—Definitivamente Dios tiene favoritas. —Yo solo suspiro ya va a empezar, él conoce mi enamoramiento por Bastián, aunque no sabe la historia completa, sabe lo esencial. —Así que van a dormir juntos. —Es que lo puedo imaginar subiendo y bajando las cejas.

—No empieces, es incómodo Adri. —Lo escucho reír y yo solo me preguntó si fue buena idea llamarlo.

—No puedes desaprovechar esta oportunidad…

—No voy a hacer nada loco Adrián —lo escuchó suspirar y al fondo como alguien toca su puerta a lo lejos.

—Apuesto que en tu vida pasada fuiste monja. —Yo solo ruedo los ojos mientras escucho como él abre la puerta de su casa y alguien le saluda.

—Te aseguro que no, y dime qué ese no es Diego, Adrián Delgado —Diego es su ex, el cual es un tóxico de mierda que no se lo merece para nada, definitivamente él no sigue sus propios consejos.

—Tengo cosas que contarte, pero no por teléfono ahora la prioridad es tu situación —suspiro porque lo conozco como si fuera su madre, él está enamorado de ese idiota, pero a mí no me cae bien.

—Está bien, apenas llegué me cuentas todo —mi voz refleja mi molestia y él le resta importancia.

—Si, si ahora volvamos a ti —ruedo los ojos por su manera despreocupada de hablar —No te digo que te le lances encima Sam, simplemente que no sé le coquetees un poco.

—Tu sabes que soy un desastre en eso —Es la verdad no tengo una gran experiencia, desde pequeña supe quién me gustaba: Bastian. Los sueños siempre estuvieron ahí y era raro siquiera intentar algo con alguien más.

—Creo que está es la manera en la que Dios me castiga, Sam simplemente se tú, intenta que se conozcan y ya —quizas tenga razón mierda, si no doy el paso para intentar aunque sea conversar, nunca llegaré a nada.

—Tienes razón —le hago saber mientras escucho a lo lejos un "cuelga ya" que se que es del idiota de Diego.

—Siempre tengo la razón y lo sabes, sé tú, aprovecha esta noche para hablar y conocerse. —Suspiro, tiene razón. —Me tengo que ir Sami, cuando llegues mañana me llamas a contarme todo.

—Dile a idiota que lo odio y no hagas estupideces Adrián, hablamos mañana —el solo ríe con picardía le estoy pidiendo mucho.

—No prometo nada, bye —finaliza la llamada y aunque me queda un mal sabor de boca por saber con quién estaba mi amigo, también sigue el nerviosismo.

Tomó aire y me veo en el espejo mi reflejo muestra a una chica asustadiza que no sabe porque la vida le hizo vivir esta locura, pero aunque así quiero descubrir la razón.

Lavo mi cara sacándome el maquillaje, después de todo en unas horas dormiré y no puedo hacerlo con esto, suelto mi cabello descansando de la presión de la cola de caballo, veo mis pies que gritan por ayuda y salgo de mis tacones alto, le doy gracias a Dios que traje otros zapatos para devolverme, me veo por última vez al espejo y suspiro debo afrontar la situación detrás de la puerta; tu puedes.

    Al salir está sentado en una mesa que está en una esquina del cuarto como para comer; en la mesa hay comida, parece que está esperándome.

—Disculpe, estaba avisándole a mi madre. —Digo como escusa por mi tardanza en el baño, aunque no me haya pedido explicaciones.

—No se preocupe —Dice señalando la silla frente a él, así que tomo asiento algo nerviosa, es difícil esto de ser uno mismo.

—Pedí la cena, me imagino que está igual de casada que yo, por ello pedí algo ligero —asiento con timidez mientras tomo uno de los sandwich en el centro de la mesa.

—Gracias —digo mientras empezó a comer, será una noche muy incómoda definitivamente, porque no tengo ni la menor idea de que hablar.

Comemos en  silencio por un rato, en dónde solo se escucha los movimientos ligeros que hacemos, así que, se me ocurre romper el silencio con lo primero que se me viene a la mente.

—Estuve pensando que lo correcto es que yo duerma en el sofá y usted en la cama. —Veo cómo frunce el ceño haciendo que baje la mirada con timidez.

《 ¿Por qué carajo hablaste de la cama, Sam?》

—No estoy de acuerdo, lo correcto es que yo duerma en el sofá y usted en la cama —su tono fuerte demanda que ni le repliquen, pero por alguna razón no puedo quedarme callada.

—Pero no es correcto, es mi jefe sería raro que lo dejará dormir en el sofá…

—Entonces dormimos los dos en la cama, es lo suficientemente grande —me interrumpe y su sugerencia me hace sonrojar.

—Pero…

—Pero nada —Vuelve a interrumpirme —ha sido un largo día y pesado para los dos, merecemos descansar, usted agarra un lado y yo el otro y ya está.

Cómo replicó eso, simplemente muerdo mi pan y miró a la mesa apenada, santa mierda, será una noche muy larga.

Miel, Venezuela

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Miel, Venezuela. 17/06/17, 2:37PM
Edifado: 26/06/21, 9:27PM

Lamento la demora esta semana, mañana espero subir otro capítulo (si no pasa nada)
¿Díganme le va gustando cómo va el reencuentro?

(Chic@s si me ayudan recomendando la historia genial, estas semanas me ha ido muy mal con las promociones, estaría eternamente agradecida.)

RenacerWhere stories live. Discover now