Capítulo diez

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Finalizada la presentación de Fernanda el director dio un pequeño receso a los estudiantes para que pudieran digerir lo que les fue mostrado, si bien ya habían escuchado de una guerra y antes de eso ya tenían el ligero presentimiento de lo que se avecinaba, una cosa era saberlo y otra verlo, en el recuerdo que mostro la hija de Charlie y Emma no se evidenció como tal ese momento pero todo el aura que envolvía a los protagonistas evidenciaba lo fuerte que sería vivir una situación así para todos los magos y brujas.

El trío de oro, junto a Ginny habían estado conviviendo con los nuevos integrantes del clan familiar pero luego de un momento decidieron retirarse a las orillas del algo negro para platicar entre ellos y darse ánimo ante lo que venía.

En otro lugar, siendo específicos en la oficina de Dumbledore, se hallaba una rubia de ojos azules, iba vestida con un suéter negro, jeans azules y unos zapatos de tacón alto, sencillo pero elegante, su cabello rubio caía en finas ondas y la joven luciría preciosa pero algo faltaba: alegría; estaba esperando al jefe de su casa para que este pudiera darle el pase de permiso que le permitía justificar su inasistencia a clases, de pronto alguien llamó su atención.

-Al parecer me equivoqué contigo-era el sombrero seleccionador quien hablaba- tu ya no perteneces Ravenclaw

-No entiendo, usted me puso en esa casa dijo que veía inteligencia y sabiduría, ¿acaso se equivoco?

-Oh no, claro que no, yo no me equivoco soy siempre sincero y aún existen en ti las cualidades que hicieron que te ponga en la casa azul pero ya no son las predominan, ¿qué te paso?, ¿qué te hicieron que ahora te has vuelto alguien tan valiente?- ante aquello la rubia bajo la mirada, recordando lo que la mantuvo tan mal por un tiempo y que le llevó a sacar a flote una nueva personalidad que no imaginó que existía- Gryffindor, tu lugar es con los leones, esa es tu casa

-Señorita Lovegood- llamó el profesor Filius, ella le dirigio su mirada y el educador quedó bastante sorprendido al verla, era la misma chica de hace un año de eso no había duda pero su comportamiento era otro, eso era evidente, le entristeció pensar que de la alegre y soñadora joven que él había conocido ya nada quedaba, la mujer frente a él tenía una mirada amable sí pero también estaba cargada de tristeza y dolor, la Luna de tercer año hubiera estado dando saltitos viendo con mucha curiosidad todo lo que le rodeaba y hablaría de las múltiples criaturas que, al parecer, solo ella veía, pero esta Luna no iba a hacer eso, solo estaba ahí, viendo al maestro y esperando las palabras que pudiera darle- lamento mucho su pérdida señorita

La rubia no quiso responder, no pudo responder, se limitó a darle una pequeña sonrisa y asentir a modo de agradecimiento.

-Luna me dijeron que estabas aquí, no sabes todo lo que tengo que decirte- hablo Rolf, el mejor amigo de Luna- Oh lo siento maestro, ¿interrumpo?

-No te preocupes Scamander, ve con Lovegood, luego hablaré con ella- el profesor de encantamientos también había escuchado lo que el sombrero le dijo a la ojiazul y aunque le pareció bastante extraño- debido a que era tan poco común que un estudiante sea transferido de casa- decidió hablarlo con Minerva y Albus para ver que es lo que tenían que hacer.

Las águilas salieron y comenzaron a platicar.

-¿Cómo has estado Lu?-Preguntó Rolf

-No puedo decirte bien pero tampoco he estado mal, creo que las terapias me han ayudado mucho

-Eso es bueno, ¿Qué te dijo el profesor Flitwick?

-En realidad no mucho, me entruve más con el sombrero, dijo que debería estar en Gryffindor y ya no en Ravenclaw

-¿De verdad dijo eso?- cuestionó el nieto se Newt Scamander, su amiga solo asintió confirmando lo que ya había dicho- de seguro que es muy extraño, por lo general un mago no cambia de casa porque su personalidad suele ser constante, ¿no será que alguna de esas criaturas mágicas que ves te hizo algo y ahora eres una leoncita?- preguntó divertido con el fin de alegrar un poquito a su rubia amiga

Viajando a 1995Donde viven las historias. Descúbrelo ahora