—Bueno… —Que se supone que diga no soy buena mintiendo; si estoy incomoda.

—Si soy sincero yo también lo estoy;  ha pasado una década desde la última vez que dormí con alguien a mi lado, claro si no contamos a Abby —dice entre la oscuridad haciendo que sus palabras suenen más profundas por  su tono de voz.

Con  cuidado me volteo un poco para estar de frente a él, solo puedo ver su silueta que también está mirando hacia el techo, como yo hace unos minutos.

—Si es incómodo, después de todo usted es mi jefe —digo en solo un susurro, no hace falta que hable más fuerte ya que el lugar está en completo silencio, pero solo consigo que todo se escuche un poco más íntimo.

—En este momento no soy su jefe, no está en horas laborales. —No sé que intenta hacerme sentir con esa palabras, si pretende que me sienta menos incómoda, no funcionó, es que se puede interpretar de distintas maneras hasta en una insinuación.

—Pero mañana lo será y es raro. —Suelto un suspiro. —No se supone que mi jefe sepa como duermo o peor aún como despierto hecha un desastre en las mañanas. —definitivamente no pensé que esto llegase a pasar y aunque solo estamos durmiendo y no va a pasar nada más se siente extraño.

Me colocó de lado para poder verlo y no sentir que habló a la nada, hasta en la oscuridad su silueta se ve imponente; incluso se ve guapo.

》Una década sin dormir con nadie, ¿debo creerle? —Es un hombre guapo, con dinero y poder, se que ha tenido mujeres detrás de él, me parece imposible que con ninguna haya pasado una noche completa.

—Como sabrá soy viudo me ha costado años entenderlo, para mí tener alguien a mi lado en la noche es remplazarla. —Me muevo algo incomoda. —Pero esta es una situación que se sale de nuestras manos. —Siento como se voltea hacia mí y eso me pone nerviosa.

—Su esposa era muy joven cuando murió. —Puedo ver cómo su sombra asiente.

—Como dice en muchas de mis biografías por internet, fue por un accidente de tránsito, pero yo iba manejando —su voz es triste.

—Eso no lo dice en ninguna. —Lo escucho suspirar.

—No, pero es la verdad íbamos discutiendo y perdí el control, fue mi culpa no debí apartar la vista de la carretera. —puedo sentir el dolor en su voz. —Hay errores que marcan la vida para siempre señorita Duran, le aconsejo evitarlos. Buenas noches.

Y así sin más la conversación muere el da media vuelta y me dió la espalda para dormir por fin. Escuchar sus palabras me fue suficiente para saber que se sigue culpando; no tuve necesidad de verlo a los ojos para servir su dolor.

La pregunta ahora es ¿Cómo puedo romper esa coraza que por años Bastian fue haciendo crecer alrededor de su corazón? Quiero hacerlo vivir de nuevo, porque algo me dice que está llevando la vida en automático solo dejándose llevar.

Acabo qué descubrir que mi segunda oportunidad es por él, tengo que ayudarlo a renacer, hacerlo vivir nuevamente, quiero ver aquella sonrisa que me regala en recuerdos, deseo ver en vivo aquel chico que solo he visto en sueños.

(...)

—Dime que estás bromeando Samantha —la voz de Adrián se escucha indignada como si lo que le estoy contando fuese un crimen.

Pero no le veo lo malo en cambio él   me mira de manera incrédula, le conté lo que pasó hace una semana lo que se resumen a realmente nada muy importante y ningún avance que él pueda saber.

—No es ninguna broma, que esperabas que pasara ¡Es mi jefe por Dios! —digo tomado un trago de mi café achocolatado, una delicia que Adrián no me deja disfrutar con sus dramas.

RenacerWhere stories live. Discover now