Capítulo 15

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Hemos ido a casa a por el bikini y a por todo lo necesario para un fantástico día de piscina. Treinta minutos después aquí estamos Mery, Sara y yo, tumbadas en las tumbonas del jardín de los Adams. Estoy súper a gusto y me siento como si estuviera en una nube, esta sensación tan relajante es genial, es un día de esos en los que parece que es verano.
-Bueno, ¿hay boda o no?-pregunta Sara, refiriéndose a la relación "indefinida" entre mi hermano y Mery.
-Es oficial, estamos juntos-dice Mery poniéndose colorada.
Sara y yo gritamos emocionadas. Es genial que Mery y yo ahora seamos familia y estoy segura de que mi hermano la tratará como una reina. Tengo mucho calor y ya llevo un buen rato tomando el sol, así que decido ir al bordillo de la piscina a meter los pies en ella.
Al instante en el que mis píes tocan el agua noto un escalofrío por todo el cuerpo, el agua está helada.
Tardo unos minutos en meter al completo mis pies y poco a poco voy metiendo todo mi cuerpo para hacer unos cuantos largos.
Empiezo a bucear hasta que me doy cuenta de que es la hora de comer así que voy a la cocina a ver si alguien se ha preocupado en hacer algo de comida. Me quedo realmente sorprendida cuando veo un cuenco de ensalada y una bandeja llena de carne.
Están todos sentados en la mesa así que me siento en la esquina izquierda, al lado de Mery y en frente de Emilio. Para comer me pongo encima del bikini la sudadera rosa de Emilio, y aunque a él no le haga mucha gracia se queda callado y empieza a comer.
-Emilio recuerda que mañana tenemos el ensayo, y como faltes te mataré y te enterraré en el bosque de las afueras de la ciudad- le digo con una sonrisa forzada.
-Relaja fiera, iré, no te preocupes.
Estamos hablando entre todos y me encanta que todos nos llevemos tan bien. Dylan nos cuenta que está muy estresado por que la semana que viene tiene la prueba de acceso a la universidad de sus sueños. Irá a la otra punta del país, a una de las mejores universidades, a estudiar ciencias políticas. Habla de su futuro como si llevara ya mucho tiempo seguro de su elección y en parte me da envidia, por que yo no estoy segura de casi nada. Sigue hablando hasta que me doy cuenta de que Emilio no deja de mirarme con cara de enfadado.
-¿Qué pasa?-digo confusa.
-Mi sudadera-dice sin quitar la vista de ella.
Me doy cuenta de que está manchada de aceita o algo parecido y en ese momento me doy cuenta de que me espera una gran discusión.
-Perdona, no era mi intención. Te la limpiaré y ya esta, la mancha se irá, no te preocupes-le digo inmediatamente e intentando que se calme, ya sabéis como es con su ropa...
Sin decir nada más se levanta y se acerca a mí. Me levanta como si de un saco de patatas me tratase y me lleva al patio exterior. Me pongo histérica y a gritar, ¡¿qué está haciendo y a donde me lleva?!

El problema eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora