Capítulo 18: "Feliz cumpleaños, Amy"

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MARATÓN.

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Capítulo 18: "Feliz cumpleaños, Amy"

-Ryan... despierta cielo -oí que mi madre me decía mientras acariciaba mi cabello.

-Cinco minutos más -susurré entre sueños.

-Vamos, despierta que debes prepárate para la fiesta de cumpleaños de Amy.

-¿O'Donnell? ¿Qué...? -en ese momento colisione con la realidad.

Abrí los ojos instantáneamente y me senté en la cama. Mi madre estaba a mi lado con una sonrisa limpia y llena de cariño. No pude evitar sonreír también. Siempre contagiaba ese tipo de sentimiento.

-Vamos cielo, levántate.

-Mamá, ya soy bastante grande para que sigas llamándome cielo -dije avergonzado.

-Ryan, tienes trece años, no quince.

-¿Eso quiere decir que seguirás llamándome cielo hasta los quince años? Mamá... -comencé a decir despeinándome el cabello.

-Basta de reproches y ve a cambiarte... No deberías llegar tarde.

-Amy no me importa sinceramente, no sé por qué debería ir.

-Ryan, no seas grosero y vístete... de no ser así, te quitaré tus videojuegos.

Esto era parte de mi típico número de "Odio a Amy" para que no sospecharan de nada ¿Que no tenía ganas de ir a su cumpleaños? Estaba ansioso y lo había esperado toda la noche. Quería verla en su pequeño vestido, el cual siempre era obligada a usar. También me gustaba la parte donde la hacía enfadar, era muy tierna.

El año anterior fui invitado por primera vez a su cumpleaños número doce. Casi "todo" había salido perfecto... Excepto a la hora de comer los dulces. Hice molestar a Amy y me lanzó un pastelillo... Comenzando una guerra de comida que dejó como consecuencia, su patio hecho un basurero. 

Este año me iba a comportar. Más con la razón de querer que Amy disfrute y esté contenta. Me gustaba verla de esa forma, ya que si ella se sentía realizada, por alguna razón, yo también me sentía así.

Amy me gustaba. Me había gustado desde las primeras veces que la vi pero decírselo iba a empeorar la situación. Ella me odiaba, no había manera.

Me levanté en cuanto mi madre se largó de mi habitación y me dispuse a cambiarme. Tomé una camiseta simple, una camisa a cuadros y unos jeans. Bastante casual. Me arreglé el cabello y me cepillé los dientes mientras el reflejo de un bonito día caluroso, daba de lleno contra la ventana hacia mi rostro.

Hoy sería un gran día. Podía sentirlo.

En cuanto decidí bajar, mis padres ya estaban preparados en la sala.

-¿Ya tienen el obsequio?

-Sip -dijo mi madre en una sonrisa -vamos.

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 La casa de Amy no era muy grande que digamos pero los O'Donnell se habían esmerado mucho en que quedase bonita, algo que consiguieron. Era demasiado acogedora y cada vez que debíamos ir los fines de semana, disfrutaba mucho de la vista y calidez. Esta vez, la puerta principal estaba embadurnada de globos y muchos papeles coloridos que producía un gran sentimiento festivo. 

Los O'Donnell sí que sabían armar fiestas. 

Tenías que ser tú... © [#TQST1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora