✨C A P Í T U L O 1✨

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Ya habían pasado unas semanas desde aquel intercambio de miradas desastroso con él.

No podía dejar de pensar en ello y las preguntas seguían dando vueltas por su cabeza, molestandola e incluso distrayendola de su trabajo, aunque a veces sentía algo más... No podía explicar del todo que era, ni siquiera ella lo sabía, pero lo que si sabía es que era una sensación simplemente desagradable y quería sacarsela de encima lo más rápido posible.

El sonido de un parquimetro cuyo tiempo había vencido la sacó de sus pensamientos, se acercó al mismo para tomar los datos y redactar la multa. Sí, estuvo tan ida en su trabajo que su jefe decidió 'darle un descanso' y ponerle lo que él consideraba un trabajo tranquilo esta semana para que 'volviera con todos los ánimos' al caso que tenían en manos los últimos días. Es obvio que traduciendolo el hombre mayor quiso decir "O estas atenta al caso o te pudres bajo el sol haciendo multas por el resto de tu vida."

Soltó un suspiro de amargura mientras tomaba la multa, se disponía a dejarla en el parabrisas de la camioneta blanca la cual estaba estacionada junto al aparato cuando una voz, algo lejana, le llamó.

- ¡No! ¡Oficial, ya voy llegando! ¡Por favor! -llamó una voz masculina, ella volteó y no podía creer a quien le estaba poniendo la dichosa multa-

- Tú...

- ¡Por favor! -repitió el chico mientras detenía su carrera frente a ella, llevaba una pequeña bolsa de papel en sus manos- Estuve haciendo fila por mucho rato, y sabía que si volvía a pagar el parquimetro de nuevo la señora del frente se hartaría de guardar mi puesto -explicó mientras se erguía, ahora le superaba en tamaño por un poco menos de una cabeza cosa que la verdad le asombro a la otra- Por favor, no debe tener más de un minuto de haberse vencido -siguió, al parecer aún no captaba con quien hablaba-

- Está bien -dijo ella mientras sonreía, la cara del chico se iluminó con una sonrisa al escuchar eso, estuvo a punto de decir un gracias cuando- Pero aún así te pongo la multa, el parquimetro sonó hace rato Justin -dijo mientras depositaba el papel sobre el parabrisas de la camioneta-

Cuando lo miró se dio cuenta de que pasado de un chico nervioso y preocupado a alguien quien la miraba curioso, incluso algo acusatorio.

- ¿Cómo sabe mi nombre? -preguntó-

Allí fue cuando ella se dió cuenta de que le llamó por su nombre cómo si nada.

- Uh... -empezó a maquinar una excusa, miraba a todos lados buscando algo que indicase su nombre y así poder usarlo de excusa con el chico- Bueno yo

- ¿Si?

- Lo leí en la bolsa -dijo apuntando a la misma donde se encontraba escrito con rotulador negro el nombre del muchacho-

- Oh -dijo, aunque su voz había sonado algo extraña, para luego sonreírle- bueno, supongo que no me libraré de la multa ¿Verdad?

- Lo siento, pero la ley es la ley -dijo mientras le sonreía- la próxima trata de estacionar más cerca del establecimiento ¿Bien?

Él solo asintió mientras se subía al vehículo, al parecer no la había reconocido. "Es mejor así" pensó ella, que cada uno pueda seguir por su lado, cómo debió ser desde el inicio.

- Bueno, que tengas un buen día, Nahomi. -dijo él, aunque su tono había pasado ser algo ¿Triste? Para luego encender el vehículo e irse de allí-

Ella solamente miró el vehículo mientras se alejaba una manzana... Dos manzanas... Ahora tres manzanas los separaban y ella seguía procesandolo.

Él la reconoció, y aparentemente él esperaba que ella también. Y bueno, si lo hizo, pero trató de actuar cómo si sólo fuera otro chico pues supuso que sería lo mejor ¿No? Dejar todo atrás.

Por su lado el joven de cabellos rizados solamente miraba el camino mientras pensaba.

¿Estaba triste? Tal vez, un poco. Al parecer él solamente había sido un caso más, un "trabajo bien hecho"; aunque también se sintió cómo un idiota por pensar que después de todo esto ella lo recordaría cómo algo más que el idiota que cayó en el juego y arruinó su vida completa por un amor de la secundaria. Un desastroso amor de la secundaria.

Condujo un rato, la verdad no tenía un rumbo fijo, consideró el irse a casa pero la verdad lo último que deseaba era pasar el rato encerrado en su habitación. Ya había hecho eso los últimos años y honestamente no le apetecía encerrarse así que optó por ir a un lugar abierto, un sitio lindo y abierto con abundante aire fresco (cosa que había extrañado), así que con una sonrisa en su rostro giró en la siguiente esquina y se encaminó hacia la playa.

Aparcó en el estacionamiento, tomó su bolsa con pastelillos junto con las llaves del vehículo para luego bajarse del mismo, cerró la puerta con llave para impedir el acceso de desconocidos al mismo y luego se dirigió a paso tranquilo hacia la playa.

El aire, cálido e impregnado de la esencia única y calmada del océano le acariciaba con suavidad el cabello, haciendo sus rizos bailar al son de aquella dulce canción sin melodía marcada que rugía el océano frente a él. A Justin siempre le había gustado la playa, cálida y alegre, ¡Igual que él! O bueno... Al menos eso le dicen.

Bajó las escaleras de madera, se detuvo en el último escalón para retirarse el calzado junto a las medias y así evitar que se llenen de arena al momento de adentrarse en la playa. Caminó un rato aunque no buscaba un lugar libre ya que la verdad es que no era necesario puesto que la playa estaba prácticamente sola a estas horas, en realidad el sólo quería caminar un poco, sentir la arena bajo sus pies y el susurro de las olas contra su cara. Sólo eso, un chico disfrutando de su amada playa.

Luego de un rato simplemente se dejó caer en cualquier lado mientras colocaba sus zapatos a un costado y la bolsa de papel frente suyo, comenzó a tararear una canción sin nombre, sólo una melodía alegre para acompañar su agradable merienda en su lugar favorito.

Él siempre quiso pasar un momento así con ella, siempre lo imaginó. Cómo le pediría que lo acompañase a la playa, los chistes que le contaría, cómo ella se reiría, los temas a conversar ¡Incluso imaginó que tal vez podría tener una segunda oportunidad de besar a la chica! Aunque claro, ese día no llegó.

Metió su mano en la bolsa y sacó uno de los pastelillos, este venía cubierto de una fina capa de azúcar junto con algo de mermelada en la parte superior.

- Supongo que tal vez, en algún momento pueda tener la oportunidad de compartir esto contigo ¿No? -pensó en voz alta para luego llevarse la golosina a la boca-

Respiró profundo llenando sus pulmones de aquella brisa cálida por unos momentos para luego soltarlo lleno de satisfacción, en serio había extrañado esta sensación.

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AHRE, LO SIENTO SÉ QUE ME TARDE UN MONTÓN EN ESCRIBIR EL NUEVO CAPÍTULO PERO ME HABÍA ENTRADO UN BLOQUEO, SORRY 💕

✨F O R G I V E N E S S✨ [ #21ChumpStreet ]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora