18.

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CARLOS CAMERON

Gracias por su atención, permiso.

Era oficial mis clientes estaban retirando definitivamente sus casos de mi bufete, no se que estuve haciendo mal. Todo estaba de maravilla y no puedo dar en donde fue la falla, encima de todo desaparecieron mis documentos legales de mi bufete.

Solo falta que te orine un perro, amigo.

Mi conciencia no ayuda en nada, tal vez deba empezar de cero. Pero, implica mas tiempo y más dinero de lo que gaste anteriormente y dinero no tengo suficiente. Aún asi no le pedire ayuda a papá, puedo hacerlo todo yo solo como el adulto que soy.

— Dios, ¿Falta algo más para cavar mi tumba?

Mi teléfono suena en ese instante y un escalofrío me recorre toda la médula, reviso quien me ha llamado. El nombre de Lauren aparece en pantalla.

— ¿Hola?

No me habla por un rato hasta que escucho sollozos del otro lado de la línea, me pongo en alerta.

— Lau, ¿Qué pasa?

Carlos... yo...

Comienza a llorar más fuerte...

— Haber preciosa calmate sí, dime ¿Le pasa algo a mamá?

Intenta calmarse aún, solo que se escuchan dejes de llanto y como sorbe mocos. Un sispiro alargado y más mocos...

— Lau, deja de moquear dime que pasa con mamá.

No es tía Lourdes... Es...

— ¿Quién?

Es Fernanda.

Comienza a llorar más, mientras mi mundo se cae en pedazos.

¿Qué estoy pagando Dios?

— ¿Dónde está? —Ahora el que llora soy yo—, ¿Dime que paso?

Pasábamos la cena de tía Lou de maravilla, ella decidió ir al baño y cuando la encontré en el pasillo caminaba despacio y se desvaneció.— Lauren hablaba pensativa y despacito—, cuando pedí ayuda ella ya no estaba consciente y sangraba. Dios mio, sangraba mucho.

— Lau... Lauren tomaré un vuelo de regreso, si tranquila. —Empezaba a caminar rápido al hotel,— ¿En qué hospital están?

En el hospital maternal Cooper.

Listo, iré a ese hospital. ¿Están todos allí?

Sí, hasta tío Josh.

— Bien, estaré allí en unas cuantas horas.

Cuelgo la llamada y empiezo a correr, gente pasa a mi lado unos viendo con incertidumbre mi rostro y otros ni me ven. Debo saber que fue lo que paso en esa cena, me importa una mierda ya mis clientes lo que quisiera ahora es querer tener el poder de que con un chasquido de dedos aparecer en el hospital que esta Fernanda.

Luego de salir del hotel llego al Aeropuerto, no hay cupo disponible si no hasta mañana.

— Maldición.

— ¿Carlos Cameron?

Volteó a ver quién ha dicho mi nombre y me encuentro con Jeannett Castro, hermana del que es mi competencia laboral.

— ¿Estás bien?

— No Jean, debo regresar y no hay boletos libres. —suspiro y me dejo caer en la silla que tengo al alcancé— Es una emergencia.

Vientre en Alquiler #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora