Dentro de tu corazón (Un Esp. en tu Corazón especiales) Rivamika-Levimika

Respuesta: "Te Amo"

La luna estaba en su punto más alto, mientras las estrellas la acompañaban titilando con suavidad. La noche era algo fresca, delatando que ya se acercaba el otoño y la piel blanquecina de las manos de Mikasa podía notarlo.

Ver a Levi con un rostro completamente serio le daba cierto grado de dudas acerca de las próximas palabras que saldrían de su boca. Su cuerpo temblaba y el de ella también, no podía saber si era a causa de la ansiedad o del mismo frío. El rostro del hombre se hallaba serio e inescrutable y eso le molestaba de cierta forma a la pelinegra, a pesar de estar "vinculados" desde hace un tiempo aún no conseguía adivinar qué era lo que pasaba por su cabeza.

Mikasa tenía un sentimiento extraño, miedo tal vez, no lo sabía describir con exactitud. Las dudas por aquellas palabras salidas de una de las nuevas reclutas habían estado presentes desde aquella tarde, en que escuchó sin mucho interés como una de esas chicas consolaba a su compañera porque su novio había cortado con ella.

"Te lo digo, ese Steven no valía la pena" le decía. "Pero simplemente cortar así ¿Y ya? Me evitó todo este tiempo porque yo simplemente le tenía cansado... No fue capaz de admitirlo apenas comenzó, sino que tuvo que esperar semanas en las que no me veía para decírmelo a la cara"

La chica lloraba mientras la otra le acariciaba la coronilla para consolarla. A Mikasa eso no le hubiese parecido demasiado relevante si no hubiese notado de pronto que algo parecido le había estado pasando con Levi. Ni siquiera estaba segura de todo, asumía que eran algo como "novios" pero a la vez se mostraba insegura de ello, pues el capitán jamás le había preguntado ni insinuado una relación "formal", simplemente ella sabía que su corazón latía a mil por horas cuando estaba junto a él, que ambos mencionaban tener sentimientos de atracción y se besaban continuamente. Pero las últimas cuatro semanas si es que había visto al enano en la hora de almuerzo.

No estaba en su oficina casi nunca y cuando lo estaba, se encontraba acompañado de Erwin o Hanji. Los entrenamientos mutuos habían sido cancelados de un momento a otro y fue relegada a apoyar a sus compañeros y/o preparar a nuevos reclutas que se comenzaban a integrar a la Legión. Sus encuentros "casuales" para observar el cielo nocturno habían desaparecido completamente y cuando ella había intentado acercarse un par de veces, él simplemente le había contestado "ahora no puedo, estoy ocupado". Ni siquiera en los días de limpieza se habían topado, siendo que cuando sucedían ellos "formaban equipo".

Y aquella última semana había sido peor. Había desaparecido por varias horas durante casi toda la semana, Hanji le había dicho que al parecer estaba realizando labores en Trost pero no estaba al tanto de ello al cien por ciento.

Y por eso verle allí frente a ella le ponía de los nervios. ¿Acaso Levi iba a poner fin a todo ese rollo extraño que tenían entre ellos? Ella no quería, no después de todo lo que habían tenido que pasar, desde aquellas confesiones en esa cripta, los encuentros casuales, sus culpas y remordimientos , las conversaciones con Eren y Hanji, todo se iría por el río en aquel momento si Levi así lo disponía.

Y aunque ella no quería, se podría decir que conservaba algo de su orgullo, por lo que aceptaría lo que sucediese en aquel instante sin rechistar.

—Mikasa...— su nombre salió con firmeza de los labios del hombre, causando que un leve escalofrío la recorriese. Sintió sus miedos atravesar su corazón y un leve escozor en los ojos...

Era lo inevitable, a pesar de que no quería, iba a llorar.

—Está bien.— pronunció ella, cortando todo de inmediato. — Lo acepto, me alejaré y no te molestaré más, no necesito que lo menciones.

Levi frunció el ceño, mostrando cierto grado de confusión por las palabras de la chica frente a él —¿De qué demonios...?

—Lo entiendo, no es necesario que lo menciones, yo... yo estoy bien sola, sólo haré como si nada y me apartaré de tu camino. — De pronto Mikasa sintió como las lágrimas comenzaban a resbalar por sus mejillas, no pudo resistirlo más, su careta de fortaleza nuevamente se estaba derrumbando frente a él.