Capítulo doce

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Una pelirroja movia su pie demostrando ansiedad y preocupación, estaba viendo como su hermana mayor finalizaba su presentación y se negaba a ser la siguiente.

-Hey Lucy ya es tu turno-dijo su primo Fred

-No quiero, no iré

-¿Por qué?- preguntó el mencionado

-Como que por qué, se imaginan cuando mis padres se enteren de que están juntos, ¡Oh Merlín! Van a matarse y yo no voy a nacer

-Creo que exageras pelirroja- hablo un rubio platinado- mira tus padres te quieren y ya sabrán entender cómo es que se dio su relación, ahora anda y demuestra que las serpientes también somos valientes

Con esas últimas palabras dichas, Lucy, ya un poco más animada, fue a la tarima donde todos se presentaban.

-Hola, mi nombre es Lucy Weasley soy la segunda hija de Percy Weasley, y seré yo quien diga el nombre de mi madre-pausó un momento y luego agregó- ella es... Penélope Clearwater- guado silencio para esperar todo lo que venía

-¡¿Cómo que yo me casé con ella?!, ¡¿Es que acaso en el futuro enloquecí?!- preguntó Percy molesto

-¡No pienses que a mí me hace feliz la idea de saber que tú serás mi marido Weasley!- gritó Penélope, ya la habían conocido en el recuerdo que Fernanda mostró

-Pero...

-¡Ya!- Lucy había elevado un poco la voz con el fin de hacer callar a sus padres, suspiró- si quieren discutir lo harán después de mi presentación, ahora por favor siéntense y déjenme hablar

Ambos futuros padres lo hicieron a regañadientes y prestaron atención a su futura hija.

-Como decía soy Lucy Weasley Clearwater, tengo 22 años, mi mejor amiga es mi prima Fernanda Weasley, mis padrinos son Fabiana Freixa (mejor amiga de Penny) y Fred Weasley, yo pertenecí a la casa de... Slytherin- miró a todos esperando algún tipo de comentario pero no fue así, incluso los miembros de dicha casa aplaudieron, obvio no fue porque Percy les cayera bien pero era hija de uno de sus miembros así que era lo menos que podían hacer, por otro lado los Weasley tampoco dijeron nada, si bien los había dejado muy sorprendidos saber que un miembro de los suyos estaba en la casa de las serpientes ellos no tenían problema con esto, sabían que eran los prejuicios tontos lo que los llevarían a una guerra y no querían que eso perdurará, además sabiendo que Lucy era hija de una Slytherin era bastante lógico pensar que podía quedar ahí- yo soy lo antagónico a mi hermana, mientras ella le tiene miedo al quidditch yo jugué dicho deporte como cazadora-sus tíos aficionados al deporte la miraban contentos- aunque saque excelentes notas no fui prefecta ni premio anual por mi carácter..., ¿cómo decías papá?, Ah si, mi carácter difícil; creo que es bastante evidente que heredé más el temperamento de mi madre y mis tíos Fred y George- los miró y todos ellos le sonrieron divertidos, mientras que Percy estaba pálido y a nada de gritar horrorizado- trabajo como modelo para una marca muy reconocida en el mundo muggle y mágico pero también disfruto dedicar mi tiempo a causas de ayuda social- Percy cambio su expresión y veía con mucho orgullo a su hija, a las dos de hecho, Penélope podría ser una rebelde y pesada pero tenía que reconocer que habían hecho un gran trabajo como padres. Ahora voy a mostrarles un recuerdo.

De pronto la pantalla apareció y se vio a Percy Weasley de unos 21 años, estaba en una oficina del ministerio de magia, luego de que este fuera tomado por Voldemort todos los trabajadores sangre pura fueron obligados a seguir trabajando bajo el mando del nuevo ministro de magia, quien no era más que una marioneta del Señor Tenebroso, el pelirrojo estaba preocupado porque no tenía noticias de su familia y no podía ponerse en contacto con ellos porque estaba siendo vigilado; de pronto ingresó el mensajero(los mortífagos habían contratado uno para asegurarse de que las cartas que llegaran no fueran de personas enemigas ni tuvieran información en contra de ellos, los mensajeros se encargaban de revisar el contenido y ver si tenían algún tipo de hechizo, luego de comprobar que no era así se las daban a los magos y brujas), le dejo una carta en su escritorio y se retiró, Percy abrió mucho los ojos al ver quien era la persona que se la había enviado.

Remitente: Penélope Clearwater

Kurfürstendamm 207

C.P. 404105, Berlin, Alemania

¿Por qué ella le enviaba una carta?, La direccion era de Alemania, ¿será que los mortífagos los descubrieron- a Emma, Charlie y Penélope- y ahora fueron a esconderse?, ¿A su hermano le habrá pasado algo?, el joven inmediatamente abrió el sobre y al darle una leída muy rápida al contenido casi se cae de espaldas: no había nada, era una hoja que tenía descripciones de aves comunes y silvestres, nada relevante, Percy estaba a punto de romper la carta, ¿cómo era posible que esa brujita le jugara una broma en una situación tan delicada?. Cuando la vea...

Volvió a revisar lo que decía más detenidamente y vio que un par de palabras estaban mal escritas, Penélope no era tonta así que esos errores eran a propósito, corrigió las palabras y reemplazó las letras por las que fueran correctas, después- en una hoja limpia- escribió estas y observó que un mensaje se formaba.

"Tu familia está bien, son vigilados"

Esa pequeña frase le sacó un peso de encima, tenía miedo por la seguridad de sus hermanos y padres pero ahora ya estaba seguro de que ellos estaban vivos y eso era todo lo que importaba. Así fue como la rubia y el pelirrojo intercambiaban cartas, bajo ese sistema de comunicación podían mantenerse al tanto de todo lo que sabían y mantener un poco la calma.

Ya habían pasado varios meses, Percy había logrado contactarse con Aberforth Dumbledore, el 1 de mayo de 1998 este le informó sobre la batalla que se estaba dando en colegio y el pelirrojo rápidamente fue hacia allá, ya en la sala de los menesteres se encontró con su familia y los abrazó fuertemente alegrándose por verlos de nuevo, salieron del lugar y ya afuera vieron la batalla que se había desatado, todo tipo de criaturas mágicas se hallaba en el castillo algunas a favor del bando de Harry Potter y otras en contra: acromántulas, dementores, gigantes y cientos de mortífagos estaban luchando contra profesores del colegio, miembros de la orden del Fénix, estudiantes; buscando arrebatarles la vida, esa imagen aterrorizó a los presentes, varios alumnos se reconocieron a sí mismos luchando y viendo a otros que conocían caer ante las maldiciones que les era lanzadas.

El recuerdo de pronto mostro a Percy Weasley y Fred Weasley ambos luchaban contra dos mortifagos diferentes, el primero lo hacía con Pius Thicknesse, lo reconocieron como un trabajador del ministerio pero ya en ese tiempo había ascendido al cargo de ministro y el segundo peleaba contra Rabastan Lestrange, en un momento dado Lestrange atacó a Fred y antes de que le pasara algo más, una mujer se les unió y lo salvó, todos la reconocieron como Fabiana, la madrina de Lucy, Percy seguía luchando contra el ministro y de pronto...¡PUM!, una explosión, al pelirrojo lo aturdió mucho y dejó en una especie de atontamiento, lo primero que hizo fue buscar a su hermano quien yacía en el piso junto a la mujer, él imaginando lo peor, quiso acercárseles para ver su estado de salud pero alguien lo empujó alejándolo de la escena y escondiéndolo en una especie de muro que había por ahí, era Penélope, ella lo había salvado del hechizo de muerte que Pius había lanzado, Percy muy extrañado y aún confundido, se limitó a verla, después hizo algo que sorprendió a todos: la abrazó, no supo si era por la alegría de verla viva o porque quería sentir el calor de otro ser humano para convencerse de que no había muerto o tal vez ambas; poco a poco fue siendo más consciente de la realidad y recordó a su hermano menor.

-Fred... él... yo- hablaba entrecortadamente por la terrible angustia que sentía

-Percy...Percy-llamó Penélope al ver que el joven estaba en un estado de shock- mírame- tomo el rostro del mago e hizo que la viera a los ojos- está bien, él está bien, cálmate por favor

Percy solo asintió y volvió a abrazarla intentando procesar todo lo que estaba viviendo.

El recuerdo se cortó y todos vieron como Lucy se dirigía con su madre.

-Jóvenes, esto será todo por hoy, vayan a descansar -dijo el director, nadie refutó pues aún tenían que pocesar todo lo visto y hacerse la idea de que, en un futuro no muy lejano, eso era lo que les esperaba.





Viajando a 1995Donde viven las historias. Descúbrelo ahora