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NARRADOR

Nora era la hija unica del matrimonio de Harold y todos estos años pensaba que su padre era la mejor persona que existia en este mundo, ella desde pequeña creció con la idea de que queria una hermana con quien jugar a las muñecas, a la hora del té y al castillo de princesas.

Fue criada con lujos y con sumo amor de sus padres, colegios de renombre, clubes donde practicaba deportes y la mejor universidad privada que su madre buscó por ella. No crecio como niña mimada pues aun que tuviera lujos le fueron enseñados los valores y la humildad, vio como un ejemplo a su padre pero desde aquella fatídica tarde donde escucho a su padre pelear con su madre se dio cuenta que no solo su padre  guardaba secretos si no que su madre también.

Su mundo se cayó en pedazos ante sus ojos y por primera vez vio diferente a sus padres, ¿Cómo no darle lo mejor a su media hermana? ¿Por qué tan crueles dejandola a ella y a su madre en la calle sin comida?

Al entrar al hospital buscando a su padre para ir a comer vio bajar de un auto a una chica muy feliz junto con su acompañante.

— Fernanda...

Susurró para ella misma pues conocia a su media hermana por el caso llevado contra Javier Cameron, conocía por boca de su padre que ella dio a luz al hijo del ya mencionado y que estaba pronto a casarse con el abogado de renombre Carlos Cameron. Fue directo a la oficina de su padre encontrandolo llorando con una copa de whisky en su mano, charlaron un rato y se sorprendio al ver que una invitación de boda le esperaba desde el día de ayer.

Dejando a su padre encontro al doctor Garrido, al que le tomo cariño como su tío desde siempre. Preguntándole que él necesitaba un descanso claramente sabiendo que él no estaba dispuesto a descansar.

— Creo que tu padre es el que merece descansar. —Bromeó sincero— me imagino que ya sabes ¿No es así?

— Sí, si me entere —sonrió Nora— ¿La conoce?

— Claro que sí, es una chica muy dulce yo la salvé de la muerte cuando estaba en un aborto espontáneo.

— ¿Lo paró? ¿Está bien ella después de eso? —preguntaba preocupada— no sabía que ella sufrio un aborto.

Garrido sonrió al ver la preocupación de la joven con su hermana.

— Claro que están bien.

Pero no tuvo oportunidad de hablar más con Nora ya que Carlos se cruzó en su camino con Fernanda de la mano muy felices.

— ¡Doctor! —llamó Fernanda—, ¿Cómo se encuentra?

Fernanda corrió a abrazarlo alegremente sin reponer que él estaba aconpañado de Nora.

— Me encuentro de maravilla, Fernanda, ¿Cómo te encuentras tú sería la pregunta?

Ella sonrió calidamente y al soltarlo regreso al lado de su futuro esposo.

— Venimos a dejarle una invitación para nuestra boda. —respondió Carlos con una felicidad evidente en su rostro y corporalmente—, pero también venimos a hacerle una propuesta.

— ¿Y cuál es esa propuesta eh?

Nora los contemplaba silenciosamente con una alegria y tristeza a la vez, era la primera vez que estaba frente a ella y no sabría cuanto tiempo resistiria no correr a abrazarla.

— Quiero que usted sea el que me entregue en la boda religiosa y civil.

Garrido sonrió ampliamente pues él sabía que Dios le regresaba una recompensa espiritual al ayudar a todas esas personas en el hospital y con Fernanda no fue la excepción.

Vientre en Alquiler #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora