Vientre en Alquiler #1

32.

N/A: por si no sale completo avisarme.

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NARRADOR

Erin nunca se habria imaginado la sensación que sentiría al saber que alguien le pediría matrimonio a su hija, al saber que alguien le daria todo lo que ella no pudo y que tendría un mejor futuro.

— No es un sueño.

Carlos le respondía palido y con semblante asustado.

— ¿No dirás nada, verdad? —El hablaba bajito temiendo despertar a las demás—, es una sorpresa para ella.

— Claro que no, es solo que esto me emociona.

Carlos sonrió y minutos más tarde volvio a dormir mejor, su cama ocupaba el rincón. Erin pudo observar a su hija tener pesadillas y levantarse rápidamente, pero cuando ella iba a hablarle Fernanda buscaba a Carlos.

— ¿Qué pasa pequeña? —preguntaba Carlos algo asueñado.

— ¿Puedo dormir contigo? —ella lo miraba asustada—, tengo pesadillas.

— Claro, ven aquí.

Carlos valientemente se movía un poco a su derecha con dolor para que Fernanda se acostara a su lado izquierdo y así ella no lastimarlo a él y él no lastimar su vientre y poco tiempo se quedaron dormidos.

Si tan solo así hubiera sido Harold.

Erin pensaba en Harris y su desprecio al saber que ella estaba embarazada y el como la llamó.

—Eres muy poco para mi, necesito una mujer bella y carismática para mi imagen. Y tú no lo eres.

— Pero Harold, tendremos un bebé. No puedes irte.

— No, tu tendrás un bebé. Ese engendro no es mio.

Y dicho eso Harold iba hacer sus maletas y al irse le dejaba una limosna de dinero. Erin llevaba ese día y otros más clavados en su corazón, asi como el día que Fernanda le pregunto por su papá.

— Mamá, ¿Por qué yo no tengo papá?

— Ya sabrás más adelante, amor.

Era una etapa difícil para ella y su hija, a veces ella no comía para darle a su hija alimento, nunca les faltaba pan pues una amiga de ella les regalaba comida y bebida pero este solo alcanzaba para su hija.

— ya sé que ese hombre que no merece ser llamado papá nos abandonó.

Fernanda le decía a Erin que no perdonaría jamás a su padre por lo que hizo, y si algún día lo encontraba le reclamaria.

Erin lloraba en silencio, todos aquellos días de penumbra, miseria y melancólica quedaban atrás. Fernanda y ella trabajaban y podían darse ciertos gustos pero todo fue gracias a Lourdes. Siempre pensó que Fernanda se iba a quedar sola mendigando el amor de Javier y no se daba cuenta del amor que le tenía Carlos.

(...)

— Buenos días, el día de hoy estamos todos iniciando un juicio entre la familia Cameron y demás personas implicadas.

El juez daba inicio a una demanda contra Javier y Josh Cameron.  Ciertamente era una familia de categoría pero nunca fueron los famosos por la prensa pero ahora los medios los perseguían a donde fuera.

— Tengo entendido que la señorita Celia fue cómplice pero el abogado y notarios Carlos Cameron intervino y ha logrado una fianza la cual ya fue pagada y accedió  a ser testigo protegido.