Capitulo 8

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Capitulo 8

Saber que en año nuevo lo vería me tenia completamente ansiosa, no se si hubiese sido mejor no saber cuándo volveríamos a vernos pero el tema es que durante el resto de la semana no pare de pensar en ello; trate de mantener la mente ocupada pero el hecho de estar de vacaciones no me dejaba mucho por hacer.

El sábado Ana y yo nos fuimos de compras, me convenció de comprar un atuendo espectacular para el fin de año que según ella dejaría a Dylan con la boca abierta, esas habían sido sus palabras exactas cuando me vio salir del probador luciendo el vestido considerablemente corto y con un escote que dejaba entrever lo suficiente para dejarlo con ganas. Al mirarme al espejo no pude hacer más que darle la razón a mi mejor amiga, me veía guapísima y sexy.

Ir de compras con Ana era lo mas divertido, en realidad estar con ella era divertido, siempre. No paraba de reír con sus ocurrencias y comentarios y tuve que comprar un conjunto de lencería puesto que según sus visiones al futuro, esa noche Dylan y yo tendríamos sexo.

¿Se imaginan todo lo que pude reír? A tal punto que terminó por dolerme el estómago. Al final de ese día terminamos cenando hamburguesas en casa de la madre de Ana y a eso de las dos de la madrugada Lucas y yo nos fuimos a casa, Mamá no había asistido porque fue a pasar el día en el centro de apoyo en una actividad grupal y terminaría agotada, asi que había decidido irse a casa.

Tras un fin de semana bastante largo por la ansiedad que me mataba, finalmente es martes, treinta y uno de Diciembre y hace días que no sé nada de Dylan; el último mensaje que me envió fue el sábado por la noche, deseándome buen provecho y que la pasara genial en la comelona de hamburguesas. Por mi parte tampoco le escribí, sabía que estaba trabajando y no eran mis planes agobiarlo. Me repito una y otra vez que debo darle su espacio.

Toda la mañana y parte de la tarde ayudo a mi madre a preparar la cena de noche vieja que celebraremos en mi apartamento, Ana y su madre también vendrán a celebrar con nosotros. Lucas y Ana ya están al tanto de la invitación de Dylan y por supuesto aceptaron ir.

Me levanto de la cama junto a Camilo y nos vamos juntos a la cocina, tengo que sacar el asado que por el tiempo que ha transcurrido debe estar listo.

- ¡a que huele delicioso! – hablo con mi perro. – esta noche también comerás con nosotros, no te preocupes.

Camilo me suelta un ladrido mostrando que esta de acuerdo y se va a tomar agua fresca en su bol.

Saco la bandeja del horno y suelto un quejido cuando casi me quemo la mano, prácticamente la tiro sobre la encimera de granito para evitar que siga en contacto con mi piel expuesta, resulta que no he colocado la manopla correctamente y no me había dado cuenta. Siento el ardor e instantáneamente meto mi mano bajo el grifo y dejo que el agua lo calme, tampoco es para tanto pero de todos modos arde lo suficiente.

La cocina huele deliciosamente, creo que Camilo piensa lo mismo porque mira hacia la bandeja sin pestañear. Cubro la bandeja con un trozo de papel aluminio y la dejo reposar sobre el porta ollas.

Mi madre se ha ido a comprar unas cosas al Super y Lucas esta en casa de un amigo jugando al Play. Voy hasta el salón y saco del estante seis copas para colocar sobre la mesa, ya he puesto los platos y cubiertos y doy un último vistazo para asegurarme que todo esté listo para esta noche.

El ambiente tiene buena pinta, el arbolito de navidad que mi madre me ha obligado a colocar le da un aspecto acogedor al lugar, además he comprado unas guirnaldas navideñas y unas velas decorativas que dan juego con el resto de mi sencilla decoración. Definitivamente tengo que poner más empeño en mi casa, creo que más adelante haré una renovación y la pondré a mi gusto, moderna y cálida, así es como me gusta.

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