Comienzo a alejarme mientras enciendo el móvil y conecto los auriculares. Un poco de música me relajará y me motivará para correr.

Intento despejar la mente e ignorar mi alrededor. Realmente, no hay nada que ignorar: las calles están desiertas y solo algunas farolas iluminan mi camino. No sé qué es más siniestro: encontrarme con gente que solo me regala miradas de sorpresa y estupefacción por alguna razón que no alcanzo a comprender o, directamente, no ver a nadie.

Inundo mi mente con la letra de la canción que retumba en mis oídos, intentando no concentrarme en que mis pulmones me están castigando bastante por la inactividad de los últimos días y amenazan con abandonar mi cuerpo. ¿Cómo puedo perder la forma física tan rápido? Noto las primeras gotas de sudor deslizándose desde mi pelo hasta mi nuca, conteniendo el impulso de limpiármelas con la mano.

No puedo más. Miro mi reloj, veinte minutos. He corrido veinte minutos y ya no puedo más. Me paso la mano por la frente para limpiarme el sudor y me apoyo sobre mis rodillas, concentrándome en normalizar mi respiración y en la música, una canción melodiosa y demasiado deprimente para este momento resuena en mis oídos. No consigo recordar el título pero, obviamente, la he escuchado antes. Cierro los ojos y trato de respirar hondo.

¿Qué ha sido eso?

Un escalofrío me recorre de pies a cabeza y quiero pensar que es por el frío y no por lo que me ha parecido oír. Me incorporo y me quito los auriculares, quedándome solo con el sonido de los acelerados latidos de mi corazón. Me invade el pánico al darme cuenta de dónde estoy. El bosque de Greenwood se alza con una majestuosidad imponente a unos metros de mí. Los primeros árboles, más amenazantes que nunca, parecen silbar, atraerme de una manera muy poco terrenal. Trago duro, intentando no flaquear.

Solo es un bosque.

Joder, desde que me marqué la ruta, la hago prácticamente por inercia. Si me hubiera dado cuenta, no me hubiera parado aquí aunque hubiera sufrido un colapso en mis pulmones.

Pero solo es un bosque.

Observo mi alrededor, queriendo pensar que me lo he imaginado lo que he oído, que todo está en mi cabeza. Y me debato entre huir lo más lejos posible antes de descubrir algo que no quiero saber o quedarme. No parece que tenga opción, porque por más que quiero, mis pies no se despegan del suelo, no sé si por el cansancio o por algo más que se me escapa. Deslizo mis ojos hasta dónde puedo, por todas partes, intentando ver todo aquello que la oscuridad me permite.

Y, es entonces, cuándo encuentro algo y empiezo a desear con toda mi alma no haber buscado nada. Empiezo a desear haber corrido con todas mis fuerzas.

Justo en el inicio del bosque, dónde se alzan los primeros robles, hay alguien, una persona. Está increíblemente quieta, mirando al frente, mirándome a mí, no veo sus rasgos solo una melena larga y oscura. Sino fuera porque lleva un camisón de color claro que parece llegarle más abajo de la rodilla, no la hubiera visto entre tanta oscuridad. No puedo distinguir sus facciones además de una piel extremadamente pálida y un pelo negro como una noche sin luna. No puedo ver nada más.

Se me cierra la garganta en cuándo hago contacto visual con ella, impidiéndome respirar. No puedo hacer otra cosa que imitarla, quedándome quieta, como si así evitara que pudiera verme. No hace nada, solo se queda ahí, mirándome, con el único movimiento de su pelo mecido por la brisa. El pánico es tan intenso que me impide hacer cualquier cosa, me impide pensar.

Sin previo aviso, la mujer mira a su espalda, en un movimiento tan mecánico y antinatural que me ha puesto los pelos de punta. ¿Qué demonios...?  Me llevo una mano a la boca, abierta de la impresión y lucho por no retirar la vista de ella, temiendo a que se acerque a mí si me distraigo solo un segundo. No cierres los ojos. Parpadeo con rapidez y de pronto, vuelve a mirarme, volviendo a su posición inicial pero ya no parece tan tranquila.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 02, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El Secreto de GreenwoodWhere stories live. Discover now