Capítulo 53. El Desenlace

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-Negan... 

Pronunció Dasha de repente en medio de la oscuridad de la noche, sin otro foco lumínico que el de la magnífica presencia de la luna.

-Dime, querida.-susurró él continuando con la caminata mientras llevaba al bebé dormido en brazos.

-No puedo más...-comenzó a sollozar. De sus ojos empezó a fluir un río amargo de lágrimas.-No me siento con las fuerzas suficientes para continuar viviendo de esta manera.-y acto seguido se dejó caer, sentándose sobre una enorme roca, obviamente debilitada no solo física sino emocionalmente.

Negan, a pesar de que había llegado a un punto en el que su vida comenzaba a girar entorno a la existencia de ella, en aquel momento decidió mostrar frialdad y simplemente no se giró, si no que se esmeró en regañar su actitud:

-¡Levántate de una vez, jovencita! ¿Acaso pretendes que por un momento de bajón emocional, nos asesinen tanto a nosotros como a nuestro pequeño?

La muchacha se sintió herida y él lo percibió, por lo que trató de suavizar su voz.

-Al menos continuemos nuestra ruta por ahora, Dasha.-prosiguió.-En cuanto lleguemos, podremos discutir las cosas con mayor tranquilidad, no obstante debemos impedir que nuestro hijo corra peligro. Ya no se trata de nosotros, si no de él. ¿Quién sabe lo que podrían hacerle ese grupo de bastardos? Y más teniendo en cuenta la escena que acabo de presenciar hace poco más de un cuarto de hora, estoy seguro de que son capaces de cualquier cosa con tal de hacerme daño.

Dasha, tratando de recuperar la compostura, sintió que esa advertencia fue todo lo que necesitaba para mantenerse en pie. Asintió con la cabeza y continuaron su camino.

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En la Comunidad de los Salvadores...

Negan encargó el cuidado del pequeño a uno de sus miembros más leales y se dirigió enseguida a la habitación donde la joven le esperaba más deprimida de lo habitual. Comenzaba a sentirse verdaderamente preocupado por ella; quizás debía considerar el tener más paciencia con ella.

Sus palabras fueron tajantes:

-Vayámonos lejos.

Negan la miraba atónito y le dijo con tono de reproche:

-¿Acaso esa es tu manera de rendirte?

Dasha no podía dar crédito a su inminente pregunta, por lo que respondió nerviosa, alzando bastante la voz:

-¡No se trata de rendirse!¡No se trata de salir huyendo por cobardía, Negan!¡Se trata de nuestro hijo!-lo miraba fijamente con desafío.-Ahora más que nunca es cuando deberíamos empezar a dejar de pensar en lo que a nosotros nos convenga mejor o no. Nuestro pequeño es la prioridad en nuestras vidas y sugiero que debemos alejarnos de este lugar e ir en busca de un ambiente más seguro para él, donde pueda crecer feliz y sin tener la desgracia de hacerlo sin sus padres. ¿O es eso lo que quieres?

Negan suspiró ante tal sermón:

-Entiendo tu punto de vista, sin embargo, confío en que no nos sucederá nada. En cambio, allá afuera no dejarás de ser acechada, tanto que el riesgo de ser asesinada se incrementa muchísimo más que el hecho de quedarte aquí.-hizo una pausa y prosiguió.-Además, sería desleal por mi parte abandonar a mis hombres a su suerte, cuando estamos muy cerca de derrotar al enemigo.

-¿Es lo último lo único que te importa?-lo miró asqueada.-¿Te importamos tan poco?

-¡Por favor, no empieces con el drama!¿Quieres?¡Intento manteneros a salvo...!-gritó él enfurecido.

Dasha asintió con la cabeza seriamente afectada y pensativa.

-Está bien, Negan. Está bien... 

Y se giró dándole la espalda. La muchacha parecía ocultar un as bajo la manga, debido a su inesperada actitud.

La Joven sin Voz | Negan (2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora