Nos volveremos a ver

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Hoy era un día precioso, las cavernas estaban radiantes, y como todos los días en esta fecha tu estabas preparando todo para que este día fuera perfecto.

Te vi salir del refugio diciéndoles a los chicos que volverías tarde ese día, todos estuvieron de acuerdo y eso era porque ya sabían la razón, yo también la sabía, después de todo yo siempre te seguía sin que te percataras.

Te seguí cuando saliste del refugio, no usaste la mecabestia debido a que estaba en el taller, la pelea de hace dos días fue dura pero terminó con resultados satisfactorios.

Caminaste mucho, Loki en tu hombro estaba dormido, llegaste al fin al lugar a donde te dirigías, era una pequeña  tienda de repostería, entré junto contigo al establecimiento, te formaste en la fila y seleccionaste con la mirada unas galletas de nuez con azúcar glass, las cuales sabías eran mis favoritas, cuando tuviste en tus manos las galletas y las pagaste, saliste del lugar y yo te seguí, iba detrás de ti en todo momento.

Unas cavernas más adelante  te detuviste frente a una florería, todo el camino llevaste una sonrisa y la seguías portando, tanto la chica de la repostería como la de la florería ya te conocían, después de todo, frecuentabas mucho esos lugares, aveces solía acompañarte y otras la situación no me lo permitía, aún así yo era feliz.

Le pediste a la chica que te diera un ramo de azucenas azules y rosas blancas, me conocías perfectamente y sabías que era mi combinación favorita, al tenerlas en tus manos agrandaste tu sonrisa y tus ojos se iluminaron, pagaste las flores y saliste del local, aún te seguía, te escuché decirle a Loki que esas flores me encantarían, al igual que las galletas, Loki sonrió y dio un chillido de aprobación, un pequeño "le encantarán" fue pronunciado por Loki y sonreí ante la idea de que al él también le gustaran.

Luego de unos cuantos minutos llegamos al lugar donde te encontrarías conmigo, miraste el letrero del lugar, aquel lugar que visitabas cada año, en las mismas fechas, esas fechas en las que me traías flores y "comíamos" galletas, bueno en realidad tu las comías, yo no podía hacerlo.

Inhalaste profundamente y luego suspiraste, comenzaste a caminar conmigo detrás, ese lugar era bastante callado, era tranquilo, tanto que aveces podía tornarse aburrido, bueno, era tranquilo hasta que llegaban ciertas festividades cono el día de las madres o alguna de las personas o niños de aquí cumplían años y algunos raían música que al cumpleañero le gustara y festejaban, algunos contaban anécdotas mientras reían y pasaban todo el día con sus ser querido.

Atravesaste el pasto y llegaste a un punto en especifico, te detuviste y yo caminé hasta quedar frente a ti, detrás del lugar a donde mirabas fijamente, mirabas como todos años aquella piedra, o más bien mantenías tus ojos enfocados en aquella lápida, repasabas con tus ojos el lugar donde, en la blanca lápida, estaba escrito mi nombre y debajo de este, mi fecha de nacimiento seguida de la fecha de mi muerte.

Por primera vez, desde que entraste a ese lugar, sonreíste, yo también lo hice, te sentaste en el pasto y acomodaste las flores frente a la lápida, yo también me senté, frente a ti,  dejaste las galletas sobre el pasto y elevaste la vista y dijiste.

-Sabes Rox, hoy a sido un gran día- dijiste con tono alegre, siempre que venías conversábamos, y aunque era consiente de que no podías verme o escucharme yo contestaba y reía, hacia pucheros o te miraba con preocupación de acuerdo a la situación.

-Lo se Twist, lo vi, yo también he tenido buenos días- dije con tono alegre, era consiente de que no me escuchabas.

Comenzaste a hablarme de muchas cosas mientras comías las galletas, yo solo "comía" su aroma, aún así, eran deliciosas, y más compartiéndolas contigo.

Yo ya sabía la mayoría de las cosas que me contaste, sin embargo algunas cosas no las sabía, como que Draker ya había sido coronado rey, que Eli y Trixie estaban en una relación hace unos cuantos días y me contaste de algunas otras batallas que han tenido.

Yo escuchaba atentamente cada palabra que decías, para mi era genial pasar tiempo contigo, y en mi cumpleaños era genial pasar tiempo con todos, inclusive Draker venía a visitarme.

-Sabes Rox,  hoy se cumplen 3 años desde que, bueno, ya sabes, murieras en aquel lugar, el infierno no es un lugar agradable para morir, se te extraña bastante, aún tengo el dije que me diste, no se como activarlo pero algún día le preguntaré a Draker, se acerca tu cumpleaños, cumplirías 18 años, aún así me alegra estar aquí- dijiste con tono alegre y a la vez melancólico.

Seguimos hablando el resto de la tarde, sin embargo la luz comenzaba a irse y eso significaba que debías irte, sobretodo ahora que no tenías mecabestia.

-Bueno Rox, se hace tarde y debo irme, te veré en tu cumpleaños, espero que las flores y las galletas te hayan gustado- te acercaste a la lápida y depositaste un beso sobre ella, sentí el beso en mi frente y sonreí, -Nos vemos, te amo- dijiste para luego con un además de la mano despedirte, sin embargo como siempre ese no era el momento en que yo me despedía.

Te seguí de regreso a casa, siempre hacia eso, siempre te protegía, llegaste más tarde de lo usual y todos ya estaban dormidos, no cenaste y te dirigiste directo a lavar tus dientes, cambiarte y dormir.

Te recostaste en la cama y te arropaste, yo me senté a tu lado, miraste una última vez a la ventana como todas las noches y susurraste al viento un "buenas noches", yo lo respondí y volví a sonreír.

Comenzaste a dormir y yo siendo consciente de que no podías sentirme, comencé a acariciar tu cabello, siempre rubio como el sol o como el oro, al mismo tiempo susurraba cuanto te amaba.

Cuando la mariposa negra llagó a mi lado supe que era momento de irme, con tristeza y pesar me levanté de la cama y me incliné para dejar dos besos, uno sobre tus labios y otro sobre tu frente, antes de separarme de ti tomé la cobija y te arropé mejor, acaricié tu rostro por última vez en esa noche y me alejé de la cama.

Salí de tu habitación atravesando la puerta y visité cada uno de los cuartos de mi amigos, me despedí de todos, como ya me era costumbre, y como todos los años, Berpy y Loki, que eran los únicos que podían verme, me esperaban a un lado de la puerta, les sonreí y acaricié sus cabecitas, y antes de irme, como todos los años, les dije.

-Cuídense y cuídenlos, se los encargo, los quiero mucho pequeños, nos vemos en unos meses- dije para luego con una sonrisa salir del refugio.

Al salir regresé por última vez mis ojos al refugio, luego de eso comencé a caminar de regresos al cementerio mientras entonaba una canción de cuna, la cuál gracias al viento llegaba hasta tus oídos y podías escucharla en sueños, arrullándote y reafirmando mi promesa de siempre cuidarte, al llegar al que hace 3 años se había convertido en mi hogar la mariposa voló, y una puerta de caoba apareció frente a mi, di un último vistazo al lugar donde reposaban las flores y pronunciando un ligero "Buenas noches, nos vemos" atravesé la puerta.

Después de todo sabía que en algún momento nos volveríamos a ver.









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