Capítulo 1

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Habían pasado a cuarto año, finalmente. Ron y Hermione habían tenido que ir a hacer sus cosas de prefectos en el tren, dejando a Harry con Neville y Luna, quienes conversaban animadamente de lo que habían hecho en las vacaciones. Pronto llegaron Dean y Seamus, saludando a los tres chicos.
Cuando todos habían encontrado un tema de conversación en común, la velocidad comenzó a disminuir, dando a notar que estaban por llegar. Se alistaron, reunieron sus cosas y salieron apenas el transporte se detuvo. Desde ahí todo fue normal.

Al llegar al colegio, les dieron la nueva contraseña de las casas, y pasaron al gran comedor, como era costumbre. Dumbledore dio su discurso para todos los alumnos, dándoles la bienvenida a los de primer año y recordándole las reglas a los demás alumnos. Dando por finalizado el discurso, apareció la comida tan deseada por todos, especialmente Ron, que apenas apareció ya tenía una cantidad de comida considerable en su boca. Hermione le miraba con desaprobación, incluso más con asco.
—¡Esto está delicioso! — Apenas se le entendía debido al exceso de comida.
—¡Ron! ¡No se habla con la boca llena! Es asqueroso. — Hermione como siempre le regañaba cuando hacía cosas como esa, si no lo hiciera, no sería Hermione.
Ron simplemente continuó comiendo como si no hubiera comido en años, era una vista bastante divertida, con la chica mirándole como si fuera en cualquier momento a vomitar y su mejor amigo disfrutando el festín.

La vista de Harry se paseó por el comedor, observando a los presentes, hasta que su vista repentinamente se encontró con la de ciertos ojos grises a la lejanía. Por alguna razón, Harry no le pudo mantener la mirada, se sintió avergonzado por primera vez al verlo. No quería que pensara que lo miraba a él en especial, no quería que creyera que le estaba prestando atención. Después de todo era su declarado enemigo, además de ser alguien extremadamente molesto y amargado.

Cuando habían terminado de comer, se fueron hacia la sala común de Gryffindor, donde se tiraron a descansar.
Ron se notaba satisfecho y Hermione había comenzado a leer uno de los libros que había comprado ese año para alguna de las clases, aunque Harry no lograba recordar en su lista aquel libro.
Sus amigos por ser prefectos, tenían baños aparte, que eran mucho mejores que los normales. Siempre les daban las contraseñas a sus amigos para que entraran a escondidas.
Así lo hizo Ron con Harry, y por alguna razón, el héroe nunca lo usaba.
Pero aquel día en la noche, algo lo incitó a ir hacia allá. Un "impulso de idiotez" lo llamaba él.

Así que aquella noche, usando su capa de invisibilidad, cuando ya todos dormían, escapó hacia el quinto piso, pasando por la estatua de Boris el desconcertado, para finalmente llegar a la puerta deseaba, modulando la contraseña.
La puerta se abrió y entró de inmediato, cerrando la puerta tras de sí.
Cuando se iba a sacar la capa, pudo notar que había alguien más allí. ¿Por qué habría alguien allí a esa hora?
Bueno, la persona que estaba allí también podía cuestionarse lo mismo.
Ni siquiera el mismo Harry sabía muy bien que hacía allí. Pero ahí estaba, frente al chico que pronto Harry vio quién era.
Draco Malfoy.
Al moreno casi se le escapa un grito de sorpresa al verlo ahí, tomando un baño. Cuando entró tenía cerrado los ojos, pero los había abierto, y Harry creía que podía verlo por un instante, y luego recordó que usaba la capa.
Ahora que tenía los ojos abiertos, no podía simplemente abrir la puerta e irse, lo vería.

Harry casi se ahoga con su propia saliva cuando vio que Draco no sólo estaba tomando un baño.
El rostro de Draco se encontraba levemente sonrojado y pronto lo tiro hacia atrás, dejando expuesto su blanco cuello. Su pecho subía y bajaba cada vez con un poco más de rapidez y sus labios se entreabrieron, dejando escapar suspiros. Entonces Harry notó que se estaba masturbando.
No podía creerlo. Estaba frente a su declarado enemigo desde primer año, observándolo mientras se daba placer a sí mismo.
Y por si fuera poco, no podía salir de allí sin ser notado.
Harry casi soltó un jadeo cuando el rubio gimió.
El colmo fue cuando Harry pudo notar que repentinamente su pantalón estaba más apretado.
Maldijo en su cabeza cuando notó que se estaba calentando con la imagen que tenía en frente, eso no podía estar pasando.
Sus propios labios se entreabrieron y dejaron escapar un repentino jadeo cuando su mano, sin notarlo estaba tocándose por sobre su pantalón.
De repente Draco se detuvo y levantó la cabeza.
—¿Quién anda ahí? Muéstrate.
Harry comenzó a sudar casi de inmediato, mordiendo su labio inferior con fuerza.
—¡Hey! Sé que estás ahí.
El moreno casi como si fuera una palabra mágica, se quitó la capa de invisibilidad y le miró expectante cuando soltó un pequeño grito. Luego le miró con furia, sin embargo tenía las mejillas sonrojadas debido a la vergüenza.
—¿Qué mierda haces aquí, Potter?
Hizo un ademán de levantarse, pero luego notó que estaba desnudo y lo pensó mejor.
—Yo... No sabía que estabas aquí.
—Ni siquiera deberías estar aquí.
Se quedó en silencio mirándolo fijamente, casi con rostro de culpa.

Draco bajó su vista y de repente quizo que lo tragara la tierra, su boca se abrió de sobremanera, sin despegar su vista de su entrepierna.
Cuando el ajeno lo notó se sonrojó salvajemente.

—¡No! ¡No es lo que parece! O sea, si es lo que... es que, ¡No lo sé, soy un maldito adolescente hormonal, demándame por eso!

El rubio se quedó en silencio, para luego lamer sus labios.
Sin romper el contacto visual con su contrario volvió a lo suyo, jadeando levemente mirándolo en todo momento. Harry pudo sentir como su miembro palpitaba pidiendo atención.
De repente Draco habló en medio de los gemidos.

—¿Por qué sigues aquí? ¿Disfrutando la vista, Potter?

Tragó saliva y salió del baño de los prefectos, quedando apoyado en la puerta, todavía en estado de shock por lo que acababa de ocurrir, ¿Qué mierda acababa de pasar?
¿Draco había intentado calentarlo? No, eso era imposible. Sólo quería molestarlo, tenía que ser eso.

Cuando finalmente Harry se calmó, se cubrió nuevamente con la capa y desapareció de la vista, alejándose por los pasillos, para devolverse a su habitación, donde entró intentando no despertar a nadie.

Aquella noche Harry apenas pudo dormir.
Había tenido varios sueños, con cierta cabellera rubia.

Baño de prefectos - Drarry.Where stories live. Discover now