Capítulo 5. ¿Solo un sueño?

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Draco.

¿¿¿¿Qué coño acababa de pasar????

Cuando pensó que no podría aguantar más, que se desmayaría, el ruido paró y salió disparado hacia la pared. Seguía aturdido pero no perdió el conocimiento. Granger estaba en el suelo, inconsciente.

Él sólo tenía que llevarla a la enfermería. Iba a ser su buena acción del día - o del año - y como agradecimiento acababa empotrado contra una pared al borde de la inconsciencia.

¡¡Maldita fantasma de mierda y maldita Granger!!

El dolor de cabeza estaba remitiendo y empezaba a encontrarse algo mejor. Se levantó como pudo y se agachó junto a ella.

- Granger, despierta. Vamos, no es momento de siestecitas, tienes que contarme qué leches ha pasado - dijo zarandeándola.

Nada, no despertaba y parecía que no lo haría pronto. Por lo menos Myrtle había desaparecido, o más bien, Granger la había hecho desaparecer. No estaba muy seguro de lo ocurrido, pero de lo que sí

estaba seguro era de que había sido ella. Antes de desmayarse había pronunciado una única palabra, no había gritado, simplemente miró a la fantasma, levantó la mano y dijo: PARA. Y al segundo notó que una energía le tiraba contra la pared. Energía, fuerza, poder, lo que fuera, no sabía como definirlo, lo que sí sabía era que provenía de ella y… que lo había hecho sin varita.

Se sabía que había magos que podían usar “algo” de magia sin varita, pero desde luego esa magia era muy limitada, ni por asomo lo que había hecho ella. Cuando volviese en sí, tendría que darle algunas explicaciones.

No podían seguir ahí mucho más tiempo, la llorona había montado un buen escándalo, y si no quería que alguien le descubriera en un baño prácticamente deshabitado, con la prefecta de Gryffindor inconsciente, era mejor largarse ya. La llevaría a la enfermería y más tarde ajustarían cuentas.

Cuando se agachó a recoger a la chica, vio dos objetos en el suelo: el chisme muggle y la varita de ella. Los recogió y se los guardó en la túnica, seguidamente la tomó en brazos y se dispuso a salir del baño a toda prisa.

La enfermería era una gran habitación situada en el tercer piso, llena de camas separadas por pantallas de aislamiento. Colindando con ella estaba el despacho de la enfermera, Madame Pomfrey (Poppy). Una mujer de mediana edad y pelo rubio canoso que trataba con paciencia a sus enfermos y no solía hacer muchas preguntas, aunque se mostraba estricta en el caso de las visitas.

- Señora Pomfrey, le traigo una paciente – la enfermera se acercó a Granger y a él con una agilidad asombrosa para su edad.

- Oh, Hermione cielo ¿Qué ha pasado? – musitó la enfermera con voz dulce acariciando el pelo de la chica.

- Se hizo daño en el tobillo de camino a clase, el profesor Hagrid me pidió que la trajese.

- ¿Y por eso está inconsciente, señor Malfoy?

- Sí - la mujer le miró con suspicacia pero no hizo más preguntas.

- Bien. Póngala en esa cama señor Malfoy. - señaló una cama vacía al final de la habitación - Cuando lo haya hecho, puede marcharse. – dijo la mujer volviendo al tono severo de siempre.

La tumbó en la cama y se disponía a marcharse cuando se acordó de que tenía su varita y el chisme muggle. Sacó los objetos de su túnica y se los iba a guardar en la de ella cuando sintió curiosidad por ver en qué consistía el chisme ese, así que se lo volvió a guardar y únicamente le devolvió la varita.

- ¿Ha terminado, señor Malfoy? – preguntó la enfermera impaciente – Me gustaría atender a la señorita Granger.

Se giró, la miró con desprecio y se marcho de la estancia.

La Heredera De La Antigua Magia (Draco y Hermione)Where stories live. Discover now