Capitulo 19

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POV Christian

Hemos llegado hasta el departamento de la mejor amiga de mi esposa.

-¡Señor Grey!- Nos dice una joven rubia, de ojos verdes. Bastante guapa... cuando nos abre la puerta

-¿Usted que hace aquí?- Pregunta atónita.

Puedo visualizar a mi descarriada esposa, que esta sentada en el sofá. Ella se pone de pie, y se va corriendo por un corredor.

-¡Anastasia!- Entro de inmediato, y la sigo.

-¡¿Que esta ocurriendo?!- Escucho que pregunta desconcertada la amiga de Ana.

Llego hasta un dormitorio. Por como esta decorado, creo que Ana vivió aquí antes de casarnos. Ella está abriendo una ventana.

-¡Anastasia¿Que crees que haces?!- Me quedo perplejo, y enojado al ver como Anastasia, quiere saltar por la ventana.

-¡No te acerques, si no me lanzo de esta ventana!- me dice amenazante.

Pero ¡que mierda! ¿Acaso me case con una loca?

-Ven, vamos hablar.- Trato de contener mi ira.

-¡No! Tu estás enojado por que cubrí tu casa con espuma...

-Es verdad. Estoy furioso, pero no por eso vas a matarte lanzándote de la ventana...

-¿Que? ¿Quien te dijo que iba matarte?- Pregunta confundida

-¿Ah? Tu misma lo has dicho...

-Yo me voy a pasar al otro departamento, y huir- me interrumpe y me aclara que haría.

-¡Ya basta! No seas infantil. ¡Ven aquí, ahora!

-¡No te acerques!- Me advierte.

Soy mas hábil que ella y llego rápidamente, y la tomo por la cintura. Ella comienza a golpearme y retorcerse...

-¡Christian, suéltame!- Grita.

-No lo creo... Me has inundado mi departamento. Has salido huyendo como una cobarde, me estás golpeando y has amenazado con arrojarse de una ventana. Te haz ganado un castigo.- Le resumo sus faltas y le voy mostrando mis cartas.

-¡¿Castigo?! ¿es enserio? ¡Estás loco si crees que lo voy a permitir! ¡Suéltame!

Logro tomarle las manos y me quito rápidamente la corbata. Con ella le ato las manos y logro arrancarle la ropa horrenda que se ha puesto aquí... Nota mental: comprarle buena ropa a mi esposa.
Le amarro las manos a la cama y la doblo sobre una de mis rodillas.

-¿Que diablos? ¡Suéltame!- Ahora Escucho que Ana está asustada, pero no por eso me voy a detener. Se pasó... Y ya se lo ha ganado.

Le detengo las piernas con mi rodilla libre para que no me vaya a dar una patada en las bolas y le comienzo a acariciar alternadamente las nalgas... Su piel es tan suave, tan pálida. Les daré algo de color.

-Uno...

-¡Que mierda... Idiota!- Chilla Ana sorprendida.

-Dos...

-¡Animal! ¡Ya suéltame!- Se esta enojando, pero no tanto como yo.

-Tres...

-¡Auch! ¡Ya déjame, salvaje!- se retuerce en mi rodilla y chilla al tirar de la corbata.

-Cuatro...

-¡Ya basta! ¡Suéltame, imbécil!- me grita furiosa y su piel está poniéndose rosa y caliente... Me gusta.

-Cinco...

-¡Maldito idiota! ¡Nada más me suelto de aquí...!- creo que ahora no solo está cabreada...

-Seis.

-¡Ya! ¡Ya basta!- gime.

Le quito la corbata de las manos y veo que le dejo unas tremendas marcas rojas al rededor de las muñecas. Ella no me mira y sorbe por la nariz de forma poco femenina... ¿Que he hecho?

Se frota las muñecas y se va hacia la ventana. La abre y mira hacia el horizonte.

-Anastasia... Ven aquí.- le llamo desde el extremo de su cama.

-¡Ya vete de aquí! ¡Ya me castigaste como querías! ¡Ahora lárgate, salvaje!- me grita. Esta llorando...

-Anastasia... Ven.- dulcifico mi tono de voz al darme cuenta de que lo que acabo de hacer la hizo sentir mal.

-¡Que te vayas de aquí! ¡Lárgate!- se acerca a mi con lágrimas en los ojos y comienza a empujarme de los brazos, me avienta a la cara la corbata y me empuja hacia la puerta.

-No me iré sin ti.- Le respondo con voz fría.

-¡No te quiero cerca de mí! ¡Lárgate de aquí!

-¡Ya basta Anastasia! ¿Que acaso nunca te azotaron en las nalgas?- le pregunto furioso por su pataleta.

-¡No, imbécil! ¡Nunca me habían golpeado!- Ladra y no para de llorar.

Creo que la cagué y en grande... No tiene referencias sobre castigos físicos. Me deje llevar por mi coraje, y la hice sentir mal. Y ahora yo también me siento mal. Ahora que recuerdo, jamás le conté sobre mis pasatiempos.

Me acerco a ella y solo me empuja por los brazos, no me quiere cerca de ella... ¿Que narices he hecho?

Logro sostenerla más tiempo y gime en mi pecho. La acunó en mi pecho y la dejo que llore.

-¿Por que lo hiciste? ¿Tanto te molestó que inundara tu departamento?- me pregunta en voz baja.

-Me molestó no encontrarte ahí...- paso mi pulgar sobre sus labios,- te quedan muy suaves los labios después de que lloras...

La beso y ella me corresponde. De pronto me toma por el cuello con las dos manos y me aferra a su cuerpo. La llevo hasta la pared y continuo besándola. Ella lleva las manos a mi pantalón y desabrocha el cinturón y tira de el para sacar mi polla ya despierta.

Le termino de arrancar la ropa y levanto una de sus piernas ella me ayuda y se acomoda mi miembro en su ya húmeda entrada. Me introduzco en ella de un solo golpe y ella en ese instante entierra las uñas en mis brazos y eso me hace estremecer. Le besó y muerdo despacio el cuello e ella me toma con fuerza de la nalga pidiendo do que me mueva y así lo hago.

Ella gime y me tira del cabello con fuerza para que la bese y así seguimos.

-Ah... Christian... ¡Si!- Grita desesperada.

-Ah... Anastasia...- Grito sin importar ​que nos escuchen, está chica me está volviendo loco.

-¡Más! ¡Dame más!- me ordena y me muerde el cuello.

¡Ay Dios! Esta mujer me está haciendo perder el control. Siento mi piel arder por como talla sus uñas, pero me está poniendo a mil con eso. Vuelve a tirar de mi cabello y sin dejar de moverse me besa y mordisquea.

¡No, no, no! Ya estoy por estallar y aun quiero más... Ella también se tensa en torno a mi y hago mis movimientos más implacables, quiero más de ella, pero el alivio se hace urgente.

Siento el sabor metálico de mi sangre al instante en el que estamos en un catártico y muy intenso orgasmo...

Escuchamos como tocan la puerta con insistencia y ella y yo intentamos recuperar el aliento, me mira ella y aún está furiosa, pero sonrió con suficiencia, ya logré follarla, la castigó y también recuerdo que tengo que contarle algo.

- ¡Abran la puerta descarados!- escucho que dice la voz furiosa de una mujer, debe ser la amiga de Anastasia.

-¿Kate?- Contesta Anastasia, roja de vergüenza.

- ¡Par de sinverguenzas!- Ese es mi hermano

- Lo oímos todo- añade, mierda. Nos escucharon follar.

Gracias CarmenSandovalHerrer sin ti, no hubiese podido escribir este capitulo.






EL MEJOR ERROR GREYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora