CAPÍTULO 2: "Chico pesado"

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- Mirad que tenemos aquí. -dice el chulo mirándonos- Una gótica en la universidad.

Le miro con cara de pocos amigos y cierro mi taquilla. ¿Quién se ha creído este para hablarme así? Miro hacia mi nueva amiga y le susurro un ¿Nos vamos?

- Ei, ei, ei, -dice el chulo cogiéndome del brazo.- Se saluda, chica gótica.

- Hola. Y adiós. -le digo y me giro y otra vez me coge del brazo- ¿Te ha enseñado alguien que no se toca a una chica?

- Alguien despertó de malas ganas. -sus sonrisa arrogante me da escalofríos.

- Vale. Adiós. -me vuelvo a girar y otra vez me coge del brazo- Joder, ¿qué quieres ahora? ¿No tienes a nadie a quién tocarle los cojones?

- Perdona, es que llamas mucho la atención. -dice sonriendo.

- Me alegro por ti. -me giro y otra vez me coge del brazo.- Joder, déjame en paz.

- ¿Y si no quiero? -se me acerca.

- Quieras o no, déjame respirar. -suena el timbre- Ah, y te aviso que como te me vuelvas a acercar te parto las piernas. -le sonrío y levanto los dos pulgares. Marina y yo nos marchamos satisfactoriamente mientras le miro por el reojo que se ha quedado pensativo.

Voy caminando por el pasillo con Marina hasta encontrar nuestra clase. Antes de entrar, alguien me jala del brazo y me saca de la clase, quedando los dos en el pasillo.

- ¿Otra vez tú?

- Sí.

- ¿No te cansas de joder a las chicas?

- No. Les gusta que les joda. -sonríe y quiero vomitar.

- Siento decirte que después de que te parta las piernas, ya no podrás usar ni el pene. -le sonrío victoriosa e intento entrar en la clase, pero para evitar que pase, pone sus manos apoyadas en la pared acorralandome- Suéltame. -intento escapar- ¿Qué quieres?

- Nada.

- Entonces deja de molestar.

- Vale vale. Me voy. -dice riendo y poniendo las manos en el aire como si fuera inocente.

- Bien. -paso delante suyo y me toca el culo- Anormal. -le saco el dedo del medio.

- Fiera. -y hace el gesto del tigre "arrrgg".

Entro en mi clase sin mirar atrás.

"¿Que se cree ese? ¿No ve que somos totalmente distintos?"

**

Salgo al patio con Marina hacia la cafetería. Cada una se coge un café y nos vamos al patio, sentándonos en unos bancos lejos de la gente.

- Joder, que clases más aburridas. -me quejo.

- Y que lo digas. ¿Oye, y que pasó que no entraste después de mí en Historia?

- Ah, el chulo. -resoplo.

- ¿Justin? -levanta las cejas.

- Sí.

- ¿Qué pasa con él?

- Me molesta. -hago un gesto de desprecio.

- Puede que se enamoró de ti.

- No. Iba a entrar y me cogió del brazo y salimos al pasillo. Quería irme, pero no me dejaba y cuando lo hizo.. el muy imbécil me tocó el culo.

-¿Qué te tocó qué? ¡Wow! Ese quiere tema pero vamos.. -me sonríe.

"¿Por qué se alegra?"

- Yo no quiero nada con él.

- Eres la única... A todas las chicas les gusta... Y a mí.

- Parece gay. Oh, pues te lo regalo. Ya está, para ti. -le sonrío.

- ¡Chica gótica! -y aparece el chulo de mie..l .

- ¿Qué pasa? ¿Te has quedado sin compañía y vienes a mí? -Marina se ríe pero se calla cuando ve las miradas de los otrls chicos que lo acompaña.

- ¿Por qué? ¿No quieres verme? -se pone delante de nosotras de pie con sus amigos atrás suyo.

"¿Se cree el rey del mambo o algo?"

- La verdad es que no. -me levanto para estar delante suyo.

- Pues sigue soñando... Porque me verás cada día.

- Por desgracia. -susurré.

- ¿Qué has dicho?

- Que puedes irte a tomar por culo un rato.

- ¿Habéis oído chicos? -dice el chulo mirándolos- Nena, a mi nadie me manda a la mierda.

- Pues yo sí.

- No me iré.

- Me voy yo para no soportar tus tonterías de mierda.

Le suelto una mirada de asco y me pongo a caminar con Marina. Alguien me detiene.

- No jueges conmigo fiera. No juegues. -me dice al oído.

- Te equivocas. Tú no juegues conmigo, no me conoces.

- Tú tampoco a mí.

- Por eso, no quiero conocerte. 

"El chico me empieza a tocar un poco la moral."

**

Acaba de tocar el timbre. ¡Por fin! Cojo mis libros y los meto en la mochila. La cojo y la pongo sobre el hombro y camino hacia fuera.

- ¡_______! ¡Espera! -me giro y veo a Marina corriendo hacia mí.

- ¿Qué pasa?

- Ten. -me da un papel pequeño- Te he escrito mi número de teléfono por si quedamos y esas cosas de chicas. -reímos.

- Oh vale. Te enviaré un mensaje.

- Vale.

- Hasta luego. -le doy dos besos y me giro para ir hacia mi coche.

- ¿Y para mí no hay dos besos? -dice aquella voz aguda que tanto me jode.

- No. Y nunca los habrá inútil.

- ¿Por qué?

- Porque eres muy pesado.

- ¿Por qué?

- Porque me molestas.

- ¿Por qué?

- Porque soy nueva.

- ¿Por qué?

- Porque sí.

"Me esta sacando otra vez de mis casillas el chulo gay."

- ¿Por qué?

- Deja de molestarme.

- ¿Por qué?

- Porque cansas.

- ¿Por qué?

- Porque eres imbécil.

- ¿Por qué?

- Porque tu madre te nació así.

- ¿Por qué?

- ¿Y yo que sé? ¡No es mi culpa que hayas nacido tonto!

- ¿Por qué?

- Vete a la mierda.

- No te enfades fiera. -se pasa la mano por el pelo y le observo. Es guapo y tonto, si es que lo tiene todo.

- No me llames fiera. ¿No ves que somos distintos? Apártate de mí. ¿Por qué no molestas a otra gente? -le miro con las cejas levantadas, le dejo con la boca abierta y me dirijo a mi coche.

Esclava de la libertad [jb] [mgk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora