2 semanas, 1 promesa.

529 34 15
                                    

-...Me temo, Señor Oowada, que Mondo tendrá que mejorar su desempeño y subir su promedio en las próximas dos semanas, de lo contrario será expulsado...-

Daiya no podía creer lo que escuchaba, en parte lo hacía, pero otra parte de él no lo quería creer... Su hermanito... ¿Expulsado? ¿En qué problemas se había metido el menor de los Oowada para terminar en un problema como tal? Ambos lo sabían, estaban sentados frente a aquel escritorio en la oficina del director por que el joven que tenía una parte de su cabello teñido en un tono más claro había iniciado una pelea, una discusión que se suponía no iba a pasar a mayores... O al menos esto se suponía hasta que la nariz del otro estudiante estaba sangrando y aquella sangre parecía no querer detenerse.

El hombre de cabello negro asintió y sonrió, poniéndose de pie antes de ofrecerle la mano al tipo detrás del escritorio. -Entiendo...Muchas gracias por su tiempo... Haremos lo posible para que esta situación mejore...- Daiya podía ser una y mil cosas pero al menos quería comportarse como un padre en un momento como ese, era algo serio, se trataba de la educación de su hermano menor, si bien el podía comportarse como un mal nacido con los Crazy Diamonds también quería ejercer su papel de hermano mayor de la mejor manera posible. -Vámonos, Mondo...- le dio unas palmadas al menor que aún se encontraba sentado sobre aquella silla con los brazos cruzados y una curita en la mejilla, a saber donde la había conseguido, al parecer ello era lo que cubría la única herida que se había ganado con esa pelea.

Mondo estaba enfadado ¿Y quién no lo estaría? Por increíble que pareciera pudo haber salido impune de esa situación de no haber sido por ese estúpido monitor de pasillo... Lo odiaba... Y lo odiaba con todas sus fuerzas. ¿Por qué el chico de cabello negro tenía que estar tan cerca de donde Mondo? Y peor aún... ¿Por qué tenía que estarlo en los momentos menos adecuados? Si, aquellos en lo que cometía los peores errores, en los que se metía en los peores problemas.

El menor se puso de pie al igual que su hermano, tomando su mochila del suelo en el proceso antes de arrojarla encima de su hombro con la correa entre su mano.

-...Gracias, Director...- entre dientes dijo antes de que Daiya, como un clásico padre fastidioso, le pidiera que "agradeciera al señor" (¿Agradecer de qué? ¿De darle un puto ultimátum?).

Entonces, con la mochila del menor ya puesta encima de su hombro los dos Oowada abandonaron la oficina, uno al lado del otro mientras el otro hombre simplemente se quedaba sentado detrás de su escritorio.

El camino en el pasillo se hacia eterno, se convertía en algo excesivamente largo mientras el muchacho que se acababa de meter en problemas sentía como sus pies eran cada vez mas pesados, esto gracias al silencio de su hermano, quien desde que habían salido de aquella oficina se había quedado callado.

-¿Da...?- comenzó a decir Mondo, sólo para ser interrumpido por el mayor, ese suspiro y el verlo de brazos cruzados.

-...Maldita sea, Mondo...- las palabras se deslizaron de la boca de Daiya de una manera tan simple mientras parecía decepcionado, ese suspiro lo delataba -¿Sabes lo importante que es esto, no?-

Por un momento el silencio se hizo presente con el menor sin poder hacer nada más que tragar saliva y pensar en lo que podía ser su respuesta, había olvidado la última vez que había visto a su hermano de aquella manera, si bien recordaba le hubiera felicitado por haberle rotó la nariz a un tipo y sólo recibir un rasguño... Pero no... Su hermano mayor en verdad parecía defraudado.

-...Si.. Lo sé...- desvió su mirada y respondió, acariciando su nuca, no tenía idea de cómo iba a salir de esa, y era que siendo completamente honesto consigo mismo sabia que no era exactamente el mejor estudiante y tampoco se esforzaba por serlo.

-...¿Y?...- Daiya agregó, esperando que las palabras de su hermano fueran más que sólo un "lo sé" ¿De que le servía saber algo como tal? Si lo que quería era que Mondo demostrara un esfuerzo real.

-...¿Y qué?- con una mueca y con un gesto de confusión encima de sus ojos de iris color lavanda el contrario respondió, con otra pregunta, claramente.

-¿¡Cómo que "¿Y qué?"!? ¡Maldita sea, Mondo! Esto es importante ¿Por qué cojones no puedes darte cuenta de eso?-

... Y era completamente oficial, nunca antes había visto a Daiya así, menos por meterse en una pelea meramente...

-¡Ya sé! ¿¡Por qué vergas me sigues pre'untando!?-

El discutir entre los dos era normal, si, se llevaban increíblemente bien pero eso no significaba necesariamente que no discutieran, todos los hermanos lo hacían, ellos no eran la excepción.

-¡Por qué si! ¡Pareces no...!-

-¡Por favor no griten en los pasillos y moderen el vocabulario!-

El grito llegó de pronto, de la nada, no de uno de los dos hermanos, si no de alguien que en cuestión de estaturas era más pequeño que ambos.

Kiyotaka Ishimaru los miraba con el ceño fruncido y una severidad extrema en esos ojos color carmesí que parecían ir en espiral hacia dentro hipnotizando a cualquiera que les viera, sus brazos estaban cruzados por delante de su pecho y sus pernas separadas, en su brazo una banda recorría la circunferencia de este unos centímetros por encima del codo anunciando ese oficio que tanto odiaba Mondo "Monitor de pasillo".

Ambos hermanos lo miraron, al menos había detenido su discusión y Daiya sentía como "su cabeza se iba enfriando" de a poco, con eso y viendo que los dos se habían callado una sonrisa llegó al rostro del monitor de pasillo –Gracias, no repitan sus conductas...- y se marchó, dejando a esos dos solos de vuelta mientras caminaba hacia la salida de la escuela con su mochila bien sujeta encima de sus hombros.

-...Agh.. Q'hijo de puta...- entre dientes Mondo dijo para acto seguido volver su mirada a su hermano mayor, quien estaba acariciando el puente de su nariz, visiblemente ya más calmado.

-...Mira, Mon-chan... Quiero que hagas algo por mi ¿Quieres hacer eso?-

Bien, las palabra de afecto habían vuelto, eso era algo irritante pero bueno.

-¿Qué?-

-...¿Puedes hacerme una promesa?-

El silencio... El corto silencio llegó junto a un suspiro por parte de Daiya mientras Mondo pensaba en lo serias que podían ser esas palabras.

-...S...Seh... Puedo hacer eso...-

Y la sonrisa estaba de vuelta encima de los labios de Daiya, demasiado amable para tratarse de la sonrisa de un delincuente.

-...Promete que mejorarás tus calificaciones y te esforzarás un poco más... - pidió el hombre de cabello negro, tan simple como se había escuchado y tan difícil como esas palabras lo eran, pues ocultaban un montón de cosas detrás de esa sencillez. ¿Cómo se suponía que Mondo pudiera hacer algo como eso? ¿Cómo exactamente en tan sólo dos semanas...?

|| Notas del autor:
Link de las imágenes que use como referencia, los créditos totales son para los artistas
http://secretblogu.tumblr.com/post/88272486726/%E5%A4%A7%E5%92%8C%E7%94%B0%E7%B4%8B%E5%9C%9F%E9%9D%92%E3%81%84%E6%98%A5%E3%81%A8%E5%BD%BC%E3%81%AE%E3%81%BE%E3%81%9F%E3%81%9F%E3%81%8D%E8%81%96%E8%AA%95%E7%A5%AD

https://akphoto1.ask.fm/689/507/213/-229996991-1sjghid-jj9sq2m78s2olk0/original/avatar.jpg

Brotherhood.Where stories live. Discover now