Capítulo 14

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Me despierto con un par de labios sobre los míos.

Abro los ojos de golpe y me encuentro con unos preciosos ojos verdes que se iluminan en cuanto ve que he despierto. Le devuelvo el beso con ganas y estiro mis brazos para rodear su cuello con ellos y lo atraigo más hacia mí hasta que nuestros cuerpos están completamente pegados. Nos besamos intensamente y siento su creciente erección contra mi vientre. Gimo en su boca y lo beso con más ganas hasta que nuestros labios nos duelen de tanto besarnos. Jamás podría cansarme de esto.

A regañadientes, Steve se separa de mí y aprovecho la oportunidad de llenar mis pulmones de un poco aire. Lo miro y veo que me sonríe dulcemente y me para un par de rizos rebeldes que tenía en la cara.

—Hola mi preciosa

—Hola tú. -Le acaricio el rostro con las yemas de mis dedos. —¿Cuánto tiempo llevas aquí?

—Hace unas dos horas más o menos.

¿Dos horas? ¿Está de joda?

Esto no puede ser posible.

Lo miro horrorizada y veo que habla en serio. Muy en serio. Me giro hacia le mesita de noche y veo la hora en el pequeño reloj negro. Tres de la madrugada. Suspiro y me paso una mano por el pelo. Miro nuevamente a Steve y veo que tiene una enorme sonrisa picarona en los labios.

—Estuviste aquí dos horas, ¿solo para verme dormir?  —frunzo el ceño. Esto para mí no tiene lógica. No creo que sea tan interesante verme dormir esparratada en la cama.

—Por supuesto que sí.  —Me acaricia el labio inferior con sus dedos y me mira a los ojos.  —Eres realmente preciosa cuando duermes. Se te ve muy serena.

—Me siento serena cuando duermo pero, me siento mejor cuando estoy contigo.

—Yo también.  —Sonríe tímidamente.  —Eres mi persona favorita Bethany Love Thompson.

—Y tú la mía.  —Me besa tiernamente en los labios y me abraza con fuerza apoyando todo su peso en mí. Pesa mucho pero lo dejo hacer.

Entonces medito en lo que le acabo de decir. ¿Es el mi persona favorita? No lo sé. Quiero decir, hay muchas personas a las que quiero mucho. Mi familia, mis amigos.... Esto definitivamente tendré que meditarlo cuando me encontré a solas. Mientras tanto, nos quedamos abrazados por varios minutos en completo silencio sin decirnos absolutamente nada. Frunzo ligeramente el ceño. Pensaba que esta noche tendríamos sexo. Sin embargo, estamos aquí abrazados fuertemente en silencio.

Pero el silencio no dura mucho.

—Entonces... ¿la coartada de tu amiga sirvió?  —Susurra sobre mi oreja.

—Mi padre quiere hablar con la tía de Rose...

—Espera, ¿Qué?  —Se incorpora apoyándose con los codos sobre la cama y me mira si comprender.  —¿A qué te refieres?

Suspiro y prosigo.

—Rose convenció a su tía de que nos cubra haciéndoles creer a mis padres que ella y yo estamos con ella en Nueva York cuidándonos mientras que tú y yo estamos en nuestros asuntos.  —Me encojo de hombros.  —Mi padre quiere estar completamente seguro de que estaremos bajo el cuidado de la tía rara de Rose y por eso quiere hablar con ella.

Lo cierto es que, la tía de Rose está más loca que una cabra.

—Vaya.  —Arquea las cejas un poco sorprendido.  —Tu amiga pensó en todo.

—Sí, eso parece.  —Acaricio su barbilla y siento ligeramente el nacimiento de su barba. Quizás lleve un día sin afeitarse. —Pero aún no hemos decidido a donde ir y, se supone que nos marcharemos dentro de tres días.

Destino InciertoWhere stories live. Discover now