Deja de fingir

122 11 2
                                    

Narra Kellin

- ¡Kellin con un demonio levántate ya! - gritaba furiosa mi tía lanzándome agua helada sobre mi cara

- ¿Qué rayos te pasa? - musité enojado

-Mueve tú maldito trasero de la cama ahora mismo. Tienes que arreglarte antes de que vengan - dijo tomando la ropa regada por mi habitación - ¡Lárgate a bañar ahora! - dijo con rudeza

Que genio que se carga hoy. Es un lunes, odio madrugar y odio que me levante con vasos de agua helada. Seguramente hoy vendrían los jefes de mi mamá a verificar que son buenas personas conmigo, mientras mi tía seguía limpiando mi cuarto fui por mi toalla y mi cepillo, le coloqué seguro a la puerta, deje abierta la regadera mientras me quitaba la ropa. Hoy en definitiva sería un largo día.

[...]

-Espero que esta vez seas más convincente, no quiero que se demoren con los pagos - susurró mi tía con nerviosismo pasando su mano por su cabello. Una vez al mes vienen las personas que pasan mi pensión a cerciorarse de que mis tíos, realizan gastos en mí y no en otras cosas. Son buenas personas, no cualquiera pasa una pensión de seiscientos y más a un hijo de una trabajadora fallecida. Pero me apenaba mentirles, pero no podía decir la verdad o las cosas solo se pondrían peor.

- ¿Está todo listo? - habló Gerard desde el umbral -Kellin ¿Porque no usas algo más decente? Pareces un mendigo con esos trapos rotos - casi grito revolviendo mi cabello

- ¡No me toques! - dije alejándome de el -Me visto cómo me gusta fin de la discusión

-Agradece que esas personas están por llegar o te juro que ahora mismo estaría dándote algunos golpes para que no vuelvas hablarme así - dijo con ira, odiaba que le hablara así, pero odiaba más que yo le dijera que no me toque. Él sabe lo que esa simple frase oculta, él sabe el daño que esa frase causa.

-Como sea - finalice caminando hacia la cocina, tome una de las tostadas y serví un poco de café.

           

-Oh Dios mío Kellin, ve a cambiarte. En serio pareces un maldito pordiosero - hablo mi tía tomándome rudamente del cabello. -Se supone que por lo menos una vez al mes, te pones las estúpidas camisas o los trajes formales que te compro, ve a ponerte alguno - dijo obligándome a subir las escaleras. Odiaba esto. Odiaba que quisieran hacerse los buenos, odiaba que me obliguen a mentir, odiaba toda esta maldita farsa.

No es muy lindo que vengan personas preocupadas por mí, personas que quieren saber cómo estoy y que sea yo quien deba mentirles y fingir que toda esta porquería está de maravilla.

Busqué en el ropero, al final de toda la ropa estaba una camisa de cuadros manga larga, y unos jeans sin agujeros, los únicos sin agujeros que tengo y que no son tan ajustados. Me quité la ropa no quería usar eso, no acostumbro a usarlas. Solamente cuando realmente siento ganas, y hoy en definitiva no es uno de esos días.

-Kellin, ¿Porque demoras tanto? - resonó la voz de Gerard detrás de mí, di un leve brinco, me aterraba que este aquí, y yo sin ropa -Vaya, veo que crecer te ha sentado muy bien - dijo con voz rasposa, sentía como se acercaba me atemorice, por inercia camine al otro lado de la habitación. Y cubrí en parte mi cuerpo desnudo.

- ¿Q... ¿Qué haces aquí?  - dije con voz temblorosa, sabía qué hacía aquí, varias veces había entrado aquí, pero pensé que eso ya había quedado en el pasado.

-Venía avisarte que tú tía quiere que te apresures. Pero no esperaba encontrarte así, tal parece que aún sigues siendo una zorra - hablo con voz burlona, caminando lentamente hacia mi

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 03, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El Secretario ((KELLIC))Where stories live. Discover now