Cap. V : ¨Slow Dance¨

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Capítulo 5

  Al fin termina el segundo día de clases, estaba deseando salir desde que entramos. No solo porque es viernes y estamos en el colegio, sino porque Zierra, Logan y Sam me han invitado a ir a un club a las afueras del pueblo.

  Me subo a mi Ducati y conduzco hasta mi casa, pues le he dicho a los chicos que pasaran por mi. Subo a mi habitación y me cambio. Me pongo un vestido azul que me llega por encima de las rodillas, una chaqueta de cuero, unos guantes negros  y unos botines negros bastante cómodos para bailar. Amarro mi cabello en un moño y tomo el bolso en el que he guardado mis cosas.

  Bajo las escaleras y Chris me mira con los brazos cruzados mientras lo hago.

—Esta vez no me lancé— digo.

—No es eso— suspira—, es que no quiero que salgas con esos chicos.

—Quieres que sea una humana normal, ¿o no?

  Chris sacude la cabeza.

—Han llegado por ti— dice antes de que suene la bocina del auto.

—Te veo luego— beso su mejilla.

  Salgo por la puerta y me subo al asiento trasero, donde se encuentra Zierra. Sam conduce el auto, mientras que Logan va en el asiento del copiloto.

—Linda casa— dice Zierra.

—Herencia familiar— miento.

—Dudo que alguien quiera vivir en medio del bosque por voluntad propia— ríe Sam.

  A decir verdad esta equivocado, yo disfruto bastante de vivir en medio del bosque. Lo he hecho toda mi vida, y realmente lo disfruto. He vivido en la naturaleza desde que nací, y me gusta. Me gusta sentirme en comunión con los animales— con los que no voy a devorar—, me gusta sentir el césped bajo mis pies, me gusta escalar los arboles, me gusta subir a las montañas y admirar el paisaje.

  Llegamos al club, se ve increíble por fuera. Hay una larga fila para entrar, cosa que me desespera. Sam nos hace unas señas mientras se dirige al costado del club, me sorprendo al ver que Logan toma mi mano para guiarme, yo tomo la de Zierra y los tres seguimos a Sam hasta un lugar oscuro al lado del club. Sam abre una puerta y las luces del club iluminan todo, por lo que todos sonreímos.

—La entrada VIP— dice Sam haciendo una seña para que entremos.

  Todos entramos y Sam cierra la puerta en cuanto todos estamos en el club. Zierra toma la mano de Logan y se lo lleva a la pista de baile. Sam y yo nos dirigimos a la barra y nos sentamos a comer algo.

—Estas papas están deliciosas— dice.

—Demasiado— digo comiendo la última de mi plato—, creo que pediré otro.

  Mientras el mesero me trae las papas, me da demasiado calor, pues hay mucha gente. Me levanto de la mesa y me quito la chaqueta, la pongo en el respaldar de mi asiento y me vuelvo a sentar. Sam mira sin disimulo mis tatuajes y le da un trago a su bebida.

—Anda, pregunta— le digo.

  Me mira a los ojos y sonríe.

—¿Qué significan?— pregunta.

—Cada uno significa algo diferente.

—¿Tus padres no se molestan por ellos?

  Niego con la cabeza.

—Es una tradición familiar, relata nuestras historias— explico—. Mis padres nunca tuvieron problema con eso, de hecho ellos tenían muchos más.

—Han de ser padres divertidos— sonríe.

—Lo eran— suspiro.

  La sonrisa desaparece del rostro de Sam, yo solo miro mis papas y como unas cuantas.

—Lo lamento— dice poniendo su mano en mi brazo.

—No te preocupes— le sonrío.

  Sam sonríe, sé que esta arrepentido por tocar un tema delicado. De pronto alguien rodea mis hombros con su brazo, y volteo confundida.

—Hola— sonríe Bryan.

—Hola— le sonrío.

—Veo que Sam no te ha invitado a bailar— dice sonriente—, ¿bailas conmigo?

  Miro a Sam y este esta concentrado bebiendo.

—Claro— digo volteando mi mirada a Bryan.

  Bryan toma mi mano y me guía hasta la pista de baile. Una vez ahí ponen una canción bastante movida y comenzamos a bailar muy cerca el uno del otro. Me puse de espaldas y Bryan tomo mi cintura para acercarme más a él, tenía su cabeza sobre mi cuello y paso su pierna entre las mías. Atrevido. No me malinterpreten, no soy una pervertida que anda caliente, es solo que la luna llena es en una semana y las hormonas de los hombres lobo se descontrolan a causa de eso.

  De pronto la canción cambia radicalmente a una romántica, cosa que me agarra desprevenida. Bryan me gira para quedar frente a él, pone ambas manos en mi cintura y yo rodeo su cuello con mis brazos.

—¿Estas consciente de que esto es una balada?— le pregunto.

  Asiente.

—Eso significa una canción romántica— digo.

—Lo sé— sonríe.

  Besa mis labios dulcemente, por lo que me sonrojo. Bryan sonríe ante mi reacción y vuelve a besarme, pero esta vez su lengua se abre paso en mi boca. 

—¿Qué te parece si caminamos un rato?— pregunta.

  Sonrío y asiento, pues me he quedado sin habla.

She WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora