-¿Qué miras?

Susurró somnolienta, tratando de sonar molesta como de costumbre.

-¿Qué? Ya no puedo mirar o que.

Respondió la tomboy con una sonrisa completa, la cual correspondió la otra al notar que eran las mismas palabras que ella usaba.

-Tonta.

-Lo soy, pero una muy encantadora, no te atrevas a negarlo.

Nayeon rio despacio, no lo negaría, no en ese momento.

Continuaron mirándose sin notarlo del todo, tanto contacto visual, ¿desde cuándo hacían eso?

A la mente de la mayor vino el incidente de la biblioteca, eso la llevó a ponerse nerviosa y apartar la mirada.

-¿Qué sucede?

-Lo estás haciendo de nuevo.

-¿Qué cosa?

-No sé, tu sabes.

-No lo sé, debes decírmelo, recuerda, soy tonta.

Nayeon la miró de nuevo, pero las palabras no salieron. Había momento en lo que ver a Jeongyeon la dejaba sin palabras, completamente enmudecida y con un revoltijo en su cabeza.

Sin más, se levantó de la cama y la menor la siguió a toda prisa, corriendo a pararse junto a la puerta para evitar que saliera.

-Déjame salir.

-No quiero.

-Nayeon.

Ella no contestó, solo la miraba acercarse; cada paso que Jeong daba, ella retrocedía, era como si algo las separara realmente.

-Jeongyeon.

Esta vez fue ella quien la llamó, pero al igual no hubo respuesta, la menor continuaba acercándose.

Y entonces, llego el momento en el que Nayeon topó contra la pared, sin tener a donde retroceder, se limitó a observar como la otra continuaba acercándose, logrando al fin estar cerca.

Nayeon intentó huir hacia un lado, pero la tomboy reaccionó rápido a poner sus brazos contra la pared, arrinconando a la coneja.

Cerró sus ojos, Jeongyeon continuó mirándola, apreciando de cerca cada detalle de su rostro, aunque no había mucho, la conocía bien y tantas veces la había mirado que nada era nuevo.

-Jeongyeon, recuérdalo...

-La maldita pared.

-Exacto...

-Abre los ojos y dime que no quieres esto tanto como yo lo quiero. Mantenlos cerrados y sabré que es momento de derribar esa pared.

Jeongyeon continuó acercando el rostro al ajeno, mientras Nayeon no abriera los ojos, no se detendría. Y no lo hizo, sus labios rozaron los contrarios, sintiendo como la mayor apretaba su cintura, mas no la alejaba.

Un poco más y estaba sellado, un beso sencillo, con sus labios en contacto y ninguna parecía que fuera a moverse para más.

La menor estaba por retirarse cuando sintió los brazos de la mayor subir hasta sus hombros y luego rodear su cuello. Jeongyeon, por su parte, bajó los brazos de la pared para tomar por la cintura a Nayeon.

El besó subió de tono cuando ambas separaron sus labios embonando entre los contrarios, suave se movía al tiempo que sus cabezas lo hacían de igual manera para disfrutar de la una de la otra. Poco a poco sus lenguas comenzaron una danza, tímida y a pequeños roces en un principio, hasta parecer ser más una lucha de contacto constante.

Like A FoolWhere stories live. Discover now