2-2 ¿Rival?

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-Quise atarla. -Otra pausa-. En la cama. No con cadenas ni nada por el estilo. Quiero decir que
no soy un pervertido; solo quería atarla con pañuelos de seda. Sería solo un juego, de verdad. Todo muy
civilizado. Y ella podría liberarse cuando quisiera...

_____ estaba asombrada. Le parecía muy extraño mantener esa conversación con su hermano
menor. Recordaba a Philip como un estudiante descarado, con el dormitorio lleno de bichos y ratones;
incluso en una ocasión le había regalado una araña viva.

-¿No estarás escandalizándote, verdad? -preguntó Philip con ansiedad-. No pensaba azotarla ni
nada por el estilo, pero me pareció que sería excitante verla allí, indefensa, mientras hacía el amor con
ella. Pensé que a ella también le gustaría. No es que quisiera forzarla ni nada... Le expliqué lo que quería
hacer; dejé muy claras mis intenciones.

-¿Y dijo que eras políticamente incorrecto? -repitió.

-Ya te digo... -convino Philip-. Entre otras muchas cosas.

-Bueno, no puedo aconsejarte cómo recuperarla. Quizá deberías empezar por pedirle disculpas.

-No quiero volver con ella -explicó su hermano-. Además ha vuelto con su ex. Lo que quiero saber es cómo voy a impedir que cada chica que conozca tenga esa reacción. ¿Lo que le sugerí es tan inusual?

-Claro que no -se apresuró a decir-. Lo único que pasa es que se lo propusiste a la chica equivocada. No pasa nada por jugar un poco en la cama, siempre y cuando los dos disfrutéis con ello.

-Bueno, espero que tengas razón, hermanita. -Philip no parecía muy convencido-. A ver, sé que
no es el tipo de cosa que tú harías, pero pensaba que las chicas más jóvenes serían más aventureras.

-Bien, sigue intentándolo -lo animó ella-. Estoy segura de que en el mundo hay muchas mujeres
políticamente incorrectas anhelando que un hombre las controle.

-Ojalá conozca pronto a una -concluyó él.

«Ojalá tengas suerte», pensó ella con ironía mientras colgaba el teléfono.
Tenía que admitir que su hermano estaba a años luz del confiado y elegante Park Jimin, pero habría muchas chicas que se sentirían atraídas por Philip. Se preguntó de repente qué habría hecho la
novia de su hermano si este hubiera puesto en práctica un poco de fuerza sexual en vez de lógica civilizada.
Sin duda había algo muy excitante en seguir órdenes eróticas suministradas por alguien que te atrajera de verdad, pensó. Comenzó a dejarse llevar de nuevo por su ensueño, recordando el tono autoritario de la voz de Jimin; reviviendo la cena en el restaurante y las posteriores experiencias en su
casa. De pronto, un violento golpe en la puerta la llevó de regreso a la realidad.
El cartero le entregó una caja grande muy bien envuelta y le pidió que firmara el albarán. Después
de desprecintarla y desenvolverla encontró un sobre. El mensaje que contenía era sencillo y directo:

"Acostumbraré a esto, en especial a los zapatos. póntelos el domingo por la tarde y déjate el pelo suelto.
Esperame a las cuatro"

Dentro de la caja encontró un neceser con cremallera que contenía maquillaje: sombra de ojos, delineador y lápiz de labios rojo intenso -un color que ella jamás usaría-. También había un par de zapatos negros con unos tacones ridículamente altos que se abrochaban en los tobillos, una cortísima minifalda negra con cremalleras en vez de costuras laterales y una blusa blanca con solo tres botones y un pronunciado escote rodeado de volantitos, al igual que las mangas tres cuartos.
Miró el paquete sorprendida. Las palabras de Philip inundaron su mente: «políticamente
incorrecto». ¡Putilla! sería la mejor descripción en ese caso. ¿Se acostumbraría en algún momento?
Sostuvo la falda contra la cintura y se dio cuenta de que apenas le cubriría las nalgas. Y no había bragas en la caja. En esta ocasión sabía que sería mejor que no se le ocurriera ponerse unas. Sabía de sobra a qué se refería él con «acostúmbrate a esto». ¿De verdad esperaba que se pusiera una minifalda que parecía un cinturón ancho sin bragas debajo? Sí, claro que sí. Pero ¿iría a buscarla en coche? Si corría hasta el vehículo, se dijo a sí misma, nadie notaría que no llevaba ropa interior.

90 DÍAS (JM & ___)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum