Choices

Parte 5

-Solo traigo a chicas para follármelas. Fuera de eso nadie viene.-Dice despreocupado, observando la calle.

-Ni creas que me vas a follar hoy.-El suelta una carcajada.

-Ya veremos.-Me guiña un ojo y golpeo suavemente su hombro. Entonces el coche se detiene y observo impresionada la casa por fuera.

-¿Aquí vives?- La casa es mas bien una mansión, en la entrada están estacionados ocho coches de diferentes modelos, cada uno mas caro que el otro. Hay una fuente en la entrada y la casa se ve enorme y lujosa. Matt asiente abriendo la puerta de entrada y dándome vista a unos enormes candelabros y hermosas obras de arte en las paredes.-¿Pero como?- Él suelta una carcajada.

-Thea, que yo no ande presumiendo el dinero como tu futuro esposo no quiere decir que no lo tenga. La venta de drogas puede ser muy buen negocio si eres lo suficientemente inteligente para expandir tu negocio. Todo lo que ves lo he sacado de ahí.-Estoy impresionada, observando los arreglos de oro en la casa.-Pero a mi no me interesa el dinero, por eso no lo presumo. Si, me gusta vivir bien, no lo niego, pero no es mi prioridad.-Lo observo dudosa.

-¿Entonces que es lo que te interesa?

-El poder.-Observo como su mandíbula se tensa y por unos segundos logra asustarme.-Quita esa cara, ni que te fuera a  matar mientras duermes.-Me dice y me relajo.-Vamos, te llevare a la habitación de huéspedes.-Asiento y lo sigo. Subimos unas largas escaleras de caoba y al llegar a la planta superior me da paso a una habitación. La observo. 

-Es linda.-En efecto lo es, tiene una cama que se ve bastante cómoda, un pequeño escritorio, una televisión y muchas decoraciones.-Solo me quedaré por hoy, lo prometo.

-Thea.-Dice Matthew, tomándome por la barbilla y acercándose a mi. Observo sus radiantes ojos.-Puedes quedarte los días que quieras, en serio. Adoro tu compañía.-Dice para después robarme un beso el cual me toma desprevenida. No logro disfrutarlo lo suficiente pues se separa, dándome a desear mas.-Date una ducha, traeré algo de ropa que encuentre. Algo me dice que ese vestido no es cómodo.-Termina para después salir de la habitación.

Estoy confundida. No entiendo porque Matt me ha besado y tampoco entiendo porque me ha gustado tanto.

Enciendo mi celular para observar la hora y me impresionan la cantidad de mensajes y llamadas perdidas que tengo.

"Thea, George me ha marcado. ¿En donde estás? Paso por ti. -Derek"

Leo el primer mensaje.

"Theresa contéstame. -Derek"

Y el segundo.

"¿Por qué no contestas mis llamadas? -Derek"

Y el tercero.

"Mierda Theresa ¿en donde te has metido y porque no atiendes tu maldito celular?-Derek."

Intento leer el quinto cuando una llamada entrante de Derek me  interrumpe. Contesto.

-Te voy a demandar por acoso.-Le digo contestando mientras me siento sobre la cama.

-Maldita sea Theresa. ¿Me puedes decir en donde mierda estas y porque no atiendes el jodido celular?-Por alguna razón su voz logra calarme hasta los huesos. Se que está molesto.

-Cálmate.-Le digo molesta por su tono.-Estoy en casa de un amigo.

-¿Amigo?

-Así es, amigo macho con pene.-Escucho la respiración entre cortada de Derek y se que he logrado molestarlo aún más. ¿Así que es celoso?

-De ninguna manera, mándame tu ubicación, voy por ti en este momento.-Bufo molesta.

-No, no soy de tu propiedad. Me voy a quedar aquí esta noche y mañana que estés mas calmado hablamos.

-Si eres de mi propiedad, eres mi futura esposa y como tal quiero que me respetes y me mandes tu puta ubicación. No vas a pasar la noche con ningún hombre que no sea yo.-Sus comentarios logran molestarme cada vez mas y se que por su tono el no está menos molesto que yo.

-Tu mismo lo dijiste, querías una esposa difícil entonces aquí la tienes. No te voy a mandar mi ubicación, no vas a pasar por mi y si voy a pasar la noche con alguien mas. No te voy a facilitar las cosas, amor.-Logro escuchar como Derek maldice por lo bajo en el otro lado de la línea.

-Theresa Little esto no es un juego.

-Descansa mi amor.-Digo burlonamente.

-No te atrevas a colgarme.

-Nos vemos mañana, adiós.-Digo y sin más cuelgo. Levanto la vista al marco de la puerta en donde Matt me observa divertido.

-Entonces se da el lujo de ser celoso.-Me dice extendiéndome una blusa y unos pantalones, probablemente de alguna de las chicas que se ha cogido.

-Es un idiota, eso es lo que es. El muy imbécil me ha dicho que soy de su propiedad.-Matthew suelta una carcajada acercándose a mi.

-No eres de su propiedad, eres mía.-¿Qué? 

Matt vuelve a besarme, dejándome perpleja.