1 ¿Trato?

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____ Loften se dio la vuelta y abrió las persianas venecianas permitiendo que la luz inundara
de nuevo la estancia. Park Jimin se reclinó en la silla y la observó. Su penetrante mirada la hizo
sentirse incómoda. Había oído que él podía resultar difícil y en esa entrevista había comprobado que los
rumores eran ciertos.
Pensó de nuevo en lo diferente que parecía de un hombre de negocios convencional; piel morena,
pelo oscuro y un cuerpo de atleta bajo el inmaculado traje sastre. Lo encontraba realmente atractivo, pero no tenía intención de permitir que se enterara. No pensaba alimentar su ego; ya estaba demasiado seguro de sí mismo.
Era su tercera entrevista y en esta ocasión estaban solos. Había trabajado muy duro para
impresionarlo y convencerlo de que en Barringtons tenían ideas innovadoras y podían proporcionarle la publicidad que necesitaba para expandir sus negocios en el extranjero. De hecho, Park acababa de ver la grabación de una de sus más exitosas campañas de televisión. También le había mostrado un
impresionante dosier con otros trabajos anteriores y las cifras de ventas alcanzadas, pero nada de lo que le había sugerido u ofrecido pareció interesarle. Todo lo que recibió a cambio fue aquella ambigua y misteriosa mirada suya, una elevación de ceja y ningún comentario. Con un suspiro, apartó a un lado el dosier. No le gustaba fracasar.

-Señor Park, usted dirá si puedo mostrarle alguna otra cosa -se ofreció. Le sorprendió verle
esbozar una lenta sonrisa.

-Es posible. -él hizo una pausa, sosteniéndole la mirada mientras estiraba las largas piernas.
Parecía relajado, pero todavía tenía ese aire sereno de un hombre que se sabe dueño de la situación.
-Salga de detrás de ese escritorio que tan bien complementa su fachada de eficiente mujer de negocios -
ordenó- y muéstrese ante mí.

El sonido del tráfico de Londres, suavizado por el doble ventanal, llegaba desde la calle. Ella clavó
los ojos en Park mientras se preguntaba por un momento si había escuchado bien. Hasta entonces él no
había mostrado el más leve interés en ella, por el contrario había notado cierta actitud hostil. Sin embargo, ahora percibía algo en sus ojos que la descolocaba por completo. ¿Diversión? ¿Triunfo? No estaba segura.
Y se atisbaba además cierta arrogancia en la manera en la que había pasado de una posición formal
a otra más relajada. La relación entre ellos parecía haber cambiado. Ya no eran dos personas buscando
un nexo común para emprender un negocio, sino un hombre y una mujer conscientes de que estaba a punto
de encenderse una chispa entre ellos.
Aunque no se sentía muy segura de sí misma, decidió seguirle la corriente. Sonrió y rodeó el escritorio hasta detenerse ante él.

-Bueno -rompió el silencio con forzada claridad-, aquí estoy. ¿Podría decirme el propósito de
esta pequeña charada?

-Da una vuelta muy lentamente -ordenó él.

Había empezado a tutearla.

-En serio, señor Park... -empezó a decir, manteniendo la distancia-. No le veo sentido a...

-Hazlo y punto.

Ella se encogió de hombros e hizo lo que le pedía. Se alegró de que su elegante traje de chaqueta le
quedara holgado en vez de haber sido hecho a medida y que la falda le llegara por debajo de las rodillas.
«Puedes mirar todo lo que quieras, Park Jimin», pensó, «pero no verás mucho».
No obstante cuando volvió a quedar frente a él cambió de opinión. Aquella oscura mirada recorría
su cuerpo perezosamente, acariciándole los pechos; paseándose a lo largo de los muslos esbozados por
la forma de la falda tubo.
A continuación vio que admiraba sus piernas, embutidas en medias de seda
gris, y sus finos tobillos, que descendían hasta los zapatos de salón. Consideró que aquella ropa tan cara, lejos de protegerla, la hacía sentir desnuda e indefensa, como si pudiera ser acariciada por una mano
invisible.
Era como ser evaluada en un mercado de esclavos. Cuando él volvió a dirigirle la mirada a la
cara, ella tenía las mejillas rojas.
Jimin clavó los ojos en ella durante un momento antes de sonreír ampliamente.

90 DÍAS (JM & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora