Capitulo 2 "Las dulces pisadas de un niño"

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  Que sepa el mundo que en marcha estoy, que me gusta 
cada instante aquí, con el sol mas brillante mis pasos 
doy, no se aparta la risa de mi.  



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Todavía puede recordar todos aquellos años encerrado en el castillo, en lo más alto de el. Había nacido y desde el primer momento todos pudieron saber quien era, lo que era.  

Un príncipe omega, el primero de todos; Su padre había intentado encerrarlo por años evitando cualquier contacto con el mundo exterior, ni siquiera podía salir al patio real y solo tres personas que trabajan para ahí sabían de su existencia. 

Hasta que, como curioso. Había salido mientras los reyes y reinas se juntaban en la sala Real a hablar de la posible guerra de ogros que se aproximaba, sus descalzos y blancos pies, algo sucios. Se movieron con algidez entre los corredores de mármol puro, sus rizos largos tapando su vista, y cuando llego frente a las puertas enormes de madera tomo una respiración acercando su mano hasta el picaporte de oro, abriéndola solo un poco; Para mirar ese lugar que observaba desde lejos. Soltó una risa que tapo con  ambas manos.

Prontos sus pies se encontraban sobre el césped mojado por el roció y grito emocionado, dando saltos y rodando por el suelo, observando el sol posarse, pintando el cielo de colores rosados y anaranjados.

Rápidamente giro su vista verde hasta un pequeño pajarito azul, el cual soltó un pequeño canto  y comenzó a volar al rededor del rizado.

Pajarito! ¡Pajarito!-rió intentando alcanzar aquella ave, su enorme sonrisa con hoyuelos y aquel camisón blanco de seda subiendo un poco más arriba de sus rodillas, siendo libre. Giro su cuerpo hasta la puerta, donde seis niños lo miraban y unos cuantos reyes sonreían. Su padre dio un paso adelante, pero parando cuando uno de los Reyes camino hacia él, poniéndose sobre sus rodillas y sonriendo, aquel pájaro se poso sobre su dedo indicie y Harry rió tapando su boca nervioso.

-¿Cómo te llamas?

-¡Harry!-sonrió emocionado, observando los ojos azules de aquel hombre.

-Soy Bryce, Rey de Endonia

-¡Un Rey!-sonrió haciendo una reverencia algo tonta, el rey rió.

-Solo dime Bryce-sonrió- tengo un hijo como tu, algo más grande que tu Harry. Se llama Louis, nombre poco elegante para un príncipe ¿Verdad?

-Es un nombre muy lindo, Bryce.-El hombre rió asintiendo

-¿Nunca antes habías salido?

-Papá y Mamá no me dejan salir, escape-sonrió orgulloso

-Así que eres un pequeño curioso y salvaje, no me sorprendería imaginarte unos años más causando problemas con una espalda-rió alborotando sus rizos- Puedes venir a visitarme siempre que quieras y te sientas triste. Seré tu nuevo tío y el mejor de todos.

-¡Sí! tengo un amigo nuevo-sonrió emocionado, quedándose quieto cuando Bryce dejo sobre su hombro aquel pájaro azul.

-Escucha Harry, te diré el mismo consejo que le di a mis hijos-El rizado asintió, totalmente concentrado en aquel señor y la forma tan calmada que lo trataba- Se tu mismo, se libre y busca la felicidad, la verdadera felicidad es aquella que no causa daño al resto. Hay que aprender a escuchar y a buscar la paz, sea quien seas. Alfa, beta u omega, vales y mereces respeto, todos lo hacemos; Así que levanta tu cabeza y pelea por quien eres.


Sus padres lo dejaron libre luego, las calles repetían sus nombres, El hijo de los reyes es diferente a ellos, caminando por las calles de su pueblo jugando con los niños, sonriendo y dando comida a aquellos que lo necesitan.



Once Upon A Time           -OMEGAVERSE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora