fifteen.

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-una semana-

-¿una semana?- michael se sentó a un lado del rubio, entre las sabanas corridas por la mañana.

-una semana desde que estoy aquí- el teñido miro a luke con tristeza. sabia que el estaba mal, y le dolía que fuera por aquella persona. una semana de estar en su casa, una semana desde que su madre no sabe nada de el.

-oye- llamo la atención de su amigo -¿como te sientes?- sus ojos brillaban de una manera en la que michael no lograba descifrar si era por emoción o por que lagrimas amenazaban con salir de sus ojos. de igual manera, lo rodeo con sus brazos.

-la iré a ver- el mayor rápidamente se separo de el  y le tomo las mejillas con ambas manos.

-no vallas con ella- un pequeño color rojizo salio por las mejillas de luke, pero michael estaba demasiado concentrado en sus ojos como para notarlo.

-michael, algún día tendré que ir, no puedo quedarme aquí toda la vida usando tu ropa, que por cierto me queda enorme- ambos rieron ante eso, michael amaba tener la ropa cuatro tallas mas que la suya -ni tampoco puedo obligar a tu madre a que se ocupe de mi por toda la vida- michael dejo de sonreír, sabia que el rubio tenia razón, pero temía por la idea de que vuelva a esa casa.

-te acompañare- dijo seguro de su decisión, el rubio solo sonrío y se paro de la cama.

-lo lamento gatito, pero tendrás que quedarte en casa-


sus manos estaban completamente heladas a causa del frío, y el aire congelado entraba con cada rincón de su cuerpo. luego de algunas quejas e insistencias por parte del mayor, logro convencerlo de venir solo a su casa.

llevaba unos minutos parado en la puerta pensando que debía hacer. no quería volver a su casa y le había prometido a michael que volvería con el, pero necesitaba entrar una vez mas y tomar ropa que al menos sea de su talle. toco la puerta un par de veces y espero paciente a que esta se abriera.

-¿quien eres?- un gran hombre de mal aspecto le abrió la puerta. su cabello era una mezcla entre gris y negro, se veía deteriorado como todas las partes de su cuerpo. su camisa era blanca y sucia, y traía unas zapatillas que al parecer, era el único par que tenia. llevaba un cigarrillo en los dedos y expulsaba el humo en la cara del rubio haciéndolo toser.

-luke- dijo luego de alejar el humo del cigarrillo con sus manos -¿esta liz en casa?-

el hombre lo miro de arriba a abajo y se dio media vuelta hacia dentro de la casa.

-pasa antes de que te cierre la puerta- el rubio obedeció a las ordenes del hombre y este le cerro la puerta en sus espaldas. la casa estaba completamente oscura, salvo por un destello de luz que provenía de la sala. luke fue hasta la habitación en la que solía pasar las tardes jugando con sus primos y un nudo se le formo en la garganta al verla. su madre estaba echada en el sillón, con cervezas a un lado y mantas en el otro, observando fijamente la televisión, con un programa de lucha libre.

-liz, ¿quien mierda es este?- el hombre apareció en la sala con dos latas de cerveza y se sentó a un lado de la rubia.

-hola, mama- luke se sentía mal, dejando de lado a la cantidad de humo que hacía que su garganta doliera.
se sentía mal por su madre, nunca la había visto de esa manera.

-¿así que regresaste?- dijo su madre sin despegar la mirada del televisor, tomando una lata de cerveza y abriéndola fácilmente. 

-bueno... yo...-

-vamos lindura- dijo el hombre interrumpiendo al rubio -saca de aquí a este niñito para que podamos hacer cosas de adultos- una gran carcajada salió por su boca mientras rodeaba a la madre del rubio por la cintura y metía la mano por debajo de sus pantalones. ella no reacciono.

-oye, no le hables así- el rubio se molesto por como trataba aquel hombre a su madre. estaba acostumbrado a que hombres llegaran a casa con ella, pero nunca con ese comportamiento. 

-¿o que? ¿me echaras purpurina en los ojos hasta morir?- y otra ves río con horribles carcajadas.

-podría denunciarte- dijo firme el rubio aun en la entrada de la habitación. la sonrisa del hombre se apago por completo, dejo la cerveza que sostenía en una pequeña mesita, y uso sus dos puños para darse impulso al levantarse del sillón. rápidamente se acerco al rubio y lo acorralo contra la pared tomándolo por el cuello.

-mira niñito, es mejor que te largues de esta maldita casa si no quieres terminar mal- la mano del hombre apretaba con mas fuerza el cuello del rubio, quien estaba a punto de asfixiarse por culpa de el. trataba de zafarse del agarre del hombre pero era prácticamente imposible. giro levemente la cabeza usando la poca fuerza que le quedaba y miro a su madre.

-m...mama- su madre no reacciono, nunca, solo se quedo mirando el televisor y tomando de la cerveza que tenia en las manos, sin ayudar a su hijo. el hombre aflojo el agarre y soltó bruscamente a luke, quien quedo tirado en el suelo, tratando de recuperar el aire.

-idiota- soltó el hombre, yendo otra vez al sillón.

no podia mas. ver a su madre así fue el golpe que derrumbo los únicos pilares que le quedaban.
al regresar de la casa de liz con una pequeña valija, llego a la casa de michael, la cual estaba vacía, o eso pensaba. tiro todas sus pertenencias a la cama y se sentó en esta tomándose con fuerza los pelos de la nuca.

-¡eres una mierda!- se gritaba el rubio a si mismo sin ser consciente de lo que en verdad decía -¡no mereces lo que tienes! ¿no te das cuenta de lo mal que estas?- sus ojos estaban cerrados, al igual que sus puños -¡mereces lo que te pasa, mereces que te golpeen, mereces quedarte sin hogar!- las lagrimas no dejaban de correr por sus mejillas -no mereces lo que michael hace por ti... no lo mereces- y de un momento a otro, sus pies estaban en el marco de la ventana, al igual que alex hace apenas unas semanas -lo arruinaste todo, hemmings, todo- extendió sus brazos a los lados y levantó su cabeza -idiota- sus pies dieron un pequeño paso, pero no pudieron saltar.

-¡POR EL AMOR DE DIOS, LUKE!- la voz del teñido que tanto adoraba sonaba en su cabeza, mientras el intentaba buscarla, para poder capturarla para siempre. 

-lo lamento, gatito- no basto un paso mas para que michael haga rápidos movimientos agarrando al rubio de la cintura y atrayéndolo otra vez hacia su habitación.

luke por fin pudo abrir los ojos, encontrándose con la penetrante mirada de su amigo, el cual lo miraba con ojos llorosos al igual que el.

se quedaron así por unos segundos, viéndose el uno al otro, con los brazos del teñido aferrados a la cintura de luke, intentando calmar sus muy notables temblores. michael acerco una mano a la mejilla de luke acariciandola con delicadeza, observando sus hermosos ojos azules con grandes ojeras, y poco a poco unir ambos labios en un dulce y tierno beso.

-te quiero, princesa tonta-

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no lo tomen a mal ni se asusten, soy del team final feliz, ahre (mentira)
MUERAN DE FEELS

broken ; lrh , mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora