Capítulo 27

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Ocho meses después

Un nuevo verano se acerca. Solo faltan unos tres meses para que este año escolar termine. Este, debería ser el verano más feliz de mi vida. Me han aceptado en la universidad estatal de Washington y en Nueva York, ambas son excelentes para mí porque me iré muy lejos de aquí. Eso era lo que más deseaba en el mundo. Aun no les he dicho a mis padres sobre mis planes. Quiero irme de esta casa antes de que ellos puedan hacer algo para impedírmelo. En estos últimos ocho meses mi vida ha estado vacía. Bueno, si es que a esto se le llama vida. He estado de aquí para allá vagabundeando como un fantasma. En estos últimos meses he sido inmensamente infeliz. Rose se fue del pueblo después de su ruptura con Dylan. Este le dijo estúpidamente que ya no podía continuar con esa relación porque estaba enamorado de mí. y la gota que derramo el vaso fue que ella nos vio a Dylan y a mi besándonos.

Sabía que Rose no se lo tomaría bien cuando lo descubriera. Ella esta locamente enamorada de Dylan pero, jamás pensé que se iría del pueblo por esto. Supe que se fue porque un día vi a su madre en el instituto retirando todas sus pertenencias. Me acerque a ella y le pedí que me diera su nuevo número de teléfono para poder hablar con ella pero, me dijo que en estos momentos no deseaba hablar con nadie de modo que, no me lo dio. Entonces le di mi número para que se lo diera y se comunicara conmigo cuando deseara hablar. Aun no me ha llamado y, aún sigo esperando su llamada todos los días. Ya no tengo ninguna amiga con quien hablar. Y tampoco deseo otra en estos momentos. Y luego está la muerte de él.

Aún tengo pesadillas en donde estoy en el viejo establo y veo a mi padre dispararle frente a mí y me despierto de ellas con un nudo tan grande en la garganta que no me deja respirar bien. Ahora entiendo todas las pesadillas y sufrimiento que paso el cuándo murió su ex novia. Ver morir a la persona que... amas, es algo que te desgarra las entrañas dejando todo tu interior en tiras y tiras totalmente irreconocible y solo ruegas a que el dolor pare por que sientes que ya no puede más y buscas una alternativa para calmar ese dolor.

Nunca pude decirle que lo amaba.

Mi padre me lo arrebato tan cruel y bajamente antes de decirle que me había enamorado perdidamente de él y que lo amaba con locura. Me lo arrebataron antes de decirle que a pesar de haberlo conocido hace muy poco tiempo, me había enamorado de él tan profundamente hasta tal punto de sentir que todo mi ser y mi vida le pertenecía a él y solo a él. Una lágrima se me derrama por mis mejillas y me la limpio con la mano rápidamente y me la paso por el pelo. Miro hacia el techo y coloco mis manos sobre mi estómago. Miro hacia la mesita de noche y veo la hora en el pequeño reloj negro. Cinco de la mañana. No he podido dormir casi nada ya que no pude conciliar el sueño sino hasta hace solo hora y media. Ni siquiera el cansancio después de un largo día de trabajo con el señor Gray en su abarrotería me ayudo a dormir. Tamborileo mis dedos sobre mis estomago distraídamente.

Hoy será otro día como cualquier otro en el vagabundeo por todos lados sin estar totalmente presente. Desde ese momento en el que lo vi morir, deje de creer que la vida era buena para mí o tenía algo bueno para mí. Quise morir. Pensé seriamente en morir. No soy una loca suicida. Simplemente perdí las ganas de vivir.

¿Cómo tener ganas de vivir cuando vez que tu propio padre mata al amor de tu vida?

No hay nada en esta vida por lo que tenga que luchar.

Me levanto de un salto de la cama y camino en círculos por toda la habitación sin parar para tratar de serenar mi mente pero no lo logro. Maldita sea. Odio esto. Odio sentir y pensar tantas cosas terribles al mismo tiempo que pienso que mi cabeza me ha va a explotar. Anda Beth, cálmate un poco. Suspiro pesadamente y camino hacia la ventana. Descorro las cortinas y miro hacia el exterior. Afuera, el cielo es de un tenue color purpura con la luna aun asomada en lo alto. A juzgar por el color que tiene el cielo, no demorara en amanecer. Las calles están casi desiertas. Solo uno que otro coche pasa lentamente. Posiblemente estos sean dueños de algunos locales que necesitan preparar todo antes de un largo día trabajo.

Destino InciertoWhere stories live. Discover now