"Como ya sabéis, una hecatombe nuclear hizo inhabitable la Tierra. Un pequeño grupo de humanos fue capaz de sobrevivir gracias a que pudieron ubicarse en las pocas estaciones espaciales existentes en ese momento durante casi un siglo. Sin embargo, n...
Me llevé las manos a los bolsillos traseros del pantalón y apoyé el peso en una pierna con impertinencia. Gran parte del campamento estaba reunido ante el monitor, escuchando al canciller Jaha dar un discurso sobre el día de la Unidad. Primero, contó la historia de cómo se formó el Arca, luego por qué deberíamos estar orgullosos de formar parte de la estación que nos salvó la vida y, finalmente, la fiesta que se organizaría, mientras nosotros nos quedábamos abajo, construyendo un muro que nos asegurara tiempo para no morir en una guerra contra los terrestres. Rodé los ojos y negué con la cabeza, la gente que podía venir a ayudarnos estaba de fiesta en el Arca mientras nosotros corríamos peligro.
—¡Eh! —gritó Jasper, entrando al campamento con alegría, llamando la atención de todos, que apagaron el monitor, olvidando al canciller— ¡Monty lo hizo de nuevo! ¿Quién quiere celebrar el día de la Unidad?
Jasper levantó un bidón en sus manos, lleno del alcohol que preparaba su mejor amigo, y lo movió en el aire, consiguiendo que la gente lo vitoreara. Me reí y negué con la cabeza, apoyándome en la pared de la nave y observando cómo la gente se acercaba a beber la mezcla de aguardiente que Monty preparaba, para mi gusto, muy mal.
Raven se acercó rápidamente hacia Jasper, apartando a todos de su camino y de la fila, poniéndose la primera y sirviéndose el primer trago de la noche. Después de beberse los restos del alcohol de la operación de Finn no tardó en pedirle a Monty que hiciera más; este era el momento que más había estado esperando. Raven me guiñó un ojo y levantó su bebida mientras se escabullía entre la gente, buscando a Finn con la mirada y acercándose a él.
—El mejor día de la Unidad de la historia —comentó Bellamy a mi lado, mirándome con una sonrisa socarrona.
Me giré para mirarlo y pude ver como controlaba a todo el campamento desde el lugar mientras bebía de su vaso de metal.
—No sé cómo puedes beber eso, es asqueroso.
Arrugué la nariz en una mueca de desagrado y negué con la cabeza, riéndome entre dientes. Fuera cual fuera la mezcla de Monty, sabía que era lo demasiado fuerte como para tumbar a la gente en pocos tragos. Bellamy me miró, incrédulo por lo que acababa de decir, y volvió a dar un sorbo de su bebida. No muy lejos de nosotros, Clarke bebía y se divertía con otros chicos del campamento, lo cual me sorprendió.
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—¿Lo has probado?
Me miró con una ceja levantada y una sonrisa divertida, riéndose de mí en un intento de molestarme. Le arrebaté el vaso de la mano y me bebí hasta la última gota de lo que quedaba, ahogando un gemido al notar el escozor bajar por mi garganta.
—Me lavé las manos con eso y sigo apestando a alcohol —aseguré, rodando los ojos.
Ladeé la cabeza para esconder mi mueca mientras intentaba evitar carraspear delante de él.
—Deberías divertirte más.
Bellamy cogió el otro vaso que tenía entre manos y se lo llevó a los labios antes de echarme una rápida mirada de arriba abajo y terminarse la bebida de un trago. Apreté los labios al escuchar su voz grave, algo más ronca de lo normal debido al alcohol, y sonreí en un intento de ocultarlo.
