El ojo de un Glauserback macho de tres colas

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Esta es una de esas historias que uno relata en pasado porque al ocurrir se está demasiado ocupado maldiciendo a todos los dioses, incluso a uno mismo, por su mera existencia.

El territorio habitual de los Glauserbacks es el fondo el océano Exter donde se aparean en aguas a temperaturas bajo cero. Al llegar el invierno y congelarse el lecho del océano entre los continentes de Yturb y Glam cantidades portentosas de individuos cruzan el estrecho en busca empleo y una vida digna para sus familias enfrentando peligrosos monstruosos como la hipotermia, el hambre y el resurgimiento de estas bestias en pos de comida para sus crías.

Justo en estas épocas del año la migración inicia su mortal recorrido, y aunque los gobiernos lo nieguen, la entrada de fuerza laboral impulsa su desarrollo. El rey de Nandu pensando en esto contrató a alguien para encargarse de los migrantes. Desde la orilla continental opuesta un centenar de personas es guiado entre la ventisca por un guerrero de cabellera dorada, su armadura agrietada por el frío y sosteniendo alerta la empuñadura de su espada. Era Terrence Wrath el caminante de la ventisca.

Las tres hileras de ojos del Glauserback están en constante renovación debido al desgaste del clima, en un periodo de dos semanas se caen y crecen unos nuevos en su lugar, los pobladores de la costa rompen el hielo en esta temporada y remueven los ojos de la especie.

Este animal no se ganó el título de "Azote glacial" por nada; Terrence no llego a desenvainar su arma. El hielo debajo de sus pies se destrozó dejándolo caer al agua helada. Luego algo mostro la punta de su cabeza cerrando la fauces, se asemejaba a un ballenato pelo tenía pelaje color carmesí, propio de las hembras. Los migrantes se vieron unos a otros a la cara y corrieron con prisa al otro extremo del estrecho.

En esos momentos en el que el mundo confabula a tú favor, tanto en el caso de los migrantes como el mío, no es el instante de preguntarse si fue lo mejor. Y tal como los viajeros, yo tuve que haber echado a correr. Cada uno de los aleteos de las tres colas del Glauserback se creaban olas en el agujero que había dejado atrás. Con cada una, calcule, se sumergía 5 metros aproximadamente.

Que tan fácil sería el mover el agua dentro del animal devuelta a la superficie, para luego calentar el líquido a su alrededor obligándole a desprenderse del caballero. Un *blop* se produjo en el agujero y un guerrero plateado se sujetó del borde del hielo. Al parecer el *blop* fue más notorio para los migrantes que regresaron su mirada a Terrence. - El señor Wrath venció a la bestia - gritaron mientras corrían en su auxilio.

Una vez más en la historia un héroe toma el crédito de algo que no hizo, o se cree mejor por su mero destino. Es difícil luchar contra las ideas y preconsepciones. Terrence pareció entornar los ojos hacía mi posición en la orilla a la par que me retiraba del lugar.

En el capítulo final crearemos el Virgilio.

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