó que pueda ir. Desde que se anunció mi cargo estaré muy ocupada —excusé, ¿desde cuándo me interesaba tanto?

—Lo sé, pero su padre me hubiera obligado a invitarla.

Expresé un gesto indignada.

—¿Mi padre? Él ya no está. Si no quieres que vaya, no me invites y ya. No te culpare. —Solté enojada.

—¡Bien! —Exaltó furioso—. No vaya entonces, de todas formas no es importante su presencia —comentó yéndose de la oficina.

—¡Oye! —Grité dejándome con la palabra en la boca.

«No necesitó esto», pensé arrugando la tarjeta y tirándola en la basura.

[...]

3 meses después...

—¿Hoy noche de chicas? —Habló Yoona detrás del teléfono.

—Estoy ocupada... trataré de ir a tiempo.

—¡Aaay! Desde que te anunciaste públicamente, te has vuelto toda un señora de empresa —burló.

—¡Oye! —Reí ofendida. Tenía razón, mi agenda andaba muy apretada últimamente.

Ya estaba a puertas de la empresa, era momento de dejar la charla.

—Me tengo que ir. Te habló después, oki? —Sonreí colgando.

Entré a la empresa escuchando un par de gritos en la recepción. Decidí acercarme por curiosidad.

—¿Ocurre algo? —Pregunté observando la situación de lejos.

—____ —habló mi madre al verme.

«O... por... dios», pensé atónita.

«No, ahora por favor».

Verlas me hizo entrar en un bucle de recuerdos atormentosos estando a su lados. Tener el resentimiento de que me echaron de la casa, de que nunca fui lo suficientemente buena para ser una integrante de familia.

Mis ojos se cristalizaron apuntó de rodar lágrimas por mi rostro. Me fui de allí con mi nombre atrás.

No quiero saber nada de ellas... ¡no!

Apreté el botón del ascensor que para el inoportuno momento no abría las puertas.

—Kim ____, escúchanos... por favor. —Tomó mi brazo, Sunni.

No quería causar problemas en la empresa. Las miradas de algunos posaban en la escena.

—Por favor, váyanse. No tengo nada que hablar —dije lo más delicadamente posible sacando su mano de mi brazo.

—Siempre confiamos en ti, no nos dejes.

«¿Confiar? No me hagan reír».

—No hagan las cosas más difíciles.

—Solo necesitamos unos minutos de tu compañía —comentó mi madre—. Estamos muy orgullosas de ti —expresó Sunni, volviendo tomar de mi brazo.

—¡Basta! —Exploté de paciencia. Quería sacar todo mi rabia, comentar todo el dolor que sentía, pero aquí no era el lugar ideal. Unos guardias se acercaron atentos.

—Por favor sáquelas... no las conozco —dije con un nudo en la garganta.

—¿Qué? ¡Somos tu familia ____, desgraciada!

Esa era la prueba de que no cambiaron su actitud podrida.

Aquello no iba a salir de la cabeza por más que trabajé.

«Kim ____, no interfieras tus sentimiento con el trabajó», pensé convenciéndome.

Me encerré en la oficina observando el suelo, mirando en la nada pensando en todo.

Suspiró pesado, quería soltar todo lo que pensaba, ser libre. Nadie estaba para escucharme. Siempre dije que uno puede vivir solo para siempre aunque lo cuestionó. Verdaderamente necesitó el hombro de alguien.

Compré leche, ya que era la medicina para aliviar las perezas, subí a la terraza para observar la linda vista de la ciudad.

—Es un hermoso lugar para pensar en la vida —dijo Baekhyun sin quitar la vista del frente.

—Empleado Baekhyun —dije observando su tierna cara.

—Mhmm —musitó.

Decidida a preguntarle, se convirtió en una dudosa pregunta.

—Nada. —Ladeé una sonrisa.

—Felicidades por el anunció —respondió con una sonrisa.

—¿Luego de tres meses? —Pregunté confusa.

—Disfruté mucho esta terraza. A veces las oportunidades de la vida se van para siempre para nunca regresar —dijo en un tono un poco amenazador terminando así con esa característica sonrisa que dudaba la manera de lo dicho.

—Sí se van... para venir unas mejores —contesté cuestionando su comentario.

[***]

Un puesto para mí | Baekhyun y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora